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Saturday, July 19, 2025

“Velad y orad”



“Velad y orad”

Levantándose de su postración, se acercó a sus discípulos y los halló durmiendo. Díjole a Pedro: “¿Así no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación: el espíritu a la verdad está presto, mas la carne enferma.” Vers. 40, 41. En el momento más importante, cuando les había rogado en especial que velasen con él, Jesús halló dormidos a los discípulos. El sabía que les sobrevendrían graves conflictos y tentaciones. Los había llevado consigo para que le fortaleciesen, y para que los acontecimientos que presenciasen esa noche y las lecciones de instrucción que recibiesen se quedasen grabadas indeleblemente en su memoria. Esto era necesario para que su fe no desfalleciese, sino que fuese fortalecida para la prueba que les esperaba.

Pero en vez de velar con Cristo, abrumados por el pesar, se durmieron. Aun el ardiente Pedro, que, pocas horas antes había declarado que sufriría y, si era necesario, moriría por su Señor, se había dormido. En el momento más crítico, cuando el Hijo de Dios necesitaba su simpatía y sus sentidas oraciones, los halló durmiendo. Al dormir así perdieron mucho. Nuestro Salvador quería fortalecerlos para la severa prueba a la cual muy pronto iba a ser sometida su fe. Si hubiesen pasado esos momentos tristes velando con su amado Salvador y orando a Dios, Pedro no habría sido abandonado a su propia débil fuerza, que le indujo a negar a su Señor en el momento de prueba.

El Hijo de Dios se alejó por segunda vez y oró diciendo: “Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.” Vers. 42. Nuevamente volvió adonde estaban los discípulos y los halló durmiendo. Tenían los ojos pesados. Estos discípulos dormidos representan a una iglesia que duerme cuando se acerca el día del juicio de Dios. Es un tiempo de nubes y densas tinieblas, cuando es peligroso dormirse.

Jesús nos ha dejado esta amonestación: “Velad pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá; si a la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; porque cuando viniere de repente, no os halle durmiendo.” Marcos 13:35, 36. Se pide a la iglesia de Dios que cumpla su vigilia, por peligrosa que sea, ora sea corta o larga. El pesar no brinda excusas para ser menos vigilantes. La tribulación no debe inducirnos al descuido, sino a duplicar la vigilancia. Por su ejemplo Cristo indicó a su iglesia cuál es la fuente de su fuerza en tiempo de necesidad, angustia y peligro. La actitud de vela designará en verdad a la iglesia como pueblo de Dios. Por esta señal, los que aguardan se distinguen del mundo y demuestran que son peregrinos y extranjeros en la tierra.

De nuevo, el Salvador se apartó tristemente de sus discípulos que dormían, y oró por tercera vez repitiendo las mismas palabras. Luego volvió a ellos y les dijo: “Dormid ya, y descansad: he aquí ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.” Mateo 26:45. ¡Qué crueles fueron los discípulos al permitir que el sueño les cerrase los ojos, y encadenase sus sentidos, mientras su divino Señor soportaba tan inefable angustia mental! Si hubiesen permanecido en vela, no habrían perdido su fe al contemplar al Hijo de Dios muriendo en la cruz.

Esta importante vigilia nocturna debiera haberse destacado por nobles luchas mentales y oraciones, que los habrían robustecido para presenciar la indecible agonía del Hijo de Dios. Los habría preparado para que, mientras contemplaban sus sufrimientos en la cruz, comprendieran algo de la naturaleza de la angustia abrumadora que él soportó en el huerto de Getsemaní. Y habrían quedado mejor capacitados para recordar las palabras que les había dirigido con referencia a sus sufrimientos, muerte y resurrección; y en medio de la lobreguez de aquella hora terrible y penosa, algunos rayos de esperanza habrían iluminado las tinieblas y sostenido su fe.

Cristo les había predicho que estas cosas iban a suceder; pero no lo comprendieron. La escena de sus sufrimientos había de ser una prueba de fuego para sus discípulos, y por esto era necesario que velasen y orasen. Su fe necesitaría ser sostenida por una fuerza invisible, mientras experimentaran el triunfo de las potestades de las tinieblas.


