Wednesday, March 25, 2009

Juramento Hipocrático




Juramento Hipocrático

Juro por Apolo el Médico y Esculapio y por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas, poniéndolos de jueces, que este mi juramento será cumplido hasta donde tenga poder y discernimiento. A aquel quien me enseñó este arte, le estimaré lo mismo que a mis padres; él participará de mi mandamiento y si lo desea participará de mis bienes. Consideraré su descendencia como mis hermanos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo.
Instruiré por precepto, por discurso y en todas las otras formas, a mis hijos, a los hijos del que me enseñó a mí y a los discípulos unidos por juramento y estipulación, de acuerdo con la ley médica, y no a otras personas.

Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror. A nadie daré una droga mortal aún cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no daré a ninguna mujer supositorios destructores; mantendré mi vida y mi arte alejado de la culpa.

No operaré a nadie por cálculos, dejando el camino a los que trabajan en esa práctica. A cualesquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupción, y de lascivia con las mujeres u hombres libres o esclavos.

Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los hombres que no deba ser público, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de ellas.

Ahora, si cumplo este juramento y no lo quebranto, que los frutos de la vida y el arte sean míos, que sea siempre honrado por todos los hombres y que lo contrario me ocurra si lo quebranto y soy perjuro.
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Fuente:
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Lo que del hombre sale, aquello contamina al hombre


Marcos 7


1Y SE juntaron á él los Fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalem;

2Los cuales, viendo á algunos de sus discípulos comer pan con manos comunes, es á saber, no lavadas, los condenaban.

3(Porque los Fariseos y todos los Judíos, teniendo la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen.

4Y volviendo de la plaza, si no se lavaren, no comen. Y otras muchas cosas hay, que tomaron para guardar, como las lavaduras de los vasos de beber, y de los jarros, y de los vasos de metal, y de los lechos.)

5Y le preguntaron los Fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme á la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos comunes?

6Y respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, Mas su corazón lejos está de mí.

7Y en vano me honra, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.

8Porque dejando el mandamiento de Dios, tenéis la tradición de los hombres; las lavaduras de los jarros y de los vasos de beber: y hacéis otras muchas cosas semejantes.

9Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.

10Porque Moisés dijo: Honra á tu padre y á tu madre, y: El que maldijera al padre ó á la madre, morirá de muerte.

11Y vosotros decís: Basta si dijere un hombre al padre ó á la madre: Es Corbán (quiere decir, don mío á Dios) todo aquello con que pudiera valerte;

12Y no le dejáis hacer más por su padre ó por su madre,

13Invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que disteis: y muchas cosas hacéis semejantes á éstas.

14Y llamando á toda la multitud, les dijo: Oidme todos, y entended:

15Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar: mas lo que sale de él, aquello es lo que contamina al hombre.

16Si alguno tiene oídos para oir, oiga.

17Y apartado de la multitud, habiendo entrado en casa, le preguntaron sus discípulos sobra la parábola.

18Y díjoles: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar;

19Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale á la secreta?
Esto decía, haciendo limpias todas las viandas.

20Mas decía, que lo que del hombre sale, aquello contamina al hombre.

21Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,

22Los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, las desvergüenzas, el ojo maligno, las injurias, la soberbia, la insensatez.

23Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.

24Y levantándose de allí, se fué á los términos de Tiro y de Sidón; y entrando en casa, quiso que nadie lo supiese; mas no pudo esconderse.

25Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó á sus pies.

26Y la mujer era Griega, Sirofenisa de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.

27Más Jesús le dijo: Deja primero hartarse los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos y echarlo á los perrillos.

28Y respondió ella, y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.

29Entonces le dice: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.

30Y como fué á su casa, halló que el demonio había salido, y á la hija echada sobre la cama.

31Y volviendo á salir de los términos de Tiro, vino por Sidón á la mar de Galilea, por mitad de los términos de Decápolis.

32Y le traen un sordo y tartamudo, y le ruegan que le ponga la mano encima.

33Y tomándole aparte de la gente, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua;

34Y mirando al cielo, gimió, y le dijo: Ephphatha: que es decir: Sé abierto.

35Y luego fueron abiertos sus oídos, y fué desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien.

36Y les mandó que no lo dijesen á nadie; pero cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban.

37Y en gran manera se maravillaban, diciendo: Bien lo ha hecho todo: hace á los sordos oir, y á los mudos hablar.
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Tuesday, March 24, 2009

Una pastora adventista dialoga sobre la iglesia y la acciÓn comunitaria

Rebecca Brillhart, pastora de la iglesia adventista de Sligo, dice que los adventistas pueden mejorar las vidas de los demás al unirse a otros grupos religiosos para producir cambios. [Taashi Rowe/ANN]

Brillhart trabaja con miembros de la iglesia y también con estudiantes y el personal docente y no docente del Colegio Adventista Unión de Columbia, incluyendo a su capellada Otis Coutsoumpos. [Taashi Rowe/ANN]

Una pastora adventista dialoga sobre la iglesia y la acciÓn comunitaria

Si bien el dar alimentos y ropas es la principal actividad por los demás en muchas iglesias, la Pastora Rebecca Brillhart dice que la asociación con otros grupos religiosos puede hacer mucho más para mejorar las vidas de las personas.

Brillhart, que es pastora de la iglesia adventista de Sligo, en Takoma Park, Maryland, Estados Unidos, también trabaja como codirectora de "Acción en Montgomery", un grupo de 29 organizaciones religiosas que usan su voz para mejorar las vidas de los habitantes de ese condado.

El grupo sostiene que las viviendas accesibles, las guarderías de doble turno, la reforma tributaria de los reglamentos de los taxistas y el financiamiento de los centros comunitarios son resultado directo de su labor con los funcionarios del gobierno. "Acción en Montgomery" se reúne trimestralmente con unos 200 representantes legislativos. Brillhart y alrededor de otros 30 miembros de la iglesia de Sligo y del cercano Colegio Adventista Unión de Columbia trabajan con 30.000 creyentes que pertenecen a asociaciones protestantes, católicas, judías y musulmanes, para peticionar ante los líderes cívicos del condado.

Sligo, una iglesia de más de 2.900 miembros, se unió al programa en 2003 y es la única iglesia adventista de la organización.

A continuación se presentan fragmentos de una conversación reciente de Brillhart con la Red de Noticias Adventistas:

Red de Noticias Adventistas: Usted afirma que "Acción en Montgomery trabaja por la justicia social. ¿Qué está incluido en esto?

Rebecca Brillhart: Cuando hablamos de justicia social hablamos de buenos programas que brindan alimentos, refugio y vestimenta en forma temporaria para satisfacer las necesidades sistémicas que realmente acosan a nuestros ciudadanos.

ANN: ¿Cuál es la función de la iglesia de Sligo en esto?

Brillhart: Hablamos con los miembros de lo que les afecta. Quizá es el lugar donde viven, quizá se debe a la incapacidad de hallar un lugar para vivir, quizá es la seguridad de sus hijos o quizá hay falta de actividades recreativas para sus hijos. Identificamos los temas y problemas que afectan a nuestros miembros para entonces utilizar sus voces y asociarnos a otros para hallar una solución.

