Sábado 11 de Agosto de 2007
Herederos del siglo XXI
La nueva generación de los Rothschild
Hoy, esta familia domina las finanzas, la ciencia, las artes y el medio ambiente.
Por Sylvia Bustamante G.
Fue el barón Benjamin de Rothschild quien, en su último discurso, pronunció la siguente frase: "¿Por qué debemos seguir siendo tiburones en el mundo de las finanzas, y no delfines, que para mí son mucho más eficientes?"
El director de LCF Rothschild Group, grupo que posee viñas en Chile, inauguraba así el nuevo estilo de esta poderosa dinastía que ya lleva dos siglos dominando el negocio bancario y del oro en Europa.
Fundada por Mayer Amschel Bauer, la familia Rothschild ha tenido también gran influencia en el mercado del vino, la ciencia, las artes y la arquitectura, así como en la fundación del Estado de Israel.
Como todas las historias de las grandes fortunas, la de los Rothschild está llena de mitos y parece la trama de una larga e increíble novela que comienza en una casa de un callejón del ghetto de Frankfurt, Alemania. La casa la había heredado Mayer Amschel Bauer de su padre, quien también le dejó una pequeña fortuna producto de transacciones de monedas y el negocio de la orfebrería.
Mayer pronto cambiaría su apellido por el de Rothschild, que en alemán significa escudo rojo –en alusión a la moneda ocupada en ese entonces– y se casaría con Gutele Schnaper. Del matrimonio nacieron 10 hijos.
El padre instruyó a los hombres en el oficio de prestamista y luego los repartió por Europa. Salomon se asentó en Viena, Nathan en Londres, Carl en Nápoles, James en París, mientras que Amschel se quedó en Frankfurt para velar por los intereses familiares. A pesar de la distancia, se mantuvieron todos unidos por el lema que hasta el día de hoy inspira al clan: Concordia, Integritas, Industria.
Para ese entonces, 1769, el patriarca se había convertido en el proveedor de la Corte del Príncipe Guillermo de Hessen, Conde de Hanau. Sin embargo, fue en 1814 cuando Nathan y sus hermanos lograron reunir los recursos necesarios para que el ejército británico y sus aliados se financiaran y derrotaran a Napoleón en la batalla de Waterloo.
Eso, junto a la política instaurada por su padre de no difundir sus finanzas, mantener un sistema de correo rápido y eficiente, y concertar matrimonios entre primos, logró mantener y acrecentar la fortuna de los Rothschild. Su ayuda a los soberanos y gobiernos de la época los hicieron acreedores de los títulos de barón, lo que les permitió formar parte de la nobleza.
Los Rothschild invirtieron en grandes proyectos industriales, en ferrocarriles y en el Canal de Suez. Y hasta hoy manejan el mercado del oro en la Bolsa de Londres. Al ser una de las familias judías más ricas de Europa, colaboraron con millonarias sumas de dinero para el surgimiento del Estado de Israel después de la Segunda Guerra Mundial, una época en que ellos no escaparon de la persecución nazi.
En la actualidad, la rama inglesa y francesa de la dinastía está manejada por una sola compañía, a cargo del francés David de Rothschild. La fusión, la primera en más de 200 años, sirvió para simplificar la estructura de sus intereses afectada por la creciente competencia bancaria.
Los miembros de la familia también han destacado en otros aspectos. Tienen importantes inversiones en viñas y su producción es reconocida en el mundo. Además, son dueños de castillos y mansiones, en cuyas habitaciones atesoran valiosos objetos, muebles y colecciones de arte, libros raros, mariposas y estampillas. Un ejemplo es Waddesdon Manor, en Inglaterra, que es Patrimonio Nacional británico.
Hoy, la nueva generación de Rothschild ha emprendido nuevos negocios, y tal como el barón lo anunciara en su discurso, algunos han comenzado a darle otro sentido a aquella descomunal riqueza.