Joyas de los Testimonios Tomo 1, pp. 221-223.


Saturday, June 9, 2018

La iglesia de Laodicea


Número 5—Testimonio para la iglesia 


La iglesia de Laodicea


Queridos hermanos y hermanas: El Señor nuevamente me ha visitado con gran misericordia. He estado muy afligida durante los últimos meses. Me he sentido muy enferma. Durante años he estado afectada por la hidropesía y por una enfermedad del corazón, lo cual ha tendido a deprimirme y a destruir mi fe y mi valor. El mensaje a los miembros de la iglesia de Laodicea no ha conseguido que se produzca ese fervoroso arrepentimiento entre el pueblo de Dios que yo esperaba ver, por lo cual he sentido gran incertidumbre. Debido a que la enfermedad que padecía avanzaba continuamente, pensé que moriría. No tenía deseos de vivir, por lo tanto no podía aferrarme de la fe y orar por mi recuperación. Con frecuencia cuando me retiraba en la noche, comprendía que corría el peligro de perder el aliento antes de la mañana. Encontrándome en esa condición, perdí el conocimiento a la medianoche. Mandaron a buscar a los hermanos Andrews y Loughborough, quienes oraron fervorosamente a Dios pidiendo mi restauración. Desaparecieron la depresión y el gran peso que sentía sobre mi corazón dolorido, y fui tomada en visión y vi las cosas que ahora presento ante vosotros.

Vi que Satanás había estado tratando de desanimarme y hacerme desesperar, de hacerme desear la muerte antes que la vida. Vi que no era la voluntad de Dios que yo dejara de trabajar y muriera, porque en ese caso triunfaría el enemigo de nuestra fe, y se entristecerían los corazones de los hijos de Dios. Vi que con frecuencia experimentaría angustia de espíritu y tendría que sufrir mucho, sin embargo se me hizo la promesa de que los que se encontraran a mi alrededor me animarían y ayudarían, y que mi ánimo y valor no fallarían durante los duros ataques del diablo.

Vi que el testimonio que se dio a la iglesia de Laodicea también se aplica al pueblo de Dios actual, y que la razón por la cual no ha podido efectuar una obra mayor es por la dureza de sus corazones. Pero Dios ha dado tiempo al mensaje para que efectúe su obra. El corazón debe ser purificado de los pecados que durante tanto tiempo han mantenido afuera a Jesús. Este solemne mensaje hará su obra. Cuando fue presentado por primera vez, indujo a un detenido examen de conciencia. El pueblo de Dios confesó sus pecados, y se despertó en todas partes. Casi todos creían que este mensaje concluiría con la predicación en alta voz del tercer ángel. Pero como no vieron efectuarse la poderosa obra en un corto tiempo, muchos perdieron el efecto del mensaje.

Vi que este mensaje no efectuaría su obra en el término de unos pocos meses. Ha sido dado para despertar al pueblo de Dios, para mostrarle sus yerros y para conducirlo a un fervoroso arrepentimiento, para que sea bendecido por la presencia de Jesús y esté preparado para la predicación en alta voz del tercer ángel. Debido a que este mensaje afectaba al corazón, conducía a una profunda humildad delante de Dios. Se enviaron ángeles en todas direcciones para preparar los corazones de los incrédulos a fin de que recibieran la verdad. La causa de Dios comenzó a crecer y el pueblo de Dios supo la posición que ocupaba. Si se hubiera obedecido el consejo del Testigo Fiel, Dios habría obrado con gran poder en favor de su pueblo. Sin embargo, los esfuerzos efectuados desde que se dio el mensaje han sido bendecidos por Dios, y como resultado, muchas almas han sido sacadas del error y las tinieblas para que se regocijen en la verdad.