ANN: ¿Cuál es una de las más grandes victorias del grupo?

Brillhart: Una gran preocupación es la falta de viviendas accesibles. Nuestras autoridades son responsables, porque si uno es bombero, enfermera o docente en el condado, no puede vivir y comprar una casa porque son muy caras. Creemos francamente que eso es inmoral. Quisiéramos que las personas que sirven al condado pudieran vivir aquí. A veces, estas personas tienen que vivir fuera del estado para hallar una vivienda accesible. Bueno, el pasado 18 de octubre la coalición se reunió con las autoridades y se tomó una decisión histórica. Se nos dijo que el condado apoyará los proyectos de viviendas accesibles que presentamos.

ANN: ¿Cuáles son algunos de los resultados inesperados de esta tarea?

Brillhart: Algunos nunca han pensado en utilizar sus voces o experiencias para cumplir un ministerio en la comunidad. La comunicación con otros y la asociación con otros ayuda a que las personas sepan que pueden tener parte en aliviar algunas de las cosas que están causando problemas en sus vidas y en las vidas de los demás.

ANN: ¿Puede ser considerada política la tarea que realizan?

Brillhart: Al llevar estas preocupaciones ante los líderes civiles estamos siendo definidamente políticos. Pero no significa que adoptamos partido por uno u otro. No es un esfuerzo para apoyar a un determinado candidato. Nos interesan las cosas que impiden que la gente acceda a una vida donde las necesidades básicas están satisfechas. Esas son las cosas que nos preocupan.

ANN: ¿Cuáles son algunos de los desafíos de este trabajo?

Brillhart: El desafío más grande es seguir teniendo en claro que Cristo nos llama a satisfacer las necesidades de los que nos rodean.

ANN: ¿Cuál ha sido la reacción de los miembros de iglesia de Sligo a la participación de la iglesia en esto?

Brillhart: Muy positiva. Siempre podemos contar con los miembros de iglesia para apoyar una determinada acción.

ANN: Las iglesias adventistas son bien conocidas por contar con un sistema educativo, de salud y de servicios comunitarios. ¿Por qué trabajar fuera del sistema?

Brillhart: Una de las cosas que me gusta de ser adventista es la apertura para construir puentes de esperanza. Queremos que la gente sepa que somos gente de esperanza porque creemos que Dios solucionará todo en el futuro, pero que también somos responsables por el aquí y el ahora. Y la única manera de construir puentes, la única manera de ser creíbles es hacer todo lo posible para asociarnos con personas que pueden tener más experiencia en la labor de buscar consensos y enfrentar algunos de los temas que agobian a nuestra sociedad.

ANN: ¿Cómo ha afectado esto su concepto del ministerio?

Brillhart: Yo quiero cumplir el mandato de Cristo de liberar a los oprimidos y aliviar los problemas de los quebrantados. Nunca podré estar satisfecha en mi ministerio sin mirar tanto hacia adentro como hacia afuera de la iglesia.

ANN: ¿Está diciendo que en general los adventistas nos enfocamos mucho hacia adentro?

Brillhart: En general creo que es así. Mi deseo es que otras iglesias adventistas tomen en cuenta estas asociaciones, y que podamos jugar un papel en ellas, por el mensaje y la esperanza que tenemos. Creo que es lo que necesitamos para ser cristianos creíbles en la sociedad actual.

ANN: ¿Por qué no hay mayor participación adventistas en iniciativas como esta?

Brillhart: Existe el miedo de ser atraídos hacia cosas definidamente no adventistas. Pero en una coalición como esta nadie le pide a uno que apoye cosas que no puede apoyar. Por el contrario, tenemos que usar nuestra voz para la gloria de Dios y cumplir con el ministerio de Cristo.

ANN: ¿Se habla de teología en estas reuniones?

Brillhart: Todo el tiempo surgen temas teológicos. Una de las cosas positivas de esta experiencia es pensar y reflexionar teológicamente en la razón de nuestras acciones. Que se me haya pedido que conduzca el grupo es una confirmación de que somos necesarios en esta importante tarea.

ANN: ¿Qué planes tienen para el futuro?

Brillhart: Seguiremos trabajando en pro de viviendas accesibles y centros comunitarios para los jóvenes. Todo lo que hacemos es a largo plazo. A pesar del éxito del pasado 18 de octubre, seguimos realizando seguimientos sobre el tema.

January 15, 2008 (15 de Enero 2008)
Takoma Park, Maryland, Estados Unidos - Taashi Rowe/ANN

Fuente: Adventist News

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Fuente: http://www.adventistas.ec/noticias/ANN/2008/01_15_pastora.php
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Nota: Mi comentario sobre Mujeres Pastoras:
Los exactores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen la carrera de tus caminos. .....
Isaías 3:12 (Reina-Valera Antigua)
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“Unidos crecemos y transformamos” Congreso de colportores en Cuba.


Delagación de la Unión Interoceánica presente en el congreso en cuba







Ptr. Antonio Gil entregando los libros al ptr Fontaine

Miércoles, 18 de Marzo de 2009 18:56 Linett Antonio

En el marco del congreso de colportores de la División Interamericana, celebrado del 10-14 de marzo del 2009 en La Habana Cuba, los colportores de pudieron testificar con diferentes actividades.

La inauguración del evento dio inicio con el desfile de las delegaciones por uniones, representando cada quien a su campo con trajes típicos y recuerdos.

“Unidos crecemos y transformamos” fue el slogan que usaron los colportores del territorio DIA para

El pastor Wilmart Herlie discursó el tema “Como hojas de otoño” y llamo a la reflexión a todos los colportores a dar el mensaje a través de las publicaciones de libros misioneros.

Al congreso asistió el Dr. Roger Pamplona de origen español y autor de libros de salud que los colportores promocionan.

El sábado por la mañana el congreso abrió sus puertas para todos los hermanos miembros de la iglesia de Cuba

Ya por la tarde tocó a la Unión Interoceánica presentar su informe de las actividades de publicaciones en el campo.

y el Pastor Antonio Gil (Dir. de Publicaciones de la UI) entregó de manera simbólica al Ptr. Fontaine (Pte. en Cuba) libros y ropa para ser utilizados en una actividad misionera para los hermanos de Cuba.

En un momento especial se otorgó un reconocimiento a la colportora Eva Corina quien ocupa el primer lugar en ventas de publicaciones en el territorio de la Unión Interoceánica y en la DIA.

Por Linett Antonio (Dir. Red de Noticias Adventistas de México).
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Organizaciones asistenciales adventistas conmemorarán el Día Mundial del Agua

Una niña junto a una bomba de agua construida por Maranatha Volunteers International. En el mundo hay mil millones de personas que no tienen acceso al agua potable. Organizaciones adventistas tales como ADRA y Maranatha se encuentran trabajando en zonas de alto riesgo para reconstruir fuentes de agua y mejorar las condiciones sanitarias. [fotografía: Maranatha Volunteers International]

Las organizaciones asistenciales adventistas conmemorarán el Día Mundial del Agua de las Naciones Unidas el próximo 22 de marzo.

