21 Febr(ero)uary 2013 | JONÁS BEREA|
La Iglesia Adventista del Séptimo Día ha venido expresando de forma oficial su valoración sobre diferentes cuestiones de naturaleza social, incluso política, mediante declaraciones oficiales, bien procedentes de la Asociación General, bien de alguna de las divisiones o de las uniones de la iglesia.
Si hay un tema que preocupa hoy a los españoles, y a gran parte de la humanidad, es la grave crisis económica que estamos sufriendo en muchos países del mundo. Dadas las enormes implicaciones éticas, y por tanto espirituales, de este fenómeno, sería interesante que la iglesia, en alguno de los niveles administrativos mencionados, se hubiera pronunciado oficialmente sobre él. En este sentido, los evangélicos españoles han publicado en los últimos meses algunos documentos que nos pueden servir de inspiración.
En junio de 2012 Protestante Digital informaba sobre el documento “Ante el rescate del sistema financiero español”, emitido por la Alianza Evangélica Española ( AEE). El medio evangélico destaca cómo «desde hace ya varios años la Alianza Evangélica Española ha roto esa idea de que la ética cristiana se ciñe a cuestiones de ética sexual, o como mucho de cierto sentido de obra social. A través de su grupo de participación en la vida pública ha emitido desde una perspectiva o cosmovisión bíblica informes y comunicados sobre diversas cuestiones de ética, política y justicia social». El documento exige al gobierno español transparencia respecto al posible rescate financiero que enfrenta España: «Los gobernantes ejercen su función por delegación y, por tanto, tienen la obligación moral y política de rendir cuentas pormenorizadamente a la ciudadanía, informando con veracidad; no es una opción ni un gesto; es una obligación». Destacando las raíces protestantes de los sistemas de equilibrio y control por parte de los poderes del estado, defiende que «de Europa no sólo debemos traer los dineros del rescate, sino también los mejores hábitos de los países con mayor tradición democrática, los de cultura protestante; en el caso actual debemos importar el hábito de la pormenorizada y frecuente rendición de cuentas».
Este documento, sobre el que con fortuna informaba el servicio de noticias de la Unión Adventista Española, se sumaba a una larga lista de comunicados oficiales de la AEE sobre cuestiones sociopolíticas. Entre ellos destacaré el más reciente, sobre el proyecto de instalación de Eurovegas en Madrid (ver en ANN). En él, los dirigentes evangélicos señalan que «la instalación de un complejo centrado en el juego basándose en el número de puestos de trabajo que creará y en el dinero que moverá es una visión a corto plazo, que generará más consecuencias negativas que los beneficios que traerá». Más adelante dicen (añado negritas): «Antes de aceptar los ingresos de este tipo de negocio (pocos para la mayoría de nosotros, ya que vienen con la pretensión de ser un paraíso fiscal para sus beneficios por un mínimo de 10 años) hay que considerar los costos»; y a continuación señalan los gastos en seguridad pública, en degradación del entorno natural y, especialmente, en términos de salud pública y de familias afectadas por la ludopatía, el alcoholismo y las drogas; «realmente los únicos que sacan verdaderos ingresos de este negocio son sus dueños, nosotros nos quedamos con los gastos». Responden al argumento de que se conseguirá un gran beneficio en forma de puestos de trabajo recordando que «los “negocios” que más dinero y “empleo” producen en todo el mundo son la trata de personas, el tráfico y la venta de sustancias estupefacientes y el tráfico de armas». «Hay líneas rojas que no queremos atravesar, aunque produzcan dinero y “empleo” porque valoramos más ese conjunto de valores, ya que ellos dan vertebración a la sociedad y, a medio y largo plazo, su resultado es mucho mejor».
De acuerdo con estos hermanos, «otro peligro no menor es poner al país de rodillas ante las grandes corporaciones extranjeras. Si vamos a cambiar leyes o vamos a crear islas de alegalidad, como consecuencia de la presión de las grandes multinacionales, en las que se permitiría hacer excepciones a normas que nos obligan a todos, realmente perdemos soberanía y la traspasamos a las grandes multinacionales».
El comunicado concluye con una consideración general de lo más interesante: «Las situaciones de crisis ponen de manifiesto aquello en lo que estamos fundamentados, sale lo mejor y lo peor del ser humano. Necesitamos personas, y por ende gobernantes, con criterios que sean creíbles y en los que podamos confiar. Cuando estos se dejan guiar, principalmente, por estas soluciones tan a corto plazo, nos damos cuenta de que un pragmatismo sin principios se está levantando y de que la ética, la verdad, y el bien común, están siendo vendidos a bajo precio».