Dios probará a los suyos. Jesús los soporta pacientemente, y no los vomita de su boca en un momento. Dijo el ángel: “Dios está pesando a su pueblo”. Si el mensaje hubiese sido de corta duración, como muchos de nosotros suponíamos, no habría habido tiempo para desarrollar el carácter. Muchos actuaron por sentimientos, no por principios y fe, y este mensaje solemne y temible, los conmovió. Obró en sus sentimientos y excitó sus temores, pero no realizó la obra que Dios quería que realizase. Dios lee el corazón. Para que sus hijos no se engañen a sí mismos, les da tiempo para que pase la excitación; luego los prueba para ver si quieren obedecer el consejo del Testigo Fiel. 

Saturday, September 30, 2017

Nuestro mensaje no consiste en fijar una fecha



No pertenecemos a ese grupo que define el tiempo exacto que transcurrirá antes de la segunda venida de Jesús con poder y gran gloria. Algunos han fijado una fecha, y cuando ésta ha pasado, su espíritu presuntuoso no ha aceptado la reprensión, sino que han fijado otra y otra fecha. Pero muchos fracasos sucesivos los han acuñado como falsos profetas.—Fundamentals of Christian Education, 335 (1895).

Dios no le da a ningún hombre un mensaje de que pasarán cinco o diez o veinte años antes de que concluya la historia de esta tierra. El no quiere darle a ningún ser viviente una excusa para demorar la preparación para su venida. El espera que nadie diga, como lo hizo el siervo infiel: “Mi señor tarda en venir”, porque esto conduce a un descuido temerario de las oportunidades y privilegios para prepararnos para ese gran día.—RH, 27 de noviembre de 1900.

Eventos de los Últimos Días, p.34.



Saturday, August 26, 2017

Los que aguardan al Señor purifican sus almas obedeciendo la verdad


Después que hubo indicado las señales de su venida, Cristo dijo: “Cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.” “Mirad, velad y orad.” Dios advirtió siempre a los hombres los juicios que iban a caer sobre ellos. Los que tuvieron fe en su mensaje para su tiempo y actuaron de acuerdo con ella, en obediencia a sus mandamientos, escaparon a los juicios que cayeron sobre los desobedientes e incrédulos. A Noé fueron dirigidas estas palabras: “Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí.” Noé obedeció y se salvó. Este mensaje llegó a Lot: “Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad.”10Génesis 7:1; 19:14. Lot se puso bajo la custodia de los mensajeros celestiales y se salvó. Así también los discípulos de Cristo fueron advertidos acerca de la destrucción de Jerusalén. Los que se fijaron en la señal de la ruina inminente y huyeron de la ciudad escaparon a la destrucción. Así también ahora hemos sido advertidos acerca de la segunda venida de Cristo y de la destrucción que ha de sobrecoger al mundo. Los que presten atención a la advertencia se salvarán.

Por cuanto no sabemos la hora exacta de su venida, se nos ordena que velemos. “Bienaventurados aquellos siervos, a los cuales cuando el Señor viniere, hallare velando.”11Lucas 12:37, 42. Los que velan esperando la venida de su Señor no aguardan en ociosa expectativa. La espera de la venida de Cristo debe inducir a los hombres a temer al Señor y sus juicios sobre los transgresores. Les ha de hacer sentir cuán grande pecado es rechazar sus ofrecimientos de misericordia. Los que aguardan al Señor purifican sus almas obedeciendo la verdad. Con la vigilancia combinan el trabajo ferviente. Por cuanto saben que el Señor está a las puertas, su celo se vivifica para cooperar con los seres divinos y trabajar para la salvación de las almas. Estos son los siervos fieles y prudentes que dan a la familia del Señor “a tiempo ... su ración.”11Lucas 12:37, 42. Declaran la verdad que tiene aplicación especial a su tiempo. Como Enoc, Noé, Abrahán y Moisés declararon cada uno la verdad para su tiempo, así también los siervos de Cristo dan ahora la amonestación especial para su generación.

Pero Cristo presenta otra clase: “Y si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor se tarda en venir: y comenzare a herir a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos; vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera.”