18 Mar 2009, Silver Spring, Maryland, United States ANN Staff

Las organizaciones asistenciales adventistas conmemorarán el Día Mundial del Agua de las Naciones Unidas el próximo 22 de marzo por medio de su esfuerzo continuado para construir fuentes de agua accesibles y mejores condiciones sanitarias para cientos de miles de personas en el mundo.

El Día Mundial del Agua, establecido en 1993 luego de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (UNCED), es un día internacional que busca crear conciencia sobre los mil millones de personas que no tienen acceso al agua potable.

En Mozambique, tanto la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) como Maranatha Volunteers International están trabajando para ofrecer agua potable y accesible en un país donde el setenta por ciento de población carece de ella, dijeron los líderes de la organización.

ADRA, la organización asistencial internacional de la Iglesia Adventista, se ha asociado con la organización Samaritan's Purse en un proyecto de muchos millones de dólares que incluirá la provisión de agua potable a miles de mozambiqueños. Las organizaciones están ofreciendo sistemas para el filtrado de agua y reparando bombas manuales y pozos excavados en forma manual.

Maranatha Volunteers International, un ministerio de apoyo de la Iglesia Adventista, ha completado cien pozos de aguas profundas en Mozambique, y espera cavar otros setecientos en el futuro. Una vez que se completen las excavaciones, 400.000 personas podrán acceder al agua potable.

Otro proyecto de ADRA busca proveer de agua potable a 14.000 habitantes de las islas Andamán y Nicobar, que pertenecen a la India. El proyecto, que comenzó en 2007, está recuperando fuentes de agua y mejorando las condiciones higiénicas de las islas, que fueron devastadas durante el tsunami de diciembre de 2004.

Si desea más información sobre estos proyectos, visite los sitios adra.org and maranatha.org.

Posted on Wednesday, March 18, 2009 at 10:23 AM

Filed in News

Fuente: Todos los derechos reservados (c) 2009 Adventist News Network.

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Certificación del Ministerio de la mujer para todas las damas de UD


En pleno desarrollo de la certificación del Ministerio de la Mujer. Foto: Pr. Nova



Parte de las damas presentes en al actividad que se desarrolló en el salon de junta de la Unión Dominicana. Foto: Pr. Nova.


Certificación del Ministerio de la mujer para todas las damas de UD
15 de febrero, 2009, Santo Domingo, República Dominicana...

[Unión Dominicana]

El misnisterio de la Mujer desarrollará durante el 2009 seis certificaciones para las damas de la Unión Dominicana, ya la primera fue impartida el pasado fin de semana en las instalaciones de la UD, donde estuvieron presentes damas del ministerio de todas las asociaciones y misiones.

Impartiendo seminarios de ayuda para las damas estuvieron el Pr. Ignacio Nova, la Lic. Belkis Alcantara, la Lic. Alejandra Casilla y la Lic. Elzabeth de Gonzáles Dir. Ministerio de la Mujer.

En este año 2009 serán impartidas 6 Certificaciones en el Ministerio de la Mujer, que servirán de capacitación Espiritual e intelectual para las damas de nuestro Ministerio.

Todas las damas resivieron capacitación prácticas y teoricas que pudieron desarrollar en todo el trayecto del sábado 13 de febrero en el salon de junta de la UD.

Más de 30 damas de la ACD, ADE, ADN, MDS, MIDOSE, MIDONE asistieron a la certificación, y estuvieron acompañadas del Pr. Ignacio Nova departamental de Ministerios Personales y Escuela Sabática, Lic. Belkis Alcantara departamental de Ministerio Infantil y AFIDA, Lic. Alejandra Casilla departamental de Educación y pro la anfitriona de la actividad Lic. Elizabeth de Silvestre departamental de Ministerio de la Mujer.

Durante el año se estarán impartiendo otras 5 certificaciones para completar el ciclo de capacitación de la División Interamericana.
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"Sin causa me aborrecieron"


18Si el mundo os aborrece, sabed que á mí me aborreció antes que á vosotros.

19Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo.

20Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si á mí mé han perseguido, también á vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

21Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.

22Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado.

23El que me aborrece, también á mi Padre aborrece.

24Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, y las han visto, y me aborrecen á mí y á mi Padre.

25Mas para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Que sin causa me aborrecieron.

26Empero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí.

27Y vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.
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Monday, March 23, 2009

Tras el temporal, quedan 300 evacuados en Córdoba


10:05 - SOCIEDAD

Tras el temporal, quedan 300 evacuados en Córdoba


La localidad de Monte Cristo resultó afectada ayer por fuertes vientos, lluvia y granizo. Hubo voladura de techos, caída de árboles y postes de alumbrado eléctrico. Las clases fueron suspendidas.

Unos trescientos vecinos del barrio Sur de la localidad cordobesa de Monte Cristo continuaban hoy evacuados tras el temporal de lluvia, viento y granizo que azotó ayer la zona, las clases fueron suspendidas y el suministro de energía eléctrica permanecía cortado para prevenir accidentes, informó Defensa Civil de la provincia de Córdoba (DCC).

Gustavo Caranta, titular de la DCC, dijo a Télam que "esta mañana el barrio Sur de la localidad de Monte Cristo, permanece totalmente bajo el agua. Son 120 viviendas precarias que están completamente anegadas y sus habitantes, alrededor de 300 personas, se encuentran evacuados o autoevacuados".

"La mayoría de ellos fue ubicada en el Centro de Evacuados que se levantó en el club Ingeniero", agregó.

Caranta afirmó que "las clases fueron suspendidas en todo ese distrito" y que "permanece cortado el suministro de energía eléctrica, porque se cayeron numerosos postes de luz y queremos evitar cualquier accidente".

El titular provincial de Defensa Civil recordó que "entre 80 y 90 personas resultaron con politraumatismos leves durante el temporal, aunque quince de ellas tuvieron que ser derivadas a centros asistenciales de la ciudad de Córdoba".

La localidad de Monte Cristo, ubicada a 25 kilómetros al este de la capital provincial, hoy amaneció con el cielo nublado, aunque por momentos caía una leve llovizna.

"El pronóstico está previendo hacia la tarde un mejoramiento parcial de las condiciones meteorológicas por lo que esperamos que la situación comience a normalizarse hacia las últimas horas de hoy o durante el día de mañana", concluyó Caranta.
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Sunday, March 22, 2009

Dominicanos le temen a la corrupción militar

EL PRESIDENTE Leonel Fernández se ha propuesto actuar con mano dura contra los militares y funcionarios involucrados en el narcotráfico.
RICARDO HERNANDEZ / AFP / Getty Images


By SANTIAGO E. VELOZ / ENH
SANTO DOMINGO




En la capital de la República Dominicana circula el siguiente chiste:

Un automovilista se detiene en una avenida poco iluminada para cambiar un neumático desinflado. Se le acerca un tipo y le dice: ``Esto es un atraco''.