Sería triste que como Iglesia Adventista, que desde siempre hemos expuesto los peligros de los juegos de azar (incluso los de casi todo tipo de juegos, hay que reconocer que a veces hasta extremos de cierto exceso de puritanismo), no saquemos tiempo para pronunciarnos públicamente sobre este proyecto de ludopatía, drogas y prostitución que amenaza a la Comunidad de Madrid. Ya lo están haciendo colectivos sociales, a los que quizá suponemos una menor concienciación ética, como la Plataforma Eurovegas No. Recordemos que una de las leyes que el gobierno pretende modificar es la que prohíbe fumar en espacios públicos. El tabaquismo es un “tema estrella” de nuestra proyección social. ¿No seremos capaces de pronunciarnos sobre este asunto?
Por su parte, en mayo de 2012 la Iglesia Evangélica Española (IEE), difundía un comunicadosobre la crisis, denunciando las decisiones políticas que suponen «una obediencia acrítica a una política europea basada en criterios dictados por el pensamiento económico más conservador y los poderes financieros que están socavando seriamente el modelo social europeo». Consideran que «nos encontramos ante una crisis provocada por el modelo social neoliberal que ha derivado en un capitalismo salvaje al que nadie pone freno» y parafrasean las palabras de Jesús: «No se puede servir a dos amos, no se puede servir al prójimo (imagen de Dios en el mundo) y a los mercados”.
En diciembre de 2011 la Alianza Evangélica Europea publicó un documento escrito por Pablo Martínez Vila, Una ética para el cristiano en la vida pública. En una entrevista en Protestante Digital, el autor destaca el error de «creer que las implicaciones sociales y políticas del evangelio no eran cosa nuestra, que los cristianos debemos preocuparnos fundamentalmente de la salvación del alma (en lo que estamos de acuerdo), pero es indudable que el evangelio tiene unas consecuencias sociales evidentes». Ahora bien, «la ambición del mundo es una ambición de poder, mientras que la ambición del creyente es la ambición de poder servir». «En el pasado hemos pensado que ser mansos significaba ser mudos, y no, ser mansos es hablar con gracia, con la sal adecuada».
Entre las personas que recomiendan el documento se encuentra el secretario general de la Alianza Evangélica Checa, Jiri Unger, quien explica que «la Alianza Evangélica Europea basa su enfoque sociopolítico en la creencia de que podemos ser radicales y fieles a la totalidad de las Escrituras sin ser extremistas, superficiales o liberales, y al mismo tiempo participaren las confrontaciones inevitables de una manera relacional y respetuosa». El documento ha tenido cierta repercusión social y política en España.
Apena comprobar cómo la Iglesia Adventista, que tanto énfasis ha realizado desde sus inicios en temas sociales como la salud y la nutrición, la educación, los valores cívicos, la libertad de conciencia y la integridad ética, parecería que tiende a permanecer en una burbuja confesional, en un “gueto”desde el que es difícil alcanzar relevancia social. Así, comprobamos cómo en ocasiones otros nos están tomando la delantera, dando abiertamente un mensaje que como adventistas podemos ofrecer al mundo; mensaje que ha de ir acompañado de un compromiso real y material hacia los necesitados. Ante una sociedad cada vez más desorientada y crispada, ante tragedias diarias como los desahucios y la miseria rampante, ¿nos limitaremos a decir, como otros, que oraremos por ellos para que el Señor los ayude? Como se pregunta nuestro hermano Keith Burton, ¿Debemos permanecer en silencio?
La única declaración oficial reciente de que tenga constancia es la del presidente de la Unión Española sobre el cese de violencia por parte de ETA en octubre de 2011. Seguro que estuvo motivada por las mejores intenciones, pero ¿es este asunto tan importante como para destacarlo sobre otros?
Ahora que la Unión Adventista Española se ha propuesto como uno de sus cinco objetivos para el quinquenio“ fomentar nuestra relevancia en la sociedad”, merece la pena considerar la elaboración de documentos para su difusión pública, basados sólidamente en la Palabra de Dios y sus principios, que huyan de todo partidismo y del politiqueo, pero en los que no se considere tabú tratar asuntos que están en el ámbito social. Nuestro posicionamiento oficial no se trata de una cuestión de imagen, sino que es parte de nuestro testimonio, y por tanto de la evangelización, y una manera de ofrecer al mundo la alternativa evangélica de paz, justicia, respeto e igualdad, y de promover una sociedad mejor. Hacen falta declaraciones, bien documentadas, elaboradas con rigor y con claridad en los principios, consultando a expertos que puedan asesorar en cuestiones claves. Y, ya que hoy en día las tecnologías de la comunicación nos permiten una interacción colectiva inimaginable hace unos años, ¿por qué no generar tormentas de ideas y debates previos a la elaboración de estos documentos, de modo que el conjunto de los hermanos puedan participar con sus aportaciones?
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