FRENO A LAS REFORMAS
06/04/2013 | 06:38
En nombre del Padre. Los cardenales frente a la cruz que usó Francisco en las Pascuas.
La voluntad reformista de Francisco podría enfrentar las resistencias de un viejo y poderoso rival de los jesuitas dentro de la Iglesia: el Opus Dei. La organización fundada en 1928 por José María Escrivá de Balaguer no sólo representa una tendencia antagónica a la de la Compañía de Jesús, a la que pertenece Jorge Bergoglio, sino que además controla áreas sensibles del Vaticano.
Aunque la Obra no cuenta con figuras de gran renombre en la curia, sí posee cuadros influyentes en las segundas y terceras líneas de la maquinaria vaticana. Y mantiene un alto nivel de influencia en las finanzas de la Santa Sede y en el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como Banco Vaticano.
Durante el papado de Benedicto XVI, el IOR recibió cuestionamientos por presuntos manejos turbios de dinero y por la escasa transparencia en las reglas de la institución. Dos semanas antes de renunciar, Joseph Ratzinger designó como nuevo presidente del Banco al abogado alemán Ernst von Freyberg, un hombre ligado al Opus Dei. En la Santa Sede se especula ahora con que, en su afán de “purificar” la Iglesia, Francisco cierre el IOR y transfiera todo el dinero de la institución a bancos italianos. Otra posibilidad es que ponga fin a su autonomía y lo coloque bajo su control para convertirlo en una “banca ética”.
En su libro La prodigiosa aventura del Opus Dei, el escritor Jesús Ynfante, biógrafo de Balaguer, explica que “la causa de tan agresiva competencia se debe a los puntos comunes entre ambos aparatos en sus campos de acción”. Ynfante sostiene que el Opus aprovechó “la experiencia de la Compañía de Jesús tras cuatro siglos de existencia” y “ha tomado su relevo en la segunda mitad del siglo XX”.
Ambas organizaciones representan corrientes opuestas dentro de la Iglesia –el Opus Dei es más tradicionalista y la Compañía, más proclive a una Iglesia abierta– y compiten incluso por espacios e influencias en el mundo académico.
Aunque la rivalidad es silenciosa, de vez en cuando se deja ver. Así ocurrió días atrás, cuando la cadena de librerías Troa, perteneciente al Opus, censuró la venta del libro Francisco. El nuevo Juan XXIII. “Aunque esgrimió razones comerciales, el Opus Dei censuró nuestro libro porque en él contamos el cambio de estrategia política del nuevo Papa en cuanto a la Obra –dijo a PERFIL el coautor José Manuel Vidal–. Tras haber estado en la cima del poder eclesiástico, el Opus lo perderá para dejar paso a las órdenes clásicas.”
Entre sus hombres en la Iglesia, el Opus también cuenta con Rafael García de la Serrana Villalobos, nuevo director de las polémicas licitaciones del Estado de la Ciudad del Vaticano; Julián Herranz Casado, jefe de la comisión investigadora del VatiLeaks; Greg Burke, asesor de comunicación del Vaticano; y Georg Gänswein, secretario privado del Pontífice. Todos rodean discretamente a Francisco.
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