Por Agencia EFE – Hace 1 hora.
Teherán, 29 nov (EFE).- Estudiantes islámicos asaltaron hoy la Embajada del Reino Unido en Teherán, donde arrancaron la bandera, saquearon documentación y causaron algunos daños, tras la decisión de Irán de reducir sus relaciones con Londres debido a las nuevas sanciones británicas contra el país por su programa nuclear.
Durante de una concentración de estudiantes frente a la legación británica, convocada por organizaciones universitarias del régimen islámico en contra del Gobierno de Londres, un grupo de participantes consiguió entrar en el edificio.
Varias decenas de estudiantes se enfrentaron a los policías que vigilaban la manifestación, saltaron el portalón situado en el muro que rodea la embajada y, tras sustituir la bandera británica por la iraní en el mástil del edificio, quemaron la enseña del Reino Unido.
Después, entraron en las dependencias, saquearon abundante documentación, la arrojaron por las ventanas y, según la agencia local Fars, también destruyeron algunos retratos de la reina Isabel II de Inglaterra.
Según la agencia local Mehr, el personal de la embajada había sido evacuado antes de iniciarse el incidente y, en Londres, el Gobierno británico condenó la "inaceptable" incursión y los actos de "vandalismo" y pidió al Ejecutivo iraní que defienda a sus diplomáticos.
Posteriormente, los concentrados siguieron arrojando botellas con líquido inflamable, piedras, huevos y otros objetos contundentes contra el portón y el muro de la embajada, sin que se haya informado de heridos o lesionados hasta el momento.
Los asaltantes también gritaban "vamos a apoderarnos de la Embajada británica", en recuerdo de la ocupación, en 1979, de la legación de Estados Unidos, que durante 444 días estuvo en poder de estudiantes islámicos, apoyados por el régimen del ayatolá Ruhola Jomeini.
Antes de iniciarse el incidente, varios centenares de estudiantes concentrados habían coreado consignas de "muerte a Inglaterra", "muerte a Estados Unidos" y "muerte a Israel" y quemaron varias banderas británicas e israelíes, al tiempo que pedían la ruptura total de relaciones con Londres y la clausura de su Embajada.
Los estudiantes portaban banderas de Irán y fotografías del científico nuclear iraní Majid Shahriari, asesinado hoy hace un año y de cuya muerte las autoridades de Teherán responsabilizan al servicio secreto israelí, el Mosad, y afirman que actuó con la ayuda de los servicios estadounidense y británico, la CIA y el MI6.
Una vez finalizado el incidente, la concentración prosiguió hasta la noche y los concentrados, a los que se unieron nuevas personas, se postraron para la oración musulmana del atardecer, uno de los cinco rezos diarios que impone el Islám, frente al muro de la Embajada británica, rodeada por un fuerte cordón policial.
Además de cientos de policías, que se situaron alrededor del muro que rodea la amplia finca del norte de Teherán donde está la Embajada del Reino Unido, también se trasladaron al lugar ambulancias y servicios de socorro, en previsión de nuevos incidentes.
La circulación, habitualmente muy densa en esa zona, quedó prácticamente colapsada debido a la concentración de estudiantes y de vehículos policiales y asistenciales.
El suceso se produce dos días después de que el Parlamento iraní ratificase por amplia mayoría una ley para rebajar el nivel de las relaciones con el Reino Unido al rango de encargado de negocios, lo que supone la retirada de embajadores.
La ley pasó ayer, lunes, su último trámite, al ser convalidada como constitucional por el Consejo de Guardianes de la Revolución iraní, por lo que, según su propio texto, el Ministerio de Asuntos Exteriores tiene dos semanas para aplicarla y reducir al mínimo las relaciones políticas y económicas con el Reino Unido.
La reducción de las relaciones se produce en respuesta a la decisión británica, adoptada el pasado día 21, de imponer nuevas sanciones financieras y a las industrias petrolera y petroquímica de Irán, medidas que también acordaron en esa fecha Canadá y Estados Unidos.
Estas sanciones se deben a la sospecha manifestada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de que el programa nuclear iraní tiene una vertiente militar, lo que Teherán ha negado tajantemente y asegura que es exclusivamente civil, con fines pacíficos.
La Unión Europea estudia también la imposición de nuevas sanciones a Irán, mientras que Rusia las ha considerado ilegales e inadecuadas y ha señalado que merman las posibilidades de establecer una negociación con Teherán respecto a su programa nuclear.
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