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Las primeras palabras del pontífice fueron bien recibidas por los fieles. Pero previsiblemente no cayeron bien entre los que se oponen a su visita y se manifestaron por el centro de Madrid | Foto: AP
Madrid, España.- El papa Benedicto XVI censuró la mentalidad del lucro a cualquier precio a la que atribuyó la crisis en Europa y reclamó una ética que imponga un rostro humano a la economía en la primera jornada de una intensa visita pastoral a España, donde se dio un auténtico baño de multitudes.
“El hombre debe estar en el centro de la economía y la economía no debe medirse únicamente por la maximización de los beneficios, sino por el bien común”, dijo el pontífice a los reporteros en el avión que lo trasladaba desde Roma a Madrid.
Una vez en Madrid, el pontífice exhortó a los jóvenes a combatir el consumismo y el hedonismo, a rechazar la droga, a respetar la sexualidad y sobre todo a no “avergonzarse del Señor”, en la continuación de la prédica que se ha convertido en sello de su papado que es impedir que Europa olvide sus raíces cristianas.
Centenares de miles de jóvenes católicos de 193 países desafiaron el asfixiante calor veraniego para dar la bienvenida al Papa en las calles de la capital española, en la que presidirá la Jornada Mundial de la Juventud hasta el domingo.
Es la tercera vez que Benedicto XVI pisa territorio español, lo que convierte al país ibérico en el más visitado durante sus seis años de pontificado.
En los discursos, pronunciados en un perfecto español, el pontífice recordó la crisis económica que sacude Europa y particularmente a España, con una tasa de desempleo cercana al 21% y que supera el 40% entre los más jóvenes. Pero también criticó el relativismo moral y habló de otros problemas como la droga y la persecución de los cristianos.
“Muchos jóvenes miran con preocupación el futuro ante la dificultad de encontrar el empleo digno o bien por haberlo perdido o tenerlo precario o inseguro”, aseguró el pontífice en la sala de autoridades del aeropuerto de Barajas.
“Hay otros (jóvenes) que precisan de prevención para no caer en la red de la droga. No pocos por causa de su fe en Cristo sufren en sí mismos la discriminación”, agregó.
“Vuelvo a decir a los jóvenes con todas las fuerzas de mi corazón: Que nada ni nadie os quite la paz. No os avergoncéis del Señor”, añadió entre los aplausos de los muchachos.
Además, señaló que la juventud vive una época difícil y criticó “la superficialidad, el hedonismo y el consumismo imperantes”, además de la “banalidad a la hora de vivir la sexualidad, la insolidaridad y la corrupción”.
El Papa fue recibido por la mañana en el aeropuerto de Madrid por los reyes Juan Carlos y Sofía, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder del opositor Partido Popular, Mariano Rajoy, entre otras autoridades.
El rey Juan Carlos agradeció al pontífice su visita e interpretó como “una especial distinción” que sea la tercera vez que visita España. El monarca también advirtió las dificultades económicas por las que atraviesan los jóvenes.
“No son estos tiempos fáciles para una juventud tantas veces frustrada por falta de horizontes personales y laborales y que se rebela ante los graves problemas que aquejan al ser humano y al mundo de hoy”, afirmó el monarca. “En el trasfondo de todo ello se percibe una profunda crisis de valores”.
Tras descansar unas horas en la Nunciatura, Benedicto XVI se trasladó en el papamóvil entre una lluvia de vitores, serpentinas y globos multicolores hasta el centro de Madrid.
El Papa cruzó simbólicamente la emblemática Puerta del Alcalá, viejo acceso a la villa madrileña construida en 1778, recibió las llaves de oro de la ciudad y pudo ver un pequeño espectáculo de música flamenca y caballos andaluces de raza española.
“Estamos muy alegres e ilusionadas con su visita”, dijo Maria Magdalena García Córdoba, un religiosa de 32 años que vive en España. “Nos da una ilusión muy grande saber que está con nosotras”.
“Ver al Papa es algo realmente indescriptible”, señaló Nancy Díaz, una mexicana de 31 años de Monterrey. “Proyecta una gran sensación de bienestar y es muy bonito ver a todos estos jóvenes, que escucharán sus mensajes por primera vez”.
“Sentir esa emoción es una experiencia que alimenta mi fe”, agregó.
Tras el recibimiento, Benedicto XVI se dirigió al escenario erigido en la plaza de la Cibeles, donde saludó a los fieles en varios idiomas y se celebró una liturgía de la palabra.
En una breve homilía, el Papa advirtió sobre las tentanciones de vivir una “libertad sin Dios”, en clara alusión, aunque sin mencionarlo, al relativismo moral, el ateísmo, el aborto y la eutanasia.
“Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos”, afirmó. “Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias”.
Las primeras palabras del pontífice fueron bien recibidas por los fieles. Pero previsiblemente no cayeron bien entre los que se oponen a su visita y que el miércoles se manifestaron por el centro de Madrid.
Una nueva protesta de corte laico se convocó el jueves a través de las redes sociales, pero apenas asistieron unas decenas de personas sin que se registrasen incidentes.
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