El automovilista responde: ``Gracias a Dios. Creí que era un policía o un guardia. ¿Me ayuda a cambiar la goma, señor ladrón, y después me roba?''

La situación, aunque imaginaria, ilustra claramente la desconfianza de muchos dominicanos hacia los militares y los policías, después de que algunos altos oficiales y simples agentes resultaran involucrados en acciones de narcotráfico o crímenes vinculados a las drogas.

Los acusados pertenecen a las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas: el Ejército, la Marina de Guerra, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional, quienes se suman así a la larga lista de delincuentes que cada día dejan huellas de sus acciones en casi todas las ciudades de esta nación que comparte con Haití la Isla Española en el Caribe.

El destape comenzó el 4 de agosto pasado, cuando siete colombianos fueron asesinados en una playa de la comunidad de Paya, en Baní, a 65 kilómetros al suroeste de Santo Domingo. Solo sobrevivió un nicaragüense que está ahora en una cárcel de seguridad. Las autoridades dijeron entonces que se trató de una disputa por un cargamento de unos 1,200 kilogramos de cocaína, que supuestamente desapareció junto con $300,000.

Las investigaciones apuntaron hacia miembros de la Marina de Guerra. Entre los detenidos se cuentan un capitán de fragata, un capitán de corbeta y un alférez de navío, quienes han sido vinculados con personas del bajo mundo de las drogas, según informaciones de inteligencia manejadas por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).

Otros casos más recientes se refieren al apresamiento de 51 agentes de la Policía Nacional que prestaban servicios en la comunidad turística de Puerto Plata, 215 kilómetros al norte, y en Bonao, a 85 kilómetros también al norte de esta capital. Los policías, sometidos a la justicia, fueron acusados de asociación con malhechores para proteger narcotraficantes, cobro de peajes para facilitar el micro tráfico, extorsión y asesinatos. Entre los detenidos se encuentran un coronel, un teniente coronel, un capitán y numerosos agentes.

La junta de generales recomendó que el coronel Frank Félix Almonte Castillo fuera colocado en retiro forzoso y sometido a la justicia, junto al primer teniente José Daniel Cepeda Rubio y el segundo teniente Pedro Pablo Almonte Castillo, el sargento mayor Rafael Lora Rosario, los cabos Addier Miguel Mustafá Aracena y el raso Wellington Almonte Mateo.

''Las investigaciones de Puerto Plata arrojan que el sargento mayor Víctor Manuel Matos Acosta, el cabo Danny Domínguez Tavárez y el sargento de la Marina de Guerra, Luciano Valdez Díaz, presuntamente trabajaban directamente con Franklin Domingo Hidalgo Batista, uno de los principales narcotraficantes de la región norte. Los agentes utilizaban los símbolos de la autoridad para hacer apresamientos irregulares, agredir, ocultar evidencias y custodiar al narco que los contrató. Dice que este grupo era el responsable de eliminar a los adversarios que intentaban ganar espacios en el mercado de drogas liderado por el famoso capo'', indicó la policía en un comunicado.

''El narcotraficante también era protegido por el teniente coronel José María Díaz y sus subalternos: primer teniente Diógenes de la Cruz Solano, segundo teniente Cristian Ferreras Hernández, sargento mayor Jesús María Vargas Peña, cabo Carlos Novas Suverví y el raso Silvio Hipólito Bencosme Tejada''. Todos fueron despedidos y encausados.

El grupo está acusado de haber asesinado a tiros a los hermanos José y Ruddy Cabrera Peña y a Julio César García Almonte el 2 de enero de este año en Puerto Plata.

La comisión recomendó también a las Fuerzas Armadas la cancelación de los nombramientos del sargento de la Fuerza Aérea David Manuel Núñez Ortiz y del cabo Radhamés del Rosario Quiñones, así como de los rasos Francisco Javier Cruz Peña y Jefry Paula.

La delincuencia se extendió a la Fuerza Aérea Dominicana. Hace dos semanas, un grupo armado de fusiles y con un perro supuestamente rastreador de drogas asaltó las oficinas de la empresa láctea Parmalat Dominicana, de donde habrían sustraído una suma millonaria. El grupo, vestido con uniformes del departamento antinarcóticos, fue perseguido por dos policías, produciéndose un tiroteo en el que uno de los asaltantes resultó herido.

Entonces se comprobó que era el mayor de la Fuerza Aérea Dominicana José Luis Vargas Cuello, quien está acusado junto a otros militares de dirigir una banda que cometía atracos. Sus superiores dijeron que el acusado tenía 20 años en las Fuerzas Armadas y organismos de inteligencia, aunque en por lo menos dos ocasiones había sido despedido por mala conducta y por arrojar positivo en una prueba de drogas. Hoy está preso en el penal de La Victoria, con una medida de coerción provisional de un año, a la espera de juicio. Los dos policías que lo hirieron fueron ascendidos de rango.

El Ejército no escapa de la crisis. En varias ocasiones sus miembros han sido apresados en el momento mismo en que cometían atracos o traficaban con drogas.

Las Fuerzas Armadas y la Policía, a través de sus altos mandos, han dicho que sacarán ''a las lacras'' de esas instituciones, en cumplimiento de una orden del presidente Leonel Fernández, quien en su discurso de rendición de cuentas el pasado 27 de febrero se refirió a la corrupción en las instituciones militares. Con posterioridad, despidió a 29 generales por ''antigüedad en el servicio'', lo que dio paso a voces opositoras que dijeron que ``justos y pecadores fueron envueltos en el mismo saco''.

En esta nación del Caribe hay alrededor de 300 generales, según cómputos extraoficiales. Esto convertiría a la República Dominicana en uno de los países del mundo con más generales, en proporción a su tamaño y población. En el último semestre han sido expulsados 538 oficiales y subalternos acusados de cometer ''faltas graves'' en el ejercicio de sus funciones.

Esa es la razón que podría explicar por qué, sobre todo en horas de la noche, los dominicanos sienten temor cuando por cualquier razón los detiene la policía. En muchos casos se trata de delincuentes con ropa militar que proceden a atracar a quienes por cualquier motivo tienen que salir a la calle.

La inseguridad ha llevado a por lo menos 200,000 ciudadanos a proveerse de armas. Según registros oficiales, la Secretaría de Interior y Policía otorgó 178,193 autorizaciones de porte y tenencia de armas de fuego durante el período de septiembre del 2003 a junio del 2005; se efectuaron un total de 189,933 trámites, pudiendo una misma persona poseer más de un arma de fuego. El 93.4 por ciento de esas autorizaciones fueron privadas y el restante 6.5 oficiales. En los últimos seis años se registraron 10,103 homicidios, para un promedio de cerca de cinco homicidios por día. El 91 por ciento de las víctimas fueron hombres.

Hasta enero del año pasado, casi 85,000 personas no habían renovado los permisos para portar armas de fuego. Las autoridades han concedido varios plazos para poner al día las licencias. El último se vence mañana lunes.

