"La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos". Ellen G. White.
Tuesday, January 14, 2014
Un pastor protestante decide probar el ateísmo durante un año
Por Ana De Salvo (anasalvo@eldiario.com.uy) | Miércoles, 8 de enero del 2014
Foto: religion.blogs.cnn.com
En el pasado, en momentos como éste, cuando parecía que su vida se venía abajo, Ryan Bell rezaba con frecuencia pidiendo ayuda. Sin embargo, este año por lo menos, el pastor ha decidido no hacerlo.
Durante los próximos 12 meses, Bell dice que vivirá como si no hubiera Dios.
Decidió que no rezará, no irá a la iglesia ni leerá la Biblia en busca de inspiración, no confiará en la divina providencia y tampoco creerá en lo que no se ve. Hará lo opuesto a un acto de fe: dará un salto hacia las profundidades de la duda religiosa.
El “experimento intelectual” de Bell, que inició el 1 de enero, ya ha tenido drásticas consecuencias.
En menos de una semana, perdió dos empleos como maestro en escuelas cristianas cerca de su casa en Los Ángeles. Tiene 42 años y ha sido pastor o ha estado en un seminario durante la mayor parte de su vida como adulto. Ahora se enfrenta a la posibilidad de la pobreza y buscar trabajos informales para alimentar a sus dos hijas, de 10 y 13 años.
“Ha habido ocasiones, por lo general tarde en la noche o muy temprano en la mañana, cuando pienso: ¿Qué he hecho? Realmente debilita toda la estructura de tu vida, tu carrera, tu familia”, expresó Bell.
Sin embargo, justo cuando el hombre de Dios empezó a desfallecer, recibió ayuda de una fuente inesperada: ateos.
Las semillas del viaje de Bell fueron sembradas en marzo del año pasado, cuando le pidieron que renunciara a su cargo como pastor de una congregación de Adventistas del Séptimo Día en Hollywood.
Había propugnado que la iglesia permitiera tener líderes homosexuales y lesbianas, participó en una campaña en contra de la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo en California y cuestionó las doctrinas arraigadas de la iglesia respecto a los Últimos Tiempos.
Con el tiempo, su liberalismo teológico y político fue más allá de lo que los líderes de la denominación podían sobrellevar, y Bell arruinó su carrera de 19 años. Su fe se tambaleó y durante un tiempo se convirtió en un “nómada religioso”.
En el lado positivo, perder su trabajo en la iglesia le dio la libertad de cuestionar los fundamentos de su creencia religiosa sin temor a molestar a su congregación.
“Finalmente podía buscar la respuesta a esas preguntas que me habían estado dando vueltas en la cabeza”, dijo, mientras obtenía ingresos de dar clases, charlas y consultorías.
Luego, después de almorzar con un amigo el año pasado, pensó: ¿Qué pasaría si probara el ateísmo y viviera su vida libre de cualquier religión durante un año?
“Es como cuando vas al cine, y suspendes la incredulidad durante tres horas para meterte en la historia”, dijo Bell. “Voy a suspender mi fe en Dios para ver de qué se trata el ateísmo”.
Bell, quien todavía posee credenciales ministeriales en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, pensó que sería un buen experimento intelectual.
Su plan era entrevistar ateos, asistir a reuniones de no creyentes y leer obras de autores escépticos: Friedrich Nietzsche, Baruch Spinoza, Richard Dawkins y Christopher Hitchens, entre otros.
Cuando sus amigos se enfermaran, en lugar de rezar, que era lo que hacía antes, Bell dijo que haría “algo tangible y práctico, una forma de mostrarles su apoyo”.
Iniciaría un blog, “Year Without God” (Un año sin Dios), y escribiría acerca de su viaje en el que dejaría de lado la fe. Bell pensó que quizá algunas personas leerían sus publicaciones, lo seguirían, le darían consejos o lo criticarían.
“No me di cuenta, incluso hace cuatro días, de lo difícil que sería para algunas personas aceptarme durante este viaje de investigación abierta cuestionando la existencia de Dios”, escribió Bell el domingo.
Las primeras señales de problemas se presentaron al inicio del nuevo año, justo días después de que Bell anunciara su experimento en Internet.
Recibió mensajes de texto y correos electrónicos de amigos, familiares y colegas con la ominosa frase “Tenemos que hablar”.
Kurt Fredrickson, un amigo de Bell y decano adjunto del ministerio en el Seminario Teológico Fuller en Pasadena, California, le envió uno de esos mensajes.
