Por SIC el 2 de enero de 2014
El 7 de agosto de 1814, Pío VII restauraba la Compañia de Jesús que, unos 40 años antes había sido suprimida por el papa Clemente XIVen 1773 cediendo a presiones externas. La Compañía no desapareció del todo y, pocos decenios más tarde, Pio VII la restauraba dando lugar a un nuevo florecer de la Compañía.
Este aniversario marca el año 2014 para la familia jesuita que “Hoy, 200 años después los jesuitas deseamos “aprender de las luces y sombras de nuestro pasado, con el fin de percibir con mayor claridad y entregarnos con más generosidad a lo que el Señor pide de nosotros en el momento presente” (Adolfo Nicolás, Superior General de la Compañía de Jesús). En todo el mundo, este resurgimiento se recuerda con el lema Ite inflammate omnia, que apunta a llevar la luz de Cristo a todos los sitios y personas.
Así lo explicaban los jesuitas en 2008: “Cuentan las crónicas que, cuando San Ignacio envió a San Francisco Javier al Oriente, le dijo:
‘Id, inflamad todas las cosas’
Con el nacimiento de la Compañía de Jesús, un fuego nuevo se encendió en un mundo en transformación. Se inició una forma novedosa de vida religiosa, no por industria humana sino como una iniciativa divina. El fuego que entonces se prendió continúa ardiendo hoy en nuestra vida de jesuitas, ‘un fuego que enciende otros fuegos’, como se dice sobre San Alberto Hurtado. Con ese fuego, somos llamados a inflamar todas las cosas con el amor de Dios (cf. Lc 12,49)” (Congregación General 35, decreto 2, nº 25).
En español añadimos: “Contagiad la vida”, esto es, comunicad y transmitid la vida recibida para que ella engendre más vida a su alrededor. Así, los más de 1.200 jesuitas en España en 2014 se organizan de nuevo, simplificando sus estructuras, seleccionando sus lugares de presencia, trabajando unidos a otras personas en los terrenos donde esa luz y amor de Dios se desea que llegue. Y que de este modo alcance y permanezca con los hombres y mujeres que más lo necesiten.
Este aniversario marca el año 2014 para la familia jesuita que “Hoy, 200 años después los jesuitas deseamos “aprender de las luces y sombras de nuestro pasado, con el fin de percibir con mayor claridad y entregarnos con más generosidad a lo que el Señor pide de nosotros en el momento presente” (Adolfo Nicolás, Superior General de la Compañía de Jesús). En todo el mundo, este resurgimiento se recuerda con el lema Ite inflammate omnia, que apunta a llevar la luz de Cristo a todos los sitios y personas.
Así lo explicaban los jesuitas en 2008: “Cuentan las crónicas que, cuando San Ignacio envió a San Francisco Javier al Oriente, le dijo:
‘Id, inflamad todas las cosas’
Con el nacimiento de la Compañía de Jesús, un fuego nuevo se encendió en un mundo en transformación. Se inició una forma novedosa de vida religiosa, no por industria humana sino como una iniciativa divina. El fuego que entonces se prendió continúa ardiendo hoy en nuestra vida de jesuitas, ‘un fuego que enciende otros fuegos’, como se dice sobre San Alberto Hurtado. Con ese fuego, somos llamados a inflamar todas las cosas con el amor de Dios (cf. Lc 12,49)” (Congregación General 35, decreto 2, nº 25).
En español añadimos: “Contagiad la vida”, esto es, comunicad y transmitid la vida recibida para que ella engendre más vida a su alrededor. Así, los más de 1.200 jesuitas en España en 2014 se organizan de nuevo, simplificando sus estructuras, seleccionando sus lugares de presencia, trabajando unidos a otras personas en los terrenos donde esa luz y amor de Dios se desea que llegue. Y que de este modo alcance y permanezca con los hombres y mujeres que más lo necesiten.
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