Interior y Policía advirtió que en caso de que ciudadanos propietarios de armas con licencias vencidas desde hace más de dos años no las actualicen, las armas serán incautadas y los dueños encausados por porte ilegal.

Fuente: http://www.elnuevoherald.com/noticias/septimo_dia/v-fullstory/story/405045.html
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Chávez: Barack Obama es un ignorante


Chávez: Barack Obama es un ignorante


Afirma que postergó el nombramiento de embajador en Washington después de que el presidente de Estados Unidos lo acusó de 'exportar el terrorismo' y de ser un obstáculo al progreso en la región
NOTAS RELACIONADAS

El Universal
CARACAS Domingo 22 de marzo de 2009

16:10 El presidente Hugo Chávez llamó ''ignorante'' a Barack Obama, e indicó que su colega estadounidense tiene mucho que aprender en torno a Latinoamérica.
El líder venezolano dijo que él había estado listo para nombrar un nuevo embajador en Washington cuando Obama asumió la presidencia, pero decidió postergar la medida después de que el nuevo presidente de Estados Unidos lo acusó de ''exportar el terrorismo'' y de ser un obstáculo al progreso en la región.

''Ahora me va a acusar a mí Obama de que yo exporto terrorismo. Al menos uno pudiera decir, 'pobre ignorante,' que estudie, que lea un poco, para que aprenda... la realidad de América Latina''.

Las relaciones de Chávez con Washington se deterioraron cada vez más durante el gobierno del ex presidente George W. Bush.

En septiembre del 2008, el mandatario venezolano expulsó al embajador estadounidense y retiró a su enviado en Washington. Ninguna de las dos sedes diplomáticas tiene embajador actualmente.

Chávez y Obama tienen pensado acudir a una cumbre de líderes de las Américas a efectuarse el próximo mes en Trinidad y Tobago. Chávez dijo que allí pedirá que Cuba sea incluida en las conversaciones de países de la región, e indicó que ''no podemos seguir aceptando las imposiciones del imperio norteamericano''.

''Si Obama nos respeta, nosotros lo respetaremos. Si Obama pretende seguir irrespetando a Venezuela, nosotros nos enfrentaremos al imperio norteamericano en cualquier terreno que sea''.

Chávez dijo que, durante la visita del representante demócrata William Delahunt a Caracas la semana pasada, el mandatario venezolano le mostró algunas de las críticas que hizo el gobierno estadounidense en torno a su gestión.

''A mí me siguen señalando como el chico malo, como el que arremete... ¿Quién comenzó primero el ataque? Obama''.

La embajada de Estados Unidos en Caracas no devolvió de inmediato el domingo un mensaje telefónico solicitando sus comentarios al respecto.

fml
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La Iglesia Católica salvadoreña pide a Funes que su Gobierno sea de unidad


La Iglesia Católica salvadoreña pide a Funes que su Gobierno sea de unidad

22 de Marzo de 2009, 05:25pm ET

San Salvador, 22 mar (EFE).- La Iglesia Católica de El Salvador pidió hoy al presidente electo de este país, Mauricio Funes, que el Gobierno que inicie a partir del próximo 1 de junio sea "de unidad".

"Le pedimos al presidente electo que su Gobierno sea el Gobierno de la unidad", afirmó el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, al leer un comunicado de la Conferencia Episcopal salvadoreña.

Señaló que "la reconciliación nacional y la reunificación de la familia salvadoreña son temas de suma importancia que deben ocupar un lugar prioritario en la agenda nacional" y en la gestión del futuro mandatario.

"Nuestro país está muy dividido, por eso es necesario que el nuevo presidente, la Asamblea Legislativa y todos los alcaldes busquen unificarnos", añadió el jerarca católico.

Apuntó, a nombre del Episcopado, que se hace necesaria la unidad del país "para enfrentar la crisis económica mundial".

"Reiteramos hoy nuestro llamado a todos a forjar la unidad de nuestra sociedad, a que trabajemos intensamente para hacer de El Salvador un país más justo, más fraterno y más cristiano", sostuvo.

Consideró, asimismo, que se debe dar gracias a Dios porque los comicios del pasado 15 de marzo se desarrollaron en tranquilidad.

Funes, del ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), se impuso en las elecciones presidenciales del pasado domingo al conservador Rodrigo Ávila, de la gobernante Alianza Nacionalista Republicana (ARENA).

El aspirante del FMLN superó con un 51,31 por ciento a Ávila, quien alcanzó un 48,6 por ciento de los votos. EFE

lb/rsm/jrh

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Tiempo de Despertar


Tiempo de Despertar

Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está mas cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. (Rom. 13: 11, 12).

La gran controversia está llegando a su final. Cada informe de calamidad que ocurre en el mar o en la tierra es un testimonio del hecho de que el fin de todas las cosas está por sobrevenir. Las guerras y los rumores de guerras así lo declaran. El Señor viene. Oímos los pasos de un Dios que se acerca.

No debería permitirse que este conocimiento de la cercanía de la venida de Cristo pierda su fuerza y que nos tornemos descuidados y desatentos, y caigamos en el sueño: En una insensibilidad e indiferencia a las realidades. En el sueño estamos en un mundo irreal, y no somos sensibles a las cosas que ocurren a nuestro alrededor. . .

Hay quienes tienen la deslumbradora luz de la verdad brillando a su alrededor, y sin embargo permanecen insensibles a ella. Están encantados por el enemigo, mantenidos bajo un hechizo por su poder fascinador. No se están preparando para ese gran día que pronto ha de sobrevenir a nuestro mundo. Parecen completamente insensibles a la verdad religiosa. ¿No hay algunos jóvenes que estén despiertos? Los que ven que la noche se aproxima, y también la mañana, deberían trabajar con energía incansable para despertar a sus amigos que duermen. ¿No pueden experimentar su peligro, orar por ellos, y mostrarles por su propia fe y carácter que creen que Cristo vendrá pronto? El hecho de que disminuye rápidamente el tiempo que media entre nosotros y la eternidad debería impresionarnos profundamente. Cada día que pasa es uno menos que nos queda para completar nuestra obra de perfeccionar el carácter. . .

Mientras muchos permanecen dormidos, y muchos desperdician las preciosas horas en descuidada indiferencia, podríamos decir en el mismo borde del mundo eterno, los que creen deben ser sobrios, deben despertar, deben ser fervientes y diligentes y velar en oración. . .
Queridos jóvenes, ¿tenéis vuestras lámparas preparadas y ardiendo?
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Maranata, E.G.W., p.218.
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Saturday, March 21, 2009

El Hombre de Pequeña Estatura



Pastor Hal Mayer


El Hombre de Pequeña Estatura ( The Man of Little Stature [Spanish] ) ·

Febrero 01, 2009

Queridos amigos:

Cordiales saludos para usted y su familia. Estoy orando para que el Señor lo ayu-de a oír su voz y a ser más fiel a Su consejo. Estamos viviendo en un tiempo muy difícil de la historia, pero no es sin precedentes. Estoy agradecido que podemos confiar en el Señor para que nos sostenga y nos mantenga fieles. Quiero agrade-cerles por sus oraciones en favor del Ministerio Guarda la Fe. También quiero de-cirles a aquellos que nos envían donaciones todos los meses, que apreciamos es-to infinitamente. Ustedes forman parte de nuestra extensa familia del Ministerio Guarda la Fe, y eso significa mucho para nosotros. No podríamos enviarles men-sualmente estos mensajes del fin del tiempo si no fuese por vuestro generoso aporte y por vuestras oraciones.

