Yajaira Figari/Clave Digital
viernes, 11 de septiembre de 2009, 10:56 a.m
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La aprobación en segunda lectura del artículo 30 del proyecto de reforma constitucional sometido por el Poder Ejecutivo, no sólo provocaría un significativo aumento en el número de muertes maternas, sino también de los abortos que son practicados clandestinamente.
A esta conclusión llegó el sacerdote mexicano Julián Cruzalta, teólogo eco-feminista que apoya la causa de la despenalización del aborto, por considerar que es un tema de tipo social.
“No se trata de entrar en conflictos de valores, ni caer en el conflicto de qué es lo primero, el huevo o la gallina, lo primordial es lo concreto”, señaló.
Pese a que la Iglesia Católica representa un sector importante, según el religioso, existen otras iglesias que merecen ser escuchadas. Cruzalta pide que sea sacado el tema de la religión en los debates de la reforma constitucional y consideró como muy grave que un tema de salud y social sea tratado como si fuera esencialmente religioso.
Indicó que en la Cuidad de México, desde que se despenalizó el aborto en 2007, la cifra no ha aumentado y ya existen cifras confiables
Alberto Rosario/Clave Digital
Pese a que la Iglesia Católica representa un sector importante, según el religioso, existen otras iglesias que merecen ser escuchadas. Cruzalta pide que sea sacado el tema de la religión en los debates de la reforma constitucional y consideró como muy grave que un tema de salud y social sea tratado como si fuera esencialmente religioso.
Indicó que en la Cuidad de México, desde que se despenalizó el aborto en 2007, la cifra no ha aumentado y ya existen cifras confiables.
“En una ciudad de 23 millones de habitantes se han practicado en dos años unos 37 mil abortos y eso fue asunto del Código Penal. Me preocupa mucho esta postura porque van a aumentar los abortos clandestinos, sin control e insalubres. Lo mejor es asumir las cosas y dejarlas a la conciencia”, agregó.
Cruzalta, religioso de la orden de los dominicos, teólogo moral, es miembro de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la Universidad de México (UNAM). Es profesor de Teología y asesor teológico en materia constitucional para la organización “Católicas por el derecho a decidir”.
Esta es la segunda vez que visita el país, pues en el 2007 vino apoyar el plan de seguimiento a la despenalización del aborto en República Dominicana, que ejecutó la Coalición de ONGs por un Código Penal moderno y consensuado, con la Colectiva Mujer y Salud.
CIFRA
37,000
Abortos se han realizado en la ciudad de México en los últimos dos años, de acuerdo con el sacerdote
La República Dominicana es uno de los países del mundo que penaliza el aborto en todas sus circunstancias.
Grupos de defensa de los derechos humanos de República Dominicana están planteando la despenalización del aborto cuando esté en peligro la vida de la madre, cuando el embarazo sea producto de incesto o cuando se produzca una violación sexual.
¿Qué entiende usted por el concepto “inviolabilidad de la vida desde la concepción hasta la muerte” establecido en el artículo 30 del proyecto de reforma constitucional?
Con lo del artículo 30 nos parece que el país está caminando hacia un retroceso porque se hace un planteamiento antidemocrático. El artículo 30 lo que plantea una franca discriminación a las mujeres en la decisión sobre el sistema de vida que se tenga, en qué momento tener los hijos y cuántos, esta es una decisión de libertad de conciencia.
Hay una serie de violaciones a los derechos humanos. Estas leyes que penalizan lo que hacen, discriminan a mujeres con recursos, con educación y sin recursos.
Muchos sectores consideran que si se aprueba el artículo 30 aumentarían los abortos clandestinos y el riesgo de muertes maternas, ¿cree que estos grupos tienen la razón?
Con ley o sin ley hay abortos todos los días en todo el mundo. Con ley van haber abortos y van a aumentar las muertes, y lo único que van a lograr es aumentarlas.
El penalizarlo, no es la mejor lucha contra el aborto, eso está probado. Si la gente sabe asumir su sexualidad disminuye la tasa de aborto. La prevención sí es lucha contra el aborto. Con leyes o sin leyes, abortos hay en América Latina y aquí ocurre igual. Las mujeres con recursos se van a las mejores clínicas, pero las que no los tienen van a la clandestinidad y por lo tanto habrá más muertes.
Cuando usted dice que apoya la causa de la despenalización del aborto desde el punto de vista de la libertad, ¿a qué se refiere?
Lo que yo quiero decir es que es un asunto que cada quien actúe conforme a su conciencia. El papel de las iglesias es hablar sobre sus fieles, pero esto no le toca al Estado. Al Estado lo que le toca es garantizar derechos y las libertades. Si el estado se pone hacer leyes conforme a morales, entonces las morales son costumbres y las costumbres varían en un lugar y otro y de una época a otra, entonces ¿va a legislar conforme a la costumbre de quién?
