(LA RAZÓN - A. J.) - Tras la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney y su visita a Francia, el próximo gran reto de Benedicto XVI será el sínodo de los obispos que tendrá lugar en Roma del 5 al 26 de octubre y estudiará la situación actual de la Biblia en la Iglesia, lo que, según el Vaticano, «reviste una importancia capital para el mundo contemporáneo». Y es que uno de los temas que más preocupa a la Iglesia es el bajo índice de lectura que alcanza la Biblia entre los fieles practicantes.Una misa en la basílica de San Pablo Extramuros dará comienzo a la gran cita en la que participarán trece españoles. Cuatro obispos, dos superiores generales, cuatro teólogos -entre ellos, una religiosa-, dos sacerdotes y un laico compondrán el grupo de los miembros sinodales españoles. Entre ellos destacan los designados por la Conferencia Episcopal Española (CEE): su presidente, el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela; el vicepresidente de la CEE y obispo de Bilbao, monseñor Ricardo Blázquez, y el arzobispo emérito de Pamplona, monseñor Fernando Sebastián Aguilar.
Acudirán también como padres sinodales el Prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría; el Prepósito General de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás; el presidente de Comunión y Liberación, el sacerdote Julián Carrón; José Rodríguez Carballo, ministro general de los franciscanos, y José Abella Batlle, superior general de los claretianos.
Por otro lado, entre los expertos españoles nombrados por el Papa Benedicto XVI se encuentran el director de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), Jorge Juan Fernández Sangrador; el liturgista benedictino Juan Javier Flores Arcas; el teólogo Salvador Pie Ninot y la profesora de Teología Bíblica del Antiguo Testamento en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Nuria Calduch Benages.
«Importantísimo para la Iglesia»
Benedicto XVI también ha establecido que Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal y responsable a nivel internacional de esta realidad eclesial, sea el único auditor español del sínodo. Argüello ha declarado a LA RAZÓN que «este sínodo es importantísimo para la Iglesia» porque, «como dice un salmo, la Palabra es lámpara a mis pasos, ilumina nuestro camino haciéndonos descubrir que, sobre todo, nuestra historia es una historia de salvación».
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