El mal siervo dice en su corazón: “Mi señor se tarda en venir.” No dice que Cristo no vendrá. No se burla de la idea de su segunda venida. Pero en su corazón y por sus acciones y palabras, declara que la venida de su Señor tarda. Destierra del ánimo ajeno la convicción de que el Señor va a venir prestamente. Su influencia induce a los hombres a una demora presuntuosa y negligente. Los confirma en su mundanalidad y estupor. Las pasiones terrenales y los pensamientos corruptos se posesionan de su mente. El mal siervo come y bebe con los borrachos, y se une con el mundo en la búsqueda de placeres. Hiere a sus consiervos acusando y condenando a los que son fieles a su Maestro. Se asocia con el mundo. Siendo semejantes, participan juntos en la transgresión. Es una asimilación temible. Juntamente con el mundo, queda entrampado. Se nos advierte: “Vendrá el Señor de aquel siervo ... a la hora que no sabe, y le cortará por medio, y pondrá su parte con los hipócritas.”

“Y si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti.”12Apocalipsis 3:3. El advenimiento de Cristo sorprenderá a los falsos maestros. Están diciendo: “Paz y seguridad.” Como los sacerdotes y doctores antes de la caída de Jerusalén, esperan que la iglesia disfrute de prosperidad terrenal y gloria. Interpretan las señales de los tiempos como indicios de esto. Pero ¿qué dice la Palabra inspirada? “Vendrá sobre ellos destrucción de repente.”131 Tesalonicenses 5:3. El día de Dios vendrá como ladrón sobre todos los que moran en la faz de la tierra, que hacen de este mundo su hogar. Viene para ellos como ladrón furtivo.

El mundo, lleno de orgías, de placeres impíos, está dormido en la seguridad carnal. Los hombres están postergando la venida del Señor. Se burlan de las amonestaciones. Orgullosamente se jactan diciendo: “Todas las cosas permanecen así como desde el principio.” “Será el día de mañana como éste, o mucho más excelente.”142 Pedro 3:4; Isaías 56:12. Nos hundiremos aun más en el amor a los deleites. Pero Cristo dice: “He aquí, yo vengo como ladrón.”15Apocalipsis 16:15. En el mismo tiempo en que el mundo pregunta con desprecio: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento?”142 Pedro 3:4; Isaías 56:12. se están cumpliendo las señales. Mientras claman: “Paz y seguridad,” se acerca la destrucción repentina. Cuando el escarnecedor, el que rechaza la verdad, se ha vuelto presuntuoso; cuando la rutina del trabajo en las diversas formas de ganar dinero se lleva a cabo sin consideración a los principios; cuando los estudiantes procuran ávidamente conocerlo todo menos la Biblia, Cristo viene como ladrón.

En el mundo todo es agitación. Las señales de los tiempos son alarmantes. Los acontecimientos venideros proyectan ya sus sombras delante de sí. El Espíritu de Dios se está retirando de la tierra, y una calamidad sigue a otra por tierra y mar. Hay tempestades, terremotos, incendios, inundaciones, homicidios de toda magnitud. ¿Quién puede leer lo futuro? ¿Dónde hay seguridad? No hay seguridad en nada que sea humano o terrenal. Rápidamente los hombres se están colocando bajo la bandera que han escogido. Inquietos, están aguardando y mirando los movimientos de sus caudillos. Hay quienes están aguardando, velando y trabajando por la aparición de nuestro Señor. Otra clase se está colocando bajo la dirección del primer gran apóstata. Pocos creen de todo corazón y alma que tenemos un infierno que rehuir y un cielo que ganar.

La crisis se está acercando gradual y furtivamente a nosotros. El sol brilla en los cielos y recorre su órbita acostumbrada, y los cielos continúan declarando la gloria de Dios. Los hombres siguen comiendo y bebiendo, plantando y edificando, casándose y dándose en casamiento. Los negociantes siguen comprando y vendiendo. Los hombres siguen luchando unos con otros, contendiendo por el lugar más elevado. Los amadores de placeres siguen atestando los teatros, los hipódromos, los garitos de juego. Prevalece la más intensa excitación, y sin embargo el tiempo de gracia está llegando rápidamente a su fin, y cada caso está por ser decidido para la eternidad. Satanás ve que su tiempo es corto. Ha puesto todos sus agentes a trabajar a fin de que los hombres sean engañados, seducidos, ocupados y hechizados hasta que haya terminado el tiempo de gracia, y se haya cerrado para siempre la puerta de la misericordia.

