Tuesday, March 5, 2013

¿Quién era Edward Bernays?



Creó muchas técnicas de persuasión consumista masiva con las que convivimos aún hoy día’




Edward Bernays

Era un escritor austríaco nacionalizado norteamericano, que con su obra más destacada, Propaganda, contribuyó con la manipulación de las masas a través del consumo y la idea de felicidad ficticia y de la fabricación del consentimiento. Política que sin lugar a dudas continúa siendo aplicada por gobiernos sutil y solapadamente opresores y/o demagogos y aquellos donde las grandes corporaciones necesitan del consentimiento de las masas para continuar erigiendo sus imperios y poder seguir manejando los títeres que juegan el papel de conductores de un país. El aporte de Edward Bernays es inestimable para los dueños de ese control. La manipulación del inconciente de las masas se ha logrado gracias a los pérfidos estudios que Bernays, eufemísticamente, llamó Relaciones Públicas. Estos estudios fueron realizados con la ayuda de su tío, el psicoanalista Sigmund Freud.

Los deseos más recónditos del ser humano podían ser satisfechos si la propaganda los manipulaba e incitaba. Así el consumo masivo podía dispararse a alturas insospechadas. Y Bernays lo logró. El blanco de esta manipulación sería el Yo. Lo que en otras palabras se describe como la parte individualista, egoísta que existe en todo ser humano y que viene aflorando en cada generación que recibe estas enseñanzas desde la cuna, facilitando así su aprehensión ante la acción constante de los agentes manipuladores. En buena medida a él se le deben las políticas que desde hace décadas viene aplicando Estados Unidos en materia de guerras al intentar fabricar el consentimiento y lograr el apoyo de las masas en cada uno de sus asaltos genocidas, enmascarándolos de campañas humanitarias o de restauración o fortalecimiento de las democracias en el mundo, cuando en realidad solo sirven a los intereses de las mismas corporaciones que empujan y azuzan para conseguir sus cometidos ulteriores que siempre están íntimamente ligados a intereses económicos, como ser ventas de armas que son utilizadas en las contiendas bélicas que ellos mismos azuzaron o la consecución de beneficios económicos, como ser el petróleo.

Como ejemplo cabal tenemos a Bush junior, quien inició su campaña para invadir Irak erigiendo la bandera de la democracia y defendiendo la integridad cristiana de occidente contra los ‘enemigos de turbantes’ que fueron convertidos en verdaderos demonios que ‘atentan’ contra la moral democrática. Pronto se sabría la verdad: el petróleo era su meta. Pero una buena parte de este lado del mundo había dado su consentimiento a la invasión.

Las teorías de Bernays aplicadas desde hace décadas por el sistema capitalista, empezando por Estados Unidos y siguiendo por el resto del mundo, son un engranaje fundamental de la maquinaria que representa. Las técnicas de Control de masas y la fabricación del consentimiento encontraron en el inconciente humano la solución para perpetuarse: el individualismo. Elemento inherente al ser humano por su calidad de ser racional pero principalmente individual, paradójicamente un ser pensante por cuenta propia pero fácilmente manipulable.

Gracias a su misántropo aporte (porque una persona que crea este tipo de herramientas no puede sentir amor por nada más que por el dinero), su amado billete corre debajo del puente del sistema, al que apuntala con mayor facilidad de asimilación por parte de los seres humanos apelando, a través de la manipulación psicológica, al individualismo que le es tan propio y hasta ciertamente conciente una vez que se manifiesta.




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