David Mayer de Rothschild
El aventurero
La próxima aventura de David Mayer de Rothschild (29 años) ya tiene nombre: Plastiki. Se trata de una travesía sobre una balsa hecha de botellas de plástico, en la que cruzará el Océano Pacífico para denunciar cómo el mar se está convirtiendo en un basurero. De las 6,4 toneladas de desperdicios que se botan cada año a los océanos, entre un 60 y un 80 por ciento son plásticos, y esto es lo que David quiere poner sobre la mesa.
David es el hijo menor de Sir Evelyn de Rothschild, un prominente banquero de la rama inglesa de la familia. Se tituló con honores en Ciencias Políticas y Sistemas de Información en Londres, pero pronto dejó la ciudad para fundar Adventure Ecology, una empresa de turismo aventura, con acento en la creación de conciencia sobre la contaminación ambiental.
Su interés en el tema no es raro: atravesó el Polo Norte y rompió el record de velocidad en los hielos de Groenlandia. Además, fundó la organización Sculpt the future, que le enseña a pequeñas comunidades a proteger el medio ambiente. Y durante 3 años administró una granja orgánica en Nueva Zelandia, al tiempo que escribía libros sobre ecología para niños.
Sus andanzas le han valido ser catalogado por el Foro Económico Mundial como explorador emergente y joven líder. Hace poco más de un mes dio un discurso en el estadio Giants de Nueva Jersey durante el concierto Live Earth, donde conoció a la actriz Cameron Diaz, con quien se le vincula ahora sentimentalmente.
Nathaniel de Rothschild
El hombre de negocios
Cuarto hijo del barón Jacob de Rothschild y Serena Mary Duna, una canadiense que desciende de una acaudalada familia, Nathaniel Philip (36 años) sacó un Master en Historia Moderna en Oxford para luego dedicarse a los negocios. Hoy dirige varias empresas financieras, además de participar en la Fundación Rothschild. También es consultor internacional de Barrik Gold Corporation y posee inversiones en Ucrania.
Por sus obligaciones laborales y sociales, Nat, como le dice la prensa, no pasa más de 4 días en un mismo lugar. Hoy puede estar en Suiza, mañana en Grecia y a la semana en Moscú. Tal vez ése fue el motivo por el cual su matrimonio con la socialité Annabel Neilson duró sólo 3 años. Después de eso, se lo ha vinculado con la hija de Donald Trump, Ivanka, y con la actriz Natalie Portman.
Kate de Rothschild
La amante de las artes
En 2003, una tímida Kate de Rothschild, de apenas 21 años, entró a la iglesia de Saint Edmonds en Suffolk, al este de Inglaterra. Su vestido, diseñado por ella misma, destacaba por su sencillez en la que fue considerada "la boda del siglo". La razón es muy simple: su esposo es nada menos que Ben Goldsmith, hijo del billonario Sir James Goldsmith, de quien heredó una fortuna de 300 millones de libras esterlinas.
Así, dos de las más ricas familias inglesas quedaron unidas por un matrimonio del que ya nacieron dos hijos. Hoy día Ben maneja, entre otras cosas, una empresa que invierte fondos para el desarrollo de tecnologías no contaminantes, una exitosa agencia de apuestas de deportes y numerosos restaurantes y nightclubs. Kate, en cambio, está relacionada con el mundo del arte. Desde muy joven se especializó en dibujos y grabados franceses del siglo XIX, los que vende en su exclusiva galería de Londres, a la que se llega sólo con previa cita.
Julien de Rothschild
El viñatero
Hijo de la baronesa Philippine de Rothschild y del actor y director Jacques Sereys, Julien trabaja codo a codo con su madre en las viñas que la familia tiene alrededor del mundo. Estudió en el Instituto de Estudios Superiores de las Artes en París, es asistente de investigación en dibujos antiguos en la galería Artémis Fine Arts y escribió el libro Mouton Rothschild: Le Musée du vin dans l'art, ganador del premio Mejor Libro de la Historia del Vino en el Mundo 2003, otorgado por la revista Gourmand.