Quisiera animarlos a que visiten regularmente nuestra página Web, allí encontra-rán interesantes informaciones en nuestra sección de noticias con trascendencia profética. Estas noticias son importantes pues analizan eventos presentes a la luz de la profecía que se está cumpliendo rápidamente. Son muchas las noticias que tenemos, más de las que podemos incluir en nuestros CDs, de manera que las pueden obtener directamente de nuestra página.

¿Se ha preguntado alguna vez qué fue lo que motivó a ciertos judíos en el tiempo de Cristo a unirse al grupo de funcionarios que cobraban impuestos para los Ro-manos? Era un trabajo miserable. De hecho, estas personas eran consideradas inútiles y eran rechazadas por sus conciudadanos Judíos. Eran un continuo e irri-tante recuerdo de las leyes Romanas. Eran intensamente odiados porque eran vistos como traidores a su país. Eran acusados de ser pecadores y por lo tanto no eran dignos de ser incluidos entre los hijos de Abraham. Probablemente las acu-saciones eran genuinas en su mayoría, porque estos hombres eran corruptos. Eran ladrones legalizados. ¿Qué podría motivar a alguien a adoptar esta profe-sión? ¿Cuál sería la razón por la cual alguien podría estar dispuesto a descender al nivel de un publicano entre los Judíos? Yo no sé lo que usted piensa, pero esto siempre me ha impresionado. Mateo era un cobrador de impuestos. Sin duda que él sintió el aguijón acusador y ciertamente fue motivo de muchas críticas. Pero qué cambio se operó en él cuando se transformó en un discípulo de Cristo. ¡Se produjo una enorme transformación en él! Otra persona debe haber tomado su lugar en la mesa de los publicanos. Él había encontrado el verdadero tesoro.

Este mes vamos a estudiar este tema y el impacto que Jesús hizo sobre estas personas pues tiene poderosas lecciones para aquellos de nosotros que están abrumados por el pecado y que anhelan ser libres y tener gozo. Usted se asom-brará con lo que hizo Jesús en un hombre, que tal vez era el más despreciado de todos.

Cuando pienso en los cobradores de impuestos en Israel, me asombra su depra-vación. Ellos estaban trabajando para el enemigo. Eran traidores, y no era desco-nocido para nadie que estaban saboteando a la nación al cooperar con los Roma-nos. ¿Qué es lo que puede motivar a alguien a hacer este trabajo? Tal vez la co-dicia era una de las más poderosas motivaciones. Los cobradores de impuestos podían volverse ricos fácilmente. Y ellos usaban su oficio exactamente para eso. Por supuesto que sucedía lo mismo que sucede hoy en día. Las personas trataban de minimizar sus ingresos y sus bienes y los cobradores de impuestos trataban de maximizarlos. Ellos tenían la libertad para exagerar el impuesto cuando así lo es-timaban conveniente, y lo hacían con gran habilidad. Ellos sabían lo que estaban haciendo y sabían que estaba mal. Pero se justificaban a sí mismos por uno u otro medio para continuar en este trabajo perjudicial.

El sistema Romano de cobro de impuestos era delegado a los gobernadores loca-les o procuradores. Ellos elegían a alguien que pudiese manejar el negocio en to-do el territorio. Cuando encontraban al hombre que les convenía, le daban una guarnición de soldados para que pudiera llevar a cabo sus decisiones. El jefe de los cobradores de impuestos elegía a su vez a otras personas que estuviesen dis-puestas a ayudarlo. El trabajo era tan lucrativo que siempre había personas codi-ciosas dispuestas a aceptarlo. Desde luego que el propósito del impuesto era reu-nir dinero para que los Romanos pudiesen continuar construyendo sus caminos y otros proyectos de infraestructura. Pero también servía para oprimir a las perso-nas que pagaban sus impuestos. Esto lo hacía aun más irritante para la mayoría de los ciudadanos. La opresión era a su propia expensa. Por eso es que odiaban a los cobradores de impuestos. Si no hubiese sido por el apoyo de los soldados, los cobradores de impuestos probablemente no hubieran podido llevar a cabo su tra-bajo, o aun podrían haber perdido sus vidas.

La ley Judía le prohibía ciertas actividades a un publicano. Él no podía ser un juez ni tampoco un testigo, porque su testimonio era considerado no creíble. Tampoco su familia podía servir en ninguno de los dos casos, porque lo protegerían a él y a sus intereses. Eran considerados como ladrones debido a la forma en que se con-ducían. Como resultado, eran vistos como sospechosos y despreciados.

Los cobradores de impuestos se hacían ricos. Ellos extorsionaban a todos los que podían para sacarle dinero, sean ricos o pobres. Nosotros sabemos esto porque cuando los publicanos vinieron a Juan el Bautista y le preguntaron qué tenían que hacer para estar bien con Dios, él les dijo que “no exijáis más de lo que os está ordenado”. Eso está en Lucas 3:13. por lo tanto era obvio que estaban deman-dando más impuesto que el requerido. Desde luego que se guardaban el dinero para ellos mismos. Tal vez eso era un secreto conocido. Ellos tenían maneras pa-ra obtener más dinero de las personas. Acusaban a las personas de quizás ocultar bienes para no pagar impuestos. Naturalmente, este juego también era practica-do por sus víctimas.

“Los publicanos habían formado una confederación”, se nos dice en el DTG p.509, “para oprimir al pueblo y ayudarse mutuamente en sus fraudulentas prácticas. En su extorsión, no estaban sino siguiendo la costumbre que había llegado a ser casi universal. Aun los sacerdotes y rabinos que los despreciaban eran culpables de enriquecerse mediante prácticas deshonestas, bajo el manto de su sagrado car-go”.

Cuando pienso profundamente en cómo habrá sido ser un cobrador de impuestos para el enemigo nacional, tengo el sentimiento de que yo también he hecho lo mismo. El enemigo nacional del cielo es el propio Satanás, y a menudo yo he tra-bajado para él. ¿Cuántas veces he traicionado a mi país a través de acciones ego-ístas y prolongado esta noche de pecado? No puedo juzgar a los cobradores de impuestos por su depravación, porque yo tengo las mismas faltas que ellos. Sin la gracia de Cristo, nosotros tal vez seríamos aun peores.

Muchos de estos cobradores de impuestos sabían que lo que estaban haciendo estaba mal. Ellos sabían que la extorsión era un crimen, pero la justificaban de alguna manera, tal vez basándose en que los líderes religiosos hacían la misma cosa cubiertos por su cargo religioso. ¿Así que cuál era la diferencia si lo hacía el publicano bajo la cubierta de los impuestos Romanos?