Solemnemente llegan hasta nosotros, a través de los siglos, las palabras amonestadoras de nuestro Señor desde el monte de las Olivas: “Mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.” “Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir y de estar en pie delante del Hijo del hombre.”


El Deseado de Todas las Gentes, Páginas 588-591.



Saturday, September 19, 2015

Las opiniones y prácticas deben ajustarse a la palabra de Dios



Parte de un artículo publicado en la The Review and Herald, 25 de marzo de 1902.

Hay muchos que afirman que han sido santificados a Dios, y sin embargo, cuando se presenta ante ellos la gran norma de santidad, se excitan grandemente y manifiestan un espíritu que demuestra que nada saben de lo que significa ser santo. No tienen la mente de Cristo; porque quienes están verdaderamente santificados han de reverenciar y obedecer la Palabra de Dios tan pronto como es abierta delante de ellos, y expresarán un vehemente deseo de saber qué es la verdad en cada punto de doctrina. Un sentimiento de gran regocijo no es evidencia de santificacion. La afirmación “Soy salvo, soy salvo”, no prueba que el alma esté salva o santificada.

A muchos que están grandemente excitados se les dice que están santificados, cuando los tales no tienen una idea inteligente de lo que significa el término, porque no conocen las Escrituras ni el poder de Dios. Se halagan a sí mismos creyendo que están en conformidad con la voluntad de Dios porque se sienten contentos; pero cuando son probados, cuando se presenta la Palabra de Dios para cotejarla con su experiencia, cierran sus oídos a la verdad, diciendo: “Estoy santificado”, y eso pone fin al debate. No querrán escudriñar las Escrituras para saber qué es verdad y comprobar que se han engañado terriblemente a sí mismos. La santificación significa muchísimo más que un arranque de sentimiento.

Excitación no es santificación. Únicamente la completa conformidad con la voluntad de nuestro Padre que está en el cielo es santificación, y la voluntad de Dios está expresada en su santa ley. La observancia de todos los mandamientos de Dios es santificación. Evidenciar que somos hijos obedientes a la Palabra de Dios es santificación. La Palabra de Dios debe ser nuestra guía, no las opiniones o ideas humanas. Los que han de ser verdaderamente santificados, escudriñen la Palabra de Dios con paciencia, con oración, y con humildad y contrición de alma. Recuerden que Jesús oró: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. Juan 17:17.

Vivir de toda palabra de Dios

El cristianismo es simplemente vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios. Debemos creer en Cristo, y vivir en Cristo, quien es el camino, y la verdad, y la vida. Tenemos fe en Dios cuando creemos en su Palabra; confiamos en Dios y lo obedecemos cuando guardamos sus mandamientos; y amamos a Dios cuando amamos su ley.

Creer una mentira no pondrá a ninguno de nosotros en el camino de ser santificado. Si todos los ministros del mundo nos dijeran que estamos a salvo aunque desobedezcamos algún precepto de la sagrada norma de santidad, eso no disminuiría nuestras obligaciones ni haría menor nuestra culpa, si rechazamos un claro “Harás” o “No harás”. No necesitamos pensar que porque nuestros padres obraron de un cierto modo y murieron felices, nosotros podemos seguir sus pasos y ser aceptados al rendir el mismo servicio y hacer las mismas obras que ellos realizaron.

Nosotros tenemos más luz que la que ellos tuvieron en sus días; y si hemos de ser aceptados por
Dios, debemos ser fieles en obedecer la luz y caminar en ella como lo fueron ellos al recibir y obedecer la luz que Dios les envió. Debemos aceptar y perfeccionar la luz que brilla en nuestro sendero tan fielmente como ellos aceptaron y perfeccionaron la luz que iluminó su sendero en su generación. Hemos de ser juzgados de acuerdo con la luz que brilla en el templo del alma en nuestros días; y si seguimos esa luz, seremos hombres y mujeres libres en Cristo Jesús.

Fe y Obras, p.123-125.

