Tiene culpa la iglesia por la delincuencia en México, acepta el vocero del Cardenal Rivera
Por Norma L. Vázquez Alanís/Club Primera Plana
20 AGOSTO 2008
La Iglesia no ha hecho bien su trabajo y por eso hay narcotraficantes o secuestradores que son guadalupanos o devotos de algún santo, cuando es incompatible su conducta con la evangelización católica, reconoció Hugo Valdemar Romero, director de comunicación social de la Arquidiócesis de México.
Invitado por el Club Primera Plana a su sesión-comida semanal del 13 de agosto, el presbítero reconoció que si hubieran evangelizado bien, “no habría la delincuencia que hay, ni existiría la clase política que hoy tiene México”.
Aseguró que la Iglesia no evade su responsabilidad; al contrario, ha enfrentado las acusaciones de pederastia e incluso el papa Benedicto XVI pidió perdón a las victimas de este abuso durante su visita a Estados Unidos. De igual forma la Arquidiócesis de México ha respondido a las críticas por su oposición a la interrupción del embarazo en el Distrito Federal.
La presencia del también vocero del arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, generó entre los periodistas numerosas preguntas para el sacerdote, quien abordó sin reservas los temas planteados.
Respecto al celibato, el padre Valdemar comentó que está a debate y de ninguna manera es un dogma, sólo es una disciplina, es una consagración indivisa a Dios.
Consideró que el próximo pontífice deberá abrirse a la modernidad en el tópico del celibato y dijo que podría volverse a los tiempos cuando se elegía de entre la comunidad al hombre probo para ser presbítero. El celibato debe ser opcional, tiene que abrirse el sacerdocio a hombres casados; los sacerdotes del rito católico maronita son casados, aclaró.
Acerca del éxodo de católicos hacia las sectas que han proliferado en México, el también autor de varios libros religiosos, entre ellos “Un niño nos ha nacido” y “El camino de la cruz”, insistió en que gran parte de la culpa es de la propia Iglesia, pues el catolicismo es pasivo, la misa no es un rito participativo y hoy día la gente busca la participación y los bienes materiales.
Manifestó estar convencido de que sin la intervención de los laicos la Iglesia no va a salir adelante; ellos son quienes la sacarán de la gran crisis por la que atraviesa, pero es necesario convencerlos de que tienen la misión de evangelizar.
En México hay actualmente 160 diáconos permanentes y seis parroquias están atendidas por monjas, aunque la misa la ofician sacerdotes; “¿y saben -bromeó- por qué Dios quiso que la misa sólo la oficiaran sacerdotes?... para asegurarse de que así al menos un hombre asistiría”. Pero definitivamente, la Iglesia está sostenida por las mujeres, aseguró.
En cuanto a la posible concordancia entre ciencia y religión después de la reivindicación de Galileo por parte de Juan Pablo II, el portavoz del cardenal Rivera Carrera explicó que Benedicto XVI tiene como prioridad acercarse a la gente de ciencia.
Es uno de los puntos de su pontificado, precisó, pues como intelectual que es, quiere que se llegue a una convivencia entre ciencia y fe. La fe no es irracional, aunque haya cosas de ella que no son comprensibles, pero de ninguna manera son opuestas a la razón. Además, añadió, el Vaticano tiene una academia de ciencias donde se estudian especialmente la bioética y la genética, porque existe preocupación al respecto.
Luego se refirió a los documentos históricos que la Iglesia tiene en sus archivos y a la excomunión de Miguel Hidalgo.
En el primer caso indicó que ya se ha publicado un catálogo de esos escritos elaborado por el padre Watson, quien es historiador, y está abierto al público; no son documentos del gobierno, apuntó, pertenecen a la Iglesia, a la Curia y la Basílica. También hay un archivo en Puebla, que es el más completo porque no fue saqueado. Y reconoció que además la Iglesia tiene archivos secretos, que “después de 20 años ya no lo serán”.
Por lo que toca al segundo punto, expuso que Hidalgo -quien dio el grito de Independencia de México en 1810- no fue excomulgado lícitamente, ni tampoco José María Morelos, porque Manuel Abad y Queipo no era obispo; además los restos de ambos curas estuvieron enterrados en la catedral, hecho imposible si hubieran estado excomulgados; fue un abuso del poder eclesiástico, consideró. También recordó que el cardenal Ernesto Corripio pronunció una homilía sobre el particular y dijo que en su momento, con motivo del bicentenario, la Iglesia dará a conocer su posición.
Acerca de la decisión de la Iglesia de prohibir las bodas en playas, jardines y haciendas, señaló que se registraban muchos abusos y se estaba perdiendo el verdadero valor o sentido del sacramento, que debe llevarse a cabo en el templo.
Ahora han proliferado los curas falsos para celebrar estas ceremonias, que se siguen haciendo, y dijo que Televisa ha presionado para que las bodas televisadas sean en escenarios imitando templos, pero la iglesia tiene normas y requisitos que cumplir, y es imposible complacer todos los caprichos de los fieles.
Por otra parte el presbítero dejó en claro que el papa Ratzinger, a quien juzgó muy tímido e inteligente, no quiere imitar a Juan Pablo II; él está dedicado a la parte doctrinal e interna de la Iglesia, y tan es así que los romanos dicen que a Juan Pablo II lo iban a ver y a Ratzinger lo van a oír.
En cuanto a la posible visita papal a México, indicó que Benedicto XVI no lo ha decidido porque está pensando en corto, en lo familiar, en reuniones con pocas personas; es un papa íntimo, no masivo, y además es diabético y ha tenido ya dos embolias.
Aprovechó el padre Valdemar para recordar que Juan Pablo II amaba a México, y relató que en una ocasión su secretario particular le comentó al cardenal Norberto Rivera que, cuando aquel pontífice se sentía deprimido, le pedía que le pusiera los videos de sus viajes a este país.
Volviendo al tema de la Iglesia en México, consideró que al Episcopado le falta visión y apertura, porque a veces el miedo hace que uno se cierre; empero, la Iglesia es muy plural: hay Opus Dei y Legionarios de Cristo, pero también hay obispos como Lona Reyes en Guerrero. La Iglesia hace muchas obras que no conoce el gran público, “porque no somos el Teletón de Televisa”.
El director de comunicación social de la Arquidiócesis de México habló también del sincretismo de los adoradores de Malverde -llamado el santo de los narcos- y de la Santa Muerte, a la cual consideró una opción destructiva, porque tiene implicaciones demoníacas.
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Fuente: http://www.yancuic.com/nota.php?seccion=10¬icia=10011
Nota: Rojitas agregadas para dar enfasis...........Arsenio.