El pontifice llegó a Oies desde la vecina localidad de Bressanone, en la que transcurre un periodo vacacional iniciado el pasado 28 de julio y que terminará el 11 de agosto, cuando se trasladará a la residencia de descanso de Castel Gandolfo, a las afueras de Roma.
Ciudad del Vaticano.- Es "importante" que China se abra a Cristo, exhortó hoy el Papa Benedicto XVI al visitar la localidad de Oies, en el norte de Italia, lugar de nacimiento del santo Josef Freinademetz, quien vivió en el país asiático.
"Es importante que este gran continente se abra al Evangelio de Cristo", añadió el Pontífice en la iglesia de Oies, dedicada a San Josef Freinademetz, que en 1879, a los 27 años, abandonó los Dolomities para pasar el resto de su vida con el pueblo chino.
"Agradecemos al Señor que nos ha dado a este gran santo, el cual nos muestra la vía y es también un signo para el futuro de la Iglesia", dijo Benedicto XVI.
"Sabemos que China se vuelve cada vez más importante en la vida política, económica y también en la vida de las ideas", agregó.
Dijo que "San Josef Freinademetz nos muestra que la fe no es ninguna alienación para ninguna cultura y ningún pueblo, porque todas las culturas esperan a Cristo y no deben ser destruidas".
Según el Papa, es "en el Señor que las culturas alcanzan su madurez".
"San Josef Freinademetz quería no sólo vivir y morir como un chino, sino también continuar siendo un chino en el cielo", señaló.
Indicó que fue así que ese santo "se identificó verdaderamente con este pueblo y con la certeza de que este pueblo se abrirá a Cristo".
El papa llegó a Oies desde la vecina localidad de Bressanone, en la que transcurre un periodo vacacional iniciado el pasado 28 de julio y que terminará el 11 de agosto, cuando se trasladará a la residencia de descanso de Castel Gandolfo, a las afueras de Roma.