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Saturday, May 16, 2015

Vivimos en el gran día de la expiación



12 de noviembre


A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
Levítico 23:27.

Estamos viviendo ahora en el gran día de la expiación. Cuando en el servicio simbólico el sumo sacerdote hacía la propiciación por Israel, todos debían afligir sus almas arrepintiéndose de sus pecados y humillándose ante el Señor, si no querían verse separados del pueblo. De la misma manera, todos los que desean que sus nombres sean conservados en el libro de la vida, deben ahora, en los pocos días que les quedan de este tiempo de gracia, afligir sus almas ante Dios con verdadero arrepentimiento y dolor por sus pecados. Hay que escudriñar honda y sinceramente el corazón. Hay que deponer el espíritu liviano y frívolo al que se entregan tantos cristianos de profesión. Empeñada lucha espera a todos aquellos que quieran subyugar las malas inclinaciones que tratan de dominarlos. La obra de preparación es obra individual. No somos salvados en grupos. La pureza y la devoción de uno no suplirá la falta de estas cualidades en otro. Si bien todas las naciones deben pasar en juicio ante Dios, sin embargo él examinará el caso de cada individuo de un modo tan rígido y minucioso como si no hubiese otro en la tierra. Cada cual tiene que ser probado y encontrado sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante.

Solemnes son las escenas relacionadas con la obra final de la expiación. Incalculables son los intereses que ésta envuelve. El juicio se lleva ahora adelante en el santuario celestial. Esta obra se viene realizando desde hace muchos años. Pronto—nadie sabe cuándo—les tocará ser juzgados a los vivos. En la augusta presencia de Dios nuestras vidas deben ser pasadas en revista. En éste más que en cualquier otro tiempo conviene que toda alma preste atención a la amonestación del Señor: “Velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo”. “Y si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti”. Marcos 13:33; Apocalipsis 3:3.

Cuando quede concluida la obra del juicio investigador, quedará también decidida la suerte de todos para vida o para muerte. El tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor aparezca en las nubes del cielo. Al mirar hacia ese tiempo, Cristo declara en Apocalipsis: “¡El que es injusto, sea injusto aún; y el que es sucio, sea sucio aún; y el que es justo, sea justo aún; y el que es santo, sea aún santo! He aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para dar la recompensa a cada uno según sea su obra”.Apocalipsis 22:11-12.—el Conflicto de los Siglos, 544-545.

En el servicio ritual típico el sumo sacerdote, hecha la propiciación por Israel, salía y bendecía a la congregación. Así también Cristo, una vez terminada su obra de mediador, aparecerá “sin pecado... para la salvación” (Hebreos 9:28), para bendecir con el don de la vida eterna a su pueblo que le espera.—Ibid. 539.


Exaltad a Jesús,
p. 324
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Wednesday, January 21, 2015

¿ESTÁS PREPARADO PARA EL FIN DE ESTA TIERRA?







Published on Oct 3, 2014


"Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros AQUEL DÍA. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra." (Luc.21:34-35)

"..desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria." (Luc.21:26-27)

"Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre." (Mat.24:37-39)

"Cuando digan: "Paz y seguridad", entonces vendrá la destrucción de repente sobre ellos, como vienen los dolores sobre la mujer que dá a luz; y de ninguna manera escaparán." (1Tes.5:3)
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Saturday, November 15, 2014

¿ESTÁS PREPARADO PARA EL FIN DE ESTA TIERRA?






Published on Oct 3, 2014


"Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros AQUEL DÍA. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra." (Luc.21:34-35)

"..desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria." (Luc.21:26-27)

"Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre." (Mat.24:37-39)

"Cuando digan: "Paz y seguridad", entonces vendrá la destrucción de repente sobre ellos, como vienen los dolores sobre la mujer que dá a luz; y de ninguna manera escaparán." (1Tes.5:3)
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Tuesday, September 30, 2014

Bienaventurado el que vela y guarda su ropa...



He aqui, yo vengo como ladron.  Bienaventurado el que vela y guarda su ropa, para que no ande desnudo, y vean sum verguenza.

Apocalipsis 16:15