De sus bodegas en Pauillac, ubicadas en Bordeaux, al suroeste de Francia, salen sus afamados vinos Château Mouton Rothschild, Premier Grand Cru Classé, Château d'Armailhac y Château Clerc Milon. Las tierras fueron compradas en 1853 por Nathaniel de Rothschild. En 1922 fueron heredadas por el barón Philippe, padre de Philippine, quien les dio un nuevo empuje. Treinta años después, las etiquetas de los vinos eran diseñadas por artistas amigos del barón, para luego ser pintadas por Miró, Chagall, Braque y Picasso, entre otros.
La calidad de los vinos es una preocupación constante en la firma francesa, lo que los ha llevado a invertir en otras regiones, como el valle de Napa, California. En Sudamérica tienen viñas en Mendoza y en el valle del Maipo. En 1997 se asoció a Concha y Toro para crear Viña Almaviva. Luego, lanzarían su propio ensamblaje tinto, Escudo rojo, de la que se comercian 30 mil cajas al año. En total, la viña de los Rothschild produce 700 mil botellas al año, pero sus precios pueden ser estratosféricos. El año pasado en una subasta en Nueva York, se pagaron 345.000 dólares por seis botellas de litro y medio del año '45.
.
Herederos del siglo XXI
La nueva generación de los Rothschild
Hoy, esta familia domina las finanzas, la ciencia, las artes y el medio ambiente.
Por Sylvia Bustamante G.
Fue el barón Benjamin de Rothschild quien, en su último discurso, pronunció la siguente frase: "¿Por qué debemos seguir siendo tiburones en el mundo de las finanzas, y no delfines, que para mí son mucho más eficientes?"
El director de LCF Rothschild Group, grupo que posee viñas en Chile, inauguraba así el nuevo estilo de esta poderosa dinastía que ya lleva dos siglos dominando el negocio bancario y del oro en Europa.
Fundada por Mayer Amschel Bauer, la familia Rothschild ha tenido también gran influencia en el mercado del vino, la ciencia, las artes y la arquitectura, así como en la fundación del Estado de Israel.
Como todas las historias de las grandes fortunas, la de los Rothschild está llena de mitos y parece la trama de una larga e increíble novela que comienza en una casa de un callejón del ghetto de Frankfurt, Alemania. La casa la había heredado Mayer Amschel Bauer de su padre, quien también le dejó una pequeña fortuna producto de transacciones de monedas y el negocio de la orfebrería.
Mayer pronto cambiaría su apellido por el de Rothschild, que en alemán significa escudo rojo –en alusión a la moneda ocupada en ese entonces– y se casaría con Gutele Schnaper. Del matrimonio nacieron 10 hijos.
El padre instruyó a los hombres en el oficio de prestamista y luego los repartió por Europa. Salomon se asentó en Viena, Nathan en Londres, Carl en Nápoles, James en París, mientras que Amschel se quedó en Frankfurt para velar por los intereses familiares. A pesar de la distancia, se mantuvieron todos unidos por el lema que hasta el día de hoy inspira al clan: Concordia, Integritas, Industria.
Para ese entonces, 1769, el patriarca se había convertido en el proveedor de la Corte del Príncipe Guillermo de Hessen, Conde de Hanau. Sin embargo, fue en 1814 cuando Nathan y sus hermanos lograron reunir los recursos necesarios para que el ejército británico y sus aliados se financiaran y derrotaran a Napoleón en la batalla de Waterloo.
Eso, junto a la política instaurada por su padre de no difundir sus finanzas, mantener un sistema de correo rápido y eficiente, y concertar matrimonios entre primos, logró mantener y acrecentar la fortuna de los Rothschild. Su ayuda a los soberanos y gobiernos de la época los hicieron acreedores de los títulos de barón, lo que les permitió formar parte de la nobleza.