Bell, graduado de dicho seminario, había dado clases en el programa de desarrollo de doctorado durante el año pasado. Pero Fredrickson le dijo a su amigo que su período sabático de la fe también implicaba un período sabático del seminario.
“Desde un punto de vista académico, e incluso como un viaje personal, me emociona mucho lo que Ryan está haciendo”, dijo Fredrickson.
“No hay una persona honesta de fe que no tenga dudas, y Ryan tiene el valor de dar un paso hacia atrás y evaluar su vida. Esto es algo audaz”.
Sin embargo, el trabajo de Bell en Fuller era ayudar a los estudiantes con sus tesis doctorales, una época particularmente estresante, dijo Fredrickson, cuando los seminaristas deben apoyarse en una persona firme en su fe.
“Estarán por su cuenta por primera vez, y no solo queremos enseñarles, sino también cuidar de sus almas”, explicó Fredrickson. “El hecho de que Ryan diga que va a ser ateo durante un año resulta un poco contradictorio”.
El seminario Fuller está dispuesto a hablar con Bell al final del experimento, agregó el decano.
La Azusa Pacific University, donde Bell era profesor de comunicación intercultural desde 2011, tampoco quiso renovar su contrato.
Rachel White, portavoz de la universidad, no quiso hacer comentarios al respecto; indicó que era un asunto personal interno. Sin embargo, dijo que estudiantes y el cuerpo docente van a firmar una declaración de fe en la que pondrán de manifiesto su fe en el cristianismo.
También este año, Bell perdió su empleo de consultorías con una Iglesia Adventista del Séptimo Día en Glendale, California.
Bell aclara que no tiene nada en contra de la iglesia o los centros docentes que lo despidieron, aunque desearía que toleraran, si no respaldan, su experimento de ateísmo. La pérdida de ingresos ha causado cierto estrés en la familia, comentó.
“Tengo hijos que mantener y servicios que pagar; además, el alquiler tiene una fecha límite”, manifestó Bell. “A este punto, estoy dispuesto a hacer casi cualquier cosa”. Bell dijo que él y su esposa están en proceso de divorcio, aunque esto no se debe a su experimento como ateo.
Mientras tanto, siguió recibiendo llamadas, correos electrónicos y mensajes de texto de familiares y amigos preocupados por el destino de su alma.
“Él aprendió cómo es ser un ateo muy rápidamente”, declaró Hemant Mehta, un prominente bloguero ateo y maestro en Illinois.
Mehta dijo que conoce a muchos ateos que temen que “salir del clóset” ponga en riesgo sus empleos y relaciones, como ocurrió en el caso de Bell.
“Lo están castigando por decir públicamente que va a probar el ateísmo”, comentó Mehta.
Mehta dice que no está cien por cien de acuerdo con el experimento de Bell. ¿Cómo es que uno prueba “convertirse” en ateo? No es un sombrero que te puedas poner para ver si te queda. ¿No tiene Bell, en el fondo, una persistente sospecha de que Dios existe? (Cabe mencionar que Bell describe sus actuales creencias teológicas como agnósticas; en algún punto entre la fe y el ateísmo).
Aún así, Mehta reconoce que admira el valor de Bell, y se compadece de su difícil situación. Aunque nunca había hablado con el pastor, el martes, Mehta organizó una recaudación de fondos en línea para Bell. En sólo un día, casi 900 personas habían donado más de 19.000 dólares para ayudar al “pastor que va a probar con el ateísmo”.
“Creo que más que nada, las personas aprecian que le esté dando una oportunidad al ateísmo”, señaló Mehta. “Quiero decir, ha perdido tres empleos en el transcurso de una semana sólo por decir que iba a explorar el tema”.
Bell declaró que conoce a cristianos y agnósticos que han contribuido en la recaudación de fondos, así que no se trata de un esfuerzo sólo de ateos.
Aún así, le impresiona que los no creyentes hayan respondido para ayudar a financiar este experimento.
“Esto realmente le da validez al hecho de que la comunidad de ateos está en la búsqueda de la verdad”, comentó Bell. “Saben que al final de esta experiencia podría no terminar siendo ateo, pero esto no les importa. Es un gesto muy hermoso”.
¿El apoyo hará que Bell se incline hacia el ateísmo? El pastor está indeciso respecto a eso también… por ahora.
Fuente
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