Pedro P. Hinojos - Sábado, 11 Mayo 2013 00:00
La Compañía de Jesús, con sede central en Roma, es la orden más poderosa e influyente de la Iglesia católica. En parte por eso, y en parte por su vestimenta negra, su superior o prepósito general es conocido como ‘papa negro’, puesto que desde hace cinco años ocupa el religioso palentino Adolfo Nicolás Pachón, que en estos días está de gira por las comunidades de la compañía en España, siendo su última parada este sábado, día 11, en la histórica casa de los jesuitas de Alcalá.
Nicolás ha dedicado esta visita a nuestro país a conocer la provincia jesuita de Castilla, que se extiende por ocho comunidades autónomas: Galicia, Asturias, Cantabria, La Rioja, Castilla y León, Madrid, Extremadura y Murcia. Así, ha pasado por Valladolid, Santiago de Compostela, La Coruña, Oviedo, Gijón y concluirá, como se ha mencionado, en Alcalá. Completará, de este modo, el recorrido que junto a visitas anteriores le ha llevado por las cinco provincias jesuitas españolas, Aragón, Bética, Loyola, Tarraconense y ahora Castilla, antes de su integración en una única, prevista para 2014.
La comunidad jesuita de Alcalá está emplazada en el colegio San Ignacio de Loyola, en el barrio del Ensanche. Allí existe una residencia-enfermería para hermanos ancianos, que cuenta en la actualidad con más de medio centenar de residentes, y una casa de ejercicios, además de tener su sede el archivo histórico de la provincia.
antes, el ‘papa blanco’. Enrique Climent es el superior de la Compañía en Alcalá y será el encargado de dar la bienvenida en la mañana del sábado a Adolfo Nicolás, que se reunirá con los residentes y celebrará una eucaristía junto a ellos. La visita concluirá con una comida en la que también participarán jesuitas venidos de Madrid, Extremadura y Murcia.
El paso del ‘papa negro’ por Alcalá se produce apenas dos meses después de que otro jesuita se convirtiera en el ‘papa blanco’, el argentino Jorge Mario Bergoglio, de nombre Francisco como sumo pontífice, del que además se supo entonces que terminó su preparación sacerdotal en el Loyola alcalaíno en el lejano otoño de 1971.
Por este motivo, la casa de los jesuitas de Alcalá se transformó por unos días en centro de atención de todo el país. Y se recordó, de paso, la larga tradición jesuítica que atesora Alcalá, desde la presencia de su fundador, San Ignacio de Loyola, en 1526, y la creación del colegio máximo en 1620, hasta su actual residencia abierta en 1955, que llegó a acoger la facultad de Filosofía y hoy comparte espacio con un colegio e instituto.
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