Bajo estas condiciones, considere cuántas pobres almas cargadas de pecado es-taban sobrellevando un terrible peso de culpa. ¿Puede usted imaginarse tener que vivir bajo la condenación de la iglesia y de las personas? Los publicanos tenían apenas unos pocos amigos. Y la mayoría de ellos eran otros publicanos. Eran una clase despreciada. Toda sociedad posee una clase social despreciada. Algunas ve-ces pertenecían a esa clase porque habían nacido en esa condición, o tal vez se hundieron en ella debido a sus decisiones y acciones. Sin importar la causa, por diversas razones el orden social había decidido que ellos no merecían ser miem-bros respetados de la sociedad. Tal vez usted conoce a alguien que pertenece a una clase despreciada en su comunidad o en su iglesia.

Jesús describió a una de estas pobres almas cuando nos dio la parábola del Fari-seo y el Publicano, que fueron al templo a orar. El propósito era doble. Por un la-do, Él estaba reprobando a los fariseos por su orgullo espiritual. Pero el publica-no sabía que era un pecador y golpeándose el pecho dijo: “Dios, ten misericordia de mi pecador”. Lucas 18:13. El publicano típico era considerado impuro. Tal vez el publicano debía escuchar la oración del fariseo, para reprobarse públicamente, más bien píamente, debido a su vida pecaminosa. Pero no había necesidad de ello. El publicano conocía su debilidad y le pidió Dios que lo perdonase.

Había algo diferente con Jesús. Jesús tuvo palabras amables para con los publica-nos. Los trataba con respeto como si fuesen miembros normales de la sociedad. Los líderes religiosos habían abandonado la condición espiritual de estas almas perdidas, pero Jesús también les enseñó acerca del reino de los cielos. Fue como si él hubiese abierto la misma puerta que el fariseo había cerrado. ¿Cuán a me-nudo hacemos esto hoy en día, mis amigos? ¿Cuán a menudo algunas almas son abandonadas porque no parecen ser de valor alguno para la organización religio-sa? ¿Cuán a menudo comentamos acerca de alguien que posee una mala reputa-ción o de alguien que continuamente se mete en dificultades en su vida y en su ministerio? Pero no lo ayudamos.

Observen lo que sucedió cuando se esparció la noticia de que Jesús era amigable con los publicanos y con los pecadores. Lucas 15:1 dice: “Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle”. Las palabras de Jesús eran amables. Contenían esperanza. Y en esas palabras los publicanos y aquellos que eran des-preciados por diversas razones, eran animados en gran manera. Parecía que había un movimiento generalizado entre estas personas y por un impulso en co-mún o por atracción eran llevados hacia el poder de Jesús.

El contraste entre lo que los fariseos les decían a los publicanos y lo que Jesús les decía, era tan fuerte que los fariseos se vieron amenazados por el hecho de que estos pecadores estaban congregándose con Jesús. Jesús era tan brillante y lleno de esperanza, que estos despreciados pecadores pensaron que tal vez Él podría realmente ayudarlos. Él les dio esperanza. Lo veían como un hombre santo. Ellos jamás habían encontrado a alguien así antes. Y a medida que los despreciados se le acercaban, veían un futuro mejor. Sus corazones anhelaban simpatía y amabi-lidad. Él les ofreció algo inteligente y razonable, la genuina y real oportunidad pa-ra que pudieran encontrar un hogar en el cielo. Antes, ellos solo habían escucha-do acerca de los terrores de la ley y sobre los truenos del cielo contra el pecador. Pero Jesús les ofreció amor, y gozo eterno.

Pero los fariseos estaban muy descontentos porque Jesús se comunicaba con los miembros marginales de la iglesia. El verso 2 dice: “Y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come”.

El acercamiento de los publicanos y pecadores originó entre los fariseos una murmuración contra Cristo. Les parecía que si estas personas despreciadas iban a Él, era abandonarlos a ellos. Habían levantado una muralla alrededor de estas personas y las habían aislado del resto de la iglesia. Y parecía que Jesús estaba deliberadamente evadiendo su autoridad y destruyendo la muralla divisoria que habían construido al comunicarse con estas personas impías. Aun cuando ellos no tenían ningún interés en estas personas y habían abandonado su salvación, esta-ban perturbados con la posibilidad de que Jesús los aceptara, y al hacerlo recha-zaran a los fariseos.

¿Por qué murmuraron los fariseos contra Cristo? Lo que realmente los perturbaba era que Jesús pasó por alto su sistema y ofreció a los publicanos y pecadores aquello que ellos no les habían dado. Ellos pensaban que eran los guardadores del cielo y que todos tenían que ser aprobados por los líderes de la iglesia para que pudieran estar en el favor de Dios, y para esto debían ser bien vistos por la igle-sia. Pero Jesús deliberadamente derribó sus barreras. Él socavó abiertamente su enseñanza y las personas se congregaban con Él.

Los fariseos vieron que muchas personas estaban siguiendo a Jesús debido a sus palabras amables. Ellos vieron que su influencia declinaba. Jesús sabía que su ac-to de asociarse con los publicanos y pecadores sería aprovechado por los líderes de la iglesia y usado contra él mismo. Pero eso no le impidió tratarlos con respeto ni dejar de ofrecerles el reino de los cielos. Ellos sabían que era a través de Su propio sacrificio personal, y esto aumentó grandemente su respeto por Cristo.

Escuche estas palabras registradas en el segundo volumen del Espíritu de Profecía p.175. “Los escribas y fariseos… sabían que desde que había comenzado el mi-nisterio de Jesús, su propia influencia sobre las personas había disminuido gran-demente. Los simpatizantes corazones de la multitud aceptaron las lecciones de amor y de amable benevolencia a preferencia de las frías formas y rígidas cere-monias llevadas a cabo por los sacerdotes”.

Un día Jesús iba caminando por Jericó. Estaba en su camino final hacia Jerusalén y a su crucifixión. Encontramos esta historia en Lucas 19. Jericó estaba a pocos kilómetros del Jordán y era un área muy rica de Judea en aquel tiempo. “A pocas millas del Jordán, en la orilla occidental del valle que se extiende allí formando una llanura, descansaba la ciudad en medio de una vegetación tropical, exube-rante de hermosura. Con sus palmeras y ricos jardines regados por manantiales, brillaba como una esmeralda en el marco de colinas de piedra caliza y desoladas barrancas que se interponían entre Jerusalén y la ciudad de la llanura”. DTG p. 506.
Su rico suelo hacía de Jericó un lugar ideal para la agricultura, especialmente el trigo. Pero sus bálsamos y sicómoros también fortalecían su economía maderera. El sicómoro es como un árbol de higo pero su fruto es poco apetecible. Su made-ra era la madera común usada en aquella zona para construir edificios, utensilios, equipos, etc. El fruto, sin embargo, era comido por las personas pobres. Ellos lo hacían más apetecible haciéndole un corte a la fruta cuando estaba madurando, de manera que el jugo agrio pudiese salir.