Los Rothschild invirtieron en grandes proyectos industriales, en ferrocarriles y en el Canal de Suez. Y hasta hoy manejan el mercado del oro en la Bolsa de Londres. Al ser una de las familias judías más ricas de Europa, colaboraron con millonarias sumas de dinero para el surgimiento del Estado de Israel después de la Segunda Guerra Mundial, una época en que ellos no escaparon de la persecución nazi.
En la actualidad, la rama inglesa y francesa de la dinastía está manejada por una sola compañía, a cargo del francés David de Rothschild. La fusión, la primera en más de 200 años, sirvió para simplificar la estructura de sus intereses afectada por la creciente competencia bancaria.
Los miembros de la familia también han destacado en otros aspectos. Tienen importantes inversiones en viñas y su producción es reconocida en el mundo. Además, son dueños de castillos y mansiones, en cuyas habitaciones atesoran valiosos objetos, muebles y colecciones de arte, libros raros, mariposas y estampillas. Un ejemplo es Waddesdon Manor, en Inglaterra, que es Patrimonio Nacional británico.
Hoy, la nueva generación de Rothschild ha emprendido nuevos negocios, y tal como el barón lo anunciara en su discurso, algunos han comenzado a darle otro sentido a aquella descomunal riqueza.
David Mayer de Rothschild
El aventurero
La próxima aventura de David Mayer de Rothschild (29 años) ya tiene nombre: Plastiki. Se trata de una travesía sobre una balsa hecha de botellas de plástico, en la que cruzará el Océano Pacífico para denunciar cómo el mar se está convirtiendo en un basurero. De las 6,4 toneladas de desperdicios que se botan cada año a los océanos, entre un 60 y un 80 por ciento son plásticos, y esto es lo que David quiere poner sobre la mesa.
David es el hijo menor de Sir Evelyn de Rothschild, un prominente banquero de la rama inglesa de la familia. Se tituló con honores en Ciencias Políticas y Sistemas de Información en Londres, pero pronto dejó la ciudad para fundar Adventure Ecology, una empresa de turismo aventura, con acento en la creación de conciencia sobre la contaminación ambiental.
Su interés en el tema no es raro: atravesó el Polo Norte y rompió el record de velocidad en los hielos de Groenlandia. Además, fundó la organización Sculpt the future, que le enseña a pequeñas comunidades a proteger el medio ambiente. Y durante 3 años administró una granja orgánica en Nueva Zelandia, al tiempo que escribía libros sobre ecología para niños.
Sus andanzas le han valido ser catalogado por el Foro Económico Mundial como explorador emergente y joven líder. Hace poco más de un mes dio un discurso en el estadio Giants de Nueva Jersey durante el concierto Live Earth, donde conoció a la actriz Cameron Diaz, con quien se le vincula ahora sentimentalmente.
Nathaniel de Rothschild
El hombre de negocios
Cuarto hijo del barón Jacob de Rothschild y Serena Mary Duna, una canadiense que desciende de una acaudalada familia, Nathaniel Philip (36 años) sacó un Master en Historia Moderna en Oxford para luego dedicarse a los negocios. Hoy dirige varias empresas financieras, además de participar en la Fundación Rothschild. También es consultor internacional de Barrik Gold Corporation y posee inversiones en Ucrania.
Por sus obligaciones laborales y sociales, Nat, como le dice la prensa, no pasa más de 4 días en un mismo lugar. Hoy puede estar en Suiza, mañana en Grecia y a la semana en Moscú. Tal vez ése fue el motivo por el cual su matrimonio con la socialité Annabel Neilson duró sólo 3 años. Después de eso, se lo ha vinculado con la hija de Donald Trump, Ivanka, y con la actriz Natalie Portman.