El Estado tiene que legislar de tal manera que no lesione costumbres de nadie. Lo que tiene que hacer es respetar la costumbre de todos, no ir contra la costumbre de nadie. Por eso los estados modernos no se meten en temas religiosos, se los dejan a las iglesias.
El estado tiene que proteger derechos y en este caso con el artículo 30 el estado no está protegiendo derechos menores, sino un estado que está asumiendo una costumbre religiosa. Lo que nos están dando la idea es que quieren imponer una visión religiosa de la ley.
¿Cuál es la postura de la Iglesia Católica en este caso?
Como las iglesias no han sido capaces de convencer a la gente con sus doctrinas, ahora el Estado quiere imponer y ese es el problema. Los estados modernos no se meten en esas discusiones biológicas.
Creo que se debe respetar la conciencia de todos, no se debe obligar, pero aquí lo que parece es que están obligando al resto de la sociedad. El problema es que se obligue a otros que no están de acuerdo conforme a una costumbre que no es su costumbre, y al Estado le corresponde dar derechos.
Cientos de personas marcharon este miércoles contra el artículo 30
Alberto Rosario/Clave Digital
Alberto Rosario/Clave Digital
La postura oficial de la iglesia la expresan los señores obispos. La iglesia tiene todo el derecho en asumir una postura y a manifestarla públicamente. Lo que no tiene el derecho es de imponerla en un Estado.
Vemos el ejemplo de una mujer que sea pobre, con serios problemas económicos y que por alguna razón quedó embarazada y quiera abortar, y luego vemos otra cuya vida está en peligro y debe optar por abortar, ¿a cual de las dos usted apoyaría?
Desde mi postura no puedo decidir porque no soy mujer. Creo que cada persona conforme a su situación debe decidir. Lo ético es la responsabilidad, pero quien debe decidir es la mujer, no es el estado ni las iglesias. Es muy fácil para mí opinar a favor o en contra, pero sería irresponsable opinar. Es muy fácil decir “no aborto” en todos los casos, pero no quién se va hacer cargo de esas criaturas.
No es sólo asunto económico, es asunto afectivo. Para mí la vida es un ser y traer un ser a este mundo es una gran responsabilidad. No es solo comer y dormir.
¿No es contradictorio que usted, siendo religioso, apoye el aborto?
A mí si me interesa la vida. Defender los derechos humanos de las mujeres que mueren en estos países sí me interesa. Defiendo la vida. Si se aprueba esa ley morirán muchas mujeres. Hay ignorancia culposa y deben informarse y tener asesores que conozcan estos temas. Deberían hacer foros y traer gente que maneje estos temas y escuchar a los científicos. Legislar en torno a miedos y prejuicios es ignorancia.
No he visto a nadie en su sano juicio promoviendo el aborto. El aborto es un mal y hay que hacer un trabajo ético y responsable para disminuir las tasas. La educación sexual es la mejor lucha, pero penalizarlo es la peor porque entonces no habrá cifras porque habrán muchos abortos clandestinos.
Vemos el ejemplo de una mujer que sea pobre, con serios problemas económicos y que por alguna razón quedó embarazada y quiera abortar, y luego vemos otra cuya vida está en peligro y debe optar por abortar, ¿a cual de las dos usted apoyaría?
Desde mi postura no puedo decidir porque no soy mujer. Creo que cada persona conforme a su situación debe decidir. Lo ético es la responsabilidad, pero quien debe decidir es la mujer, no es el estado ni las iglesias. Es muy fácil para mí opinar a favor o en contra, pero sería irresponsable opinar. Es muy fácil decir “no aborto” en todos los casos, pero no quién se va hacer cargo de esas criaturas.
No es sólo asunto económico, es asunto afectivo. Para mí la vida es un ser y traer un ser a este mundo es una gran responsabilidad. No es solo comer y dormir.
¿No es contradictorio que usted, siendo religioso, apoye el aborto?
A mí si me interesa la vida. Defender los derechos humanos de las mujeres que mueren en estos países sí me interesa. Defiendo la vida. Si se aprueba esa ley morirán muchas mujeres. Hay ignorancia culposa y deben informarse y tener asesores que conozcan estos temas. Deberían hacer foros y traer gente que maneje estos temas y escuchar a los científicos. Legislar en torno a miedos y prejuicios es ignorancia.
No he visto a nadie en su sano juicio promoviendo el aborto. El aborto es un mal y hay que hacer un trabajo ético y responsable para disminuir las tasas. La educación sexual es la mejor lucha, pero penalizarlo es la peor porque entonces no habrá cifras porque habrán muchos abortos clandestinos.
.
.
.
.