Desde la Plaza Revolucionaria de Nicaragua, donde se llevó a cabo el acto de juramentación, el ratificado presidente Daniel Ortega, se dirigió a los asistentes y dijo que el mundo hoy en día reclama la paz.
“La paz con justicia, la paz con dignidad, la paz con amor, la paz con solidaridad, la paz con el cristianismo, socialismo y solidaridad”, fueron las primeras palabras del presidente Ortega, tras su toma de posesión, haciendo referencia a una canción de John Lennon.
Destacó que uno de los retos es combatir la extrema pobreza, que no es más que el resultado de los sistemas económicos que se siguen imponiendo el Latinoamérica.
“Tenemos que salvar esta crisis económica no salvando al modelo que tanta pobreza le ha traído a la humanidad, sino cambiando a un modelo lleno de amor, justicia y solidaridad”, expresó.
El mandatario expresó que los que temían antes del año 2006, cuando fue electo por primera vez, “que un retorno del Frente Sandinista significaría la guera, hoy están más que convencidos de que la guerra en Nicaragua ha quedado enterrada, para nunca más volver”.
Durante su discurso se quitó la banda y con ella en mano dijo: “Todos presidente, el pueblo presiente, todos los sectores de la sociedad nicaragüense, todos presidente, claro que si”.
Expresó que el mundo hoy en día enfrenta una grave crisis provocada por el “capitalismo salvaje” y dijo que, por esa razón, ya no hay en el mundo espacio para el capitalismo, tiene que haber espacio para un principio de solidaridad, de cooperación, la no aplicación de sanciones económicas, eso determinará un futuro de paz.
Ortega ganó por tercera vez la Presidencia de Nicaragua con 62,46% de los votos, el pasado 6 de noviembre de 2011.
“Sí, lo prometo”, dijo Ortega, al jurar respetar la Constitución y las leyes de Nicaragua.
Los sones de “Nicaragua, Nicaragüita”, en versión grabada del cantautor Carlos Mejía Godoy, atronaron la plaza mientras Ortega firmaba la asunción. Luego el presidente se cuadró con saludo militar frente a Chávez, antes de abrazar sucesivamente a su esposa, Rosario Murillo y al presidente iraní.
Baterías de reflectores dieron el marco colorido a los edificios que cierran la plaza, la vieja catedral destruída por el terremoto de 1972 y el Palacio Nacional con retratos de los legendarios guerrilleros Augusto Sandino y Carlos Fonseca.
Entres los asistentes destaca la presencia del Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón; el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez; el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad; el mandatario de Guatemala, Álvaro Colom, así como el presidente electo de este país centroamericano, Otto Pérez Molina; Mauricio Funes, presidente de El Salvador; el mandatario de Honduras, Porfirio Lobo, entre otras personalidades.
Unas 8 mil personas acudieron a la plaza, situada a las afuera de la Casa de los Pueblos, sitio en el que Ortega se reúne con todos los sectores del país.
Al inicio de la ceremonia Ortega, Chávez y Ahmadinejad se habían fundido en largo apretón de manos tripartito, mientras media docena de otros jefes de Estado o gobierno invitados permanecían al margen.
Tercer período Presidencial
El exguerrillero Daniel Ortega inicia este martes su tercer mandato en uno de los países más pobres del mundo, con una hegemonía parlamentaria que hace temer tendencias autoritarias, y en presencia de su aliado iraní Mahmud Ahmadinejad, en plena crisis con Estados Unidos.
Ortega, que en los últimos años trocó su uniforme guerrillero por las camisas blancas y los mensajes cristianos de paz, fue reelecto con más del 62% de votos que le permitieron copar más de dos tercios del congreso, suficiente para encarar sin necesidad de alianzas cualquier reforma constitucional.
Pero el Frente Sandinista de Liberación Nacional descartó, de momento, cualquier reforma para perpetuar al “Comandante Daniel” y encara este nuevo período enfocado en atacar la pobreza en que vive el 45% de los casi 6 millones de nicaragüenses, pese a años de crecimiento económico moderado.
Pieza clave de los planes de Ortega para atacar la pobreza es su aliado venezolano Hugo Chávez, quien llegaba esta tarde a la ceremonia de asunción, y quien en los últimos años aportó a Managua 500 millones de dólares anuales, equivalentes a 80 dólares per cápita, casi un salario mínimo mensual.
Presidente reelecto
Ortega, de 66 años, es el primer presidente reelecto desde el triunfo de la Revolución Sandinista que en 1979 derrocó a la dictadura de más de 40 años de los Somoza.
“El presidente tiene todo el poder que nadie en la historia de Nicaragua ha tenido nunca en su mano. Con esa fuerza arrolladora (del FSLN) no puede haber ninguna clase de equilibrio”, dijo al diario La Prensa el escritor Sergio Ramírez, vicepresidente de Ortega en su primer mandato, en la década de los 80.
Ortega “tiene todo el poder que antes no tenía y si entonces irrespetó las leyes, se puede esperar que ahora haga lo mismo, pero también es su gran oportunidad para decidir ser un dictador o un estadista”, dijo a AFP el ex viceministro de Finanzas, René Vallecillo.
Con información de AFP y AVN
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