Kate de Rothschild
La amante de las artes
En 2003, una tímida Kate de Rothschild, de apenas 21 años, entró a la iglesia de Saint Edmonds en Suffolk, al este de Inglaterra. Su vestido, diseñado por ella misma, destacaba por su sencillez en la que fue considerada "la boda del siglo". La razón es muy simple: su esposo es nada menos que Ben Goldsmith, hijo del billonario Sir James Goldsmith, de quien heredó una fortuna de 300 millones de libras esterlinas.
Así, dos de las más ricas familias inglesas quedaron unidas por un matrimonio del que ya nacieron dos hijos. Hoy día Ben maneja, entre otras cosas, una empresa que invierte fondos para el desarrollo de tecnologías no contaminantes, una exitosa agencia de apuestas de deportes y numerosos restaurantes y nightclubs. Kate, en cambio, está relacionada con el mundo del arte. Desde muy joven se especializó en dibujos y grabados franceses del siglo XIX, los que vende en su exclusiva galería de Londres, a la que se llega sólo con previa cita.
Julien de Rothschild
El viñatero
Hijo de la baronesa Philippine de Rothschild y del actor y director Jacques Sereys, Julien trabaja codo a codo con su madre en las viñas que la familia tiene alrededor del mundo. Estudió en el Instituto de Estudios Superiores de las Artes en París, es asistente de investigación en dibujos antiguos en la galería Artémis Fine Arts y escribió el libro Mouton Rothschild: Le Musée du vin dans l'art, ganador del premio Mejor Libro de la Historia del Vino en el Mundo 2003, otorgado por la revista Gourmand.
De sus bodegas en Pauillac, ubicadas en Bordeaux, al suroeste de Francia, salen sus afamados vinos Château Mouton Rothschild, Premier Grand Cru Classé, Château d'Armailhac y Château Clerc Milon. Las tierras fueron compradas en 1853 por Nathaniel de Rothschild. En 1922 fueron heredadas por el barón Philippe, padre de Philippine, quien les dio un nuevo empuje. Treinta años después, las etiquetas de los vinos eran diseñadas por artistas amigos del barón, para luego ser pintadas por Miró, Chagall, Braque y Picasso, entre otros.
La calidad de los vinos es una preocupación constante en la firma francesa, lo que los ha llevado a invertir en otras regiones, como el valle de Napa, California. En Sudamérica tienen viñas en Mendoza y en el valle del Maipo. En 1997 se asoció a Concha y Toro para crear Viña Almaviva. Luego, lanzarían su propio ensamblaje tinto, Escudo rojo, de la que se comercian 30 mil cajas al año. En total, la viña de los Rothschild produce 700 mil botellas al año, pero sus precios pueden ser estratosféricos. El año pasado en una subasta en Nueva York, se pagaron 345.000 dólares por seis botellas de litro y medio del año '45.
.
.
.
5 comments:
Y eso los libera de la etiqueta de "Banqueros esclavistas"???
No seamos tontos, la disnatia rothschild, no es un ejemplo de humanos acertados, si no todo lo contrario...... No son modelos a seguir
cuanto le pagaron a la que escribió esto? esa familia junto a otras conforman una elite poderosa que a la larga terminan acabando con las vidas de millones, billones quizás...
No se cuanto, pero se que tiene mucho valor. Algo que hoy es muy escaso, ya que todo se hacer por dinero...
Cuanto tienes, cuanto vales...
Entonces, estos son los denominados "ILUMINADOS" y lo que explica la pirámide y el ojo en el billete del dolar, son los que convirtieron a la banca en instrumento de poder, los causantes de crisis económicas, políticas y social del mundo, quienes han secuestrado a la libertad, son los amos invisibles del mundo...y es por eso que están en contra del socialismo, de la igualdad, en contra de gobiernos progresistas, son ellos quienes lamentablemente tienen el control, y son ellos quienes se benefician de las guerras...Pero caerán y así como en la pirámide, cuando se desgasta, la punta será la primera en desaparecer...
Post a Comment