Piden además que se nombre al culpable de la muerte de “Landy”. Vea la fotogalería.
Yoira Calderón, novia del occiso, observa el cuerpo de González, flanqueado por dos policías que hacían guardia de honor. (Mariel Mejía Ortiz/END)
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Maunabo - Poco antes de morir, el agente Orlando González Ortiz de la División de Robos a Bancos de la Policía conversó sobre sus planes de matrimonio, de continuar estudios en derecho y la reciente operación de rodilla de su madre Isidra Ortiz.
El agente Carlos González Sotomayor recordó ayer que su compañero de labores estaba alegre y que le mostró las fotografías de su familia y de su novia, Yoira Calderón, que mantenía en su celular.
“Me habló de su satisfacción de ayudar a su mamá. Me estaba diciendo que su papá no era su papá, sino su amigo y de su novia, que la amaba mucho”, relató González durante el velatorio de su “amigo y hermano”, en la Funeraria Steidel.
Señaló que su amigo llegó al hospital a las 12:07 de la mañana y que fue declarado muerto ocho minutos después.
“Hay un tiempo para todo. Ahora es tiempo de compartir con mis compañeros”, afirmó, mientras una lágrima corría por su rostro.
Aunque no ofreció detalles sobre los sucesos ocurridos la noche del jueves, reiteró que González Ortiz vestía su chaleco antibalas, que tenía la palabra “policía” en la parte posterior y frontal de la chaqueta protectora.
“Estábamos debidamente identificados. Estábamos con un propósito allí. Todos teníamos una asignación y se acató como se mandó a ser”, indicó.
“De ser identificados como agentes, todo el mundo podía ver a ciencia cierta que no sólo el compañero, sino que este servidor (era un agente)”, agregó.
Además indicó que el lugar donde ocurrió el incidente estaba iluminado.
A su espalda, una pantalla de vídeo mostraba imágenes de Landy -como lo llamaban sus amigos- durante la graduación de su novia y en un crucero con amigos. Algunos amigos y familiares sollozaban y se abrazaban mientras observaban las fotografías, que documentaron tiempos mejores.
En el interior de la capilla, el cuerpo de González Ortiz descansaba en un féretro marrón. Tenía entre sus manos un rosario blanco y, en un costado, una bola de soccer firmada por varios amigos.
Afuera Ángel González e Isidra Ortiz Lebrón, los padres del agente de 31 años, y su hermano Ángel, volvieron a reclamar justicia.
“No es posible que le troncharan la vida a mi hijo, pero que ahora nadie se eche la culpa”, indicó Ángel González.
Exigió que se realice una investigación minuciosa de lo sucedido y que se divulgue el nombre de la persona que mató a su hijo menor.
“Esperábamos que vinieran, aunque sea uno de ellos y nos diera una condolencia”, comentó el hombre sobre el silencio del FBI en este caso.
Entre lágrimas, comentó que quedó pendiente un viaje en crucero que pensaba realizar junto a su hijo en navidades.
La esposa de su padre, Libertad Núñez, también lamentó la muerte del joven, a quien describió como un hombre alegre y amoroso.
“Con la escasez de jóvenes de virtud que hay y cuando los tenemos los perdemos de una forma que no es justa”, manifestó.
González Ortiz llevaba 12 años en la Policía, cinco de ellos en la División de Robos a Bancos.
El agente, que recibirá un ascenso póstumo al cargo de sargento, será sepultado el lunes en el Cementerio Municipal de Maunabo luego de una misa en la iglesia católica.
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