Enciclopedia de los Judíosó

Enciclopedia de los Judíos 2

Jericó también fue un centro político importante, ya que su ubicación estaba a la entrada de Palestina. “Jericó era una de las ciudades apartadas antiguamente pa-ra los sacerdotes”, se nos dice en el DTG p. 506, “y a la sazón un gran número de ellos residía allí. Pero la ciudad tenía también una población de un carácter muy distinto. Era un gran centro de tráfico, allí había oficiales y soldados roma-nos, y extranjeros de diferentes regiones, a la vez que la recaudación de los de-rechos de aduana la convertía en la residencia de muchos publicanos.”

Mucha gente rica vivía allí durante el tiempo de Cristo, y desde luego estaban los cobradores de impuestos cuyo trabajo era recaudar los impuestos y enviárselos a los Romanos. Era una región muy importante desde el punto de vista de los im-puestos, y el publicano a cargo de esta región estaba en una posición muy envi-diable. El jefe de los publicanos era aquel que elegía a otros en la región para re-caudar los impuestos. Estos ayudantes se guardaban una parte para ellos, y le daban el impuesto más una comisión al jefe de los publicanos. Él entonces sepa-raba la parte que le tocaba a los Romanos, guardándose su comisión. Sin duda, que él se reservaba las mejores casas y los negocios más lucrativos para mante-nerlos bajo su “experta” evaluación y juicio. También debe haber existido mucha corrupción. Los dueños de muchas tierras y grandes negocios hacían de los co-bradores de impuestos, y especialmente al jefe, el beneficiario de sus bienes y servicios, esto se conoce como soborno, de tal manera que no les cobrara im-puestos excesivos.

Lucas 19 en el verso 2, nos dice quién era el jefe de los recolectores de impues-tos en Jericó en el tiempo que Cristo pasaba por la ciudad. “Y sucedió que un va-rón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico”.

Esta simple declaración nos dice que Zaqueo era el jefe de la aduana y que era muy rico. Sin duda que después de muchos años en esta posición, había acumu-lado muchas riquezas, que infelizmente, había obtenido por la extorsión y el so-borno. Su alma estaba apesadumbrada. No tenía felicidad. Y anhelaba encontrar alivio.

Un día, Zaqueo escuchó unas noticias sorprendentes. Había un nuevo rabino de sostén propio que estaba recorriendo el país. Él no era parte de la organización religiosa. De hecho, se corría el rumor que él no era apreciado por los fariseos y que era mas bien independiente. El entusiasmo acerca de este hombre estaba en los labios de muchos, y Zaqueo no podía más que escuchar sobre los milagros que Él estaba haciendo, cómo era amable con todos, y especialmente con los despreciados de la sociedad. Escuchó que Jesús era amigable con los publicanos. Se comentaba que había contado una historia acerca de un rabino y un publicano que fueron al templo a orar, y que el publicano fue justificado ante Dios debido a su arrepentimiento. “Tal vez”, pensó Zaqueo, “exista una esperanza para mí y que mis pecados sean perdonados”. Pero la cosa más intrigante acerca de este nuevo maestro llamado Jesús era que tenía estudiantes que viajaban con él. Y aun había uno que había sido publicano.

¿Era Jesús una especie diferente de rabino? ¡Los milagros parecían maravillosos! Él había sanado a 10 leprosos. Le había restaurado la vista a un hombre ciego de nacimiento. Él aun había resucitado a un hombre muerto llamado Lázaro. Este no es un rabino común. La pregunta se repetía de casa en casa, “¿Podría ser este el Mesías esperado?” Algunos dudaban, pero muchos decían entusiastamente que Él era Aquel que restauraría a Israel a su gloria.

Apenas había escuchado algo acerca de Jesús, cuando Zaqueo sintió la convicción de arreglar las cosas con las personas a las cuales había causado daño. Él sabía lo que debía hacer, y ya había comenzado a hacer algunos esfuerzos para llevarlo a cabo. Pero él quería ver a Jesús para obtener alguna seguridad de que a través del arrepentimiento y de la restitución podría ganar el favor del Cielo.

Es en las pocas palabras del versículo 3 donde podemos aprender mucho de él. “Procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura”. Zaqueo ya había escuchado bastante. Zaqueo ahora an-helaba ver a Jesús. Él deseaba ardientemente tener un alivio de la culpa que pre-sionaba su alma. Él sabía que había causado daño a muchas personas y había co-rrompido a otras a lo largo de su camino. Él sentía el aguijón de la condenación de los líderes religiosos y muchas veces deseaba esconderse de sus fijas y atra-vesantes miradas.

Pero los líderes de la iglesia rápidamente denunciaron el entusiasmo acerca de Jesús diciendo que era sensacionalismo. En forma premeditada le restaron impor-tancia a este nuevo rabino. De hecho, ellos sugirieron que estos milagros eran un engaño, que Jesús fabricaba para llamar la atención. Dijeron que Él no podía te-ner ninguna credibilidad… después de todo, Él era de Nazaret. ¿Y qué bien podría venir de Nazaret?

Pero Zaqueo estaba interesado e intrigado por los rumores. Tal vez verificó dis-cretamente con algunos amigos bien posicionados, para ver qué podría conseguir acerca de Él. Los informes no deben haber sido buenos. Los rabinos estaban di-ciendo que este hombre era un ministro independiente y que estaba apoderándo-se del dinero de las personas, especialmente del dinero que debiera haber sido enviado a la iglesia – y tal vez hasta de los diezmos.

Pero lo que Zaqueo escuchaba en la calle era una historia muy diferente. Las per-sonas estaban asombradas viendo como Jesús estaba dispuesto a ir a lugares y a hacer cosas que los rabinos jamás harían. Él tocaba a los impuros. Él sanaba en Sábado. Él decía las palabras más amables y reconfortantes jamás oídas. Él hablaba de Dios como si fuese su Padre y como si lo conociera personalmente. Él oraba tan ferviente y sinceramente que miles quedaban impresionados de que conocía a Dios como a un amigo. Él aun perdonaba pecados, algo que los rabinos decían que solamente Dios podía hacer.

Y cuando lo expulsaron de la sinagoga debido a que Su sermón era muy fuerte, Él no se enfadó. Tan solo se dirigió a otro lugar para predicar. De hecho, los rumo-res decían que en una ocasión Él predicó a cinco mil personas, sin contar las mu-jeres ni los niños, durante todo un día, y después le dio comida a todos. Tal vez este predicador de sostén propio no era tan malo como los rabinos decían.

¿Si alguien era el Mesías, tenía que ser un hombre como éste? Zaqueo decidió ver quién era este hombre si tenía la oportunidad. Y ahora, escuchó que Jesús venía a Jericó al dirigirse a Jerusalén para asistir a la fiesta. Muchas personas pasaban por Jericó en esta época del año. Y la excitación era palpable. Jesús había resuci-tado a Lázaro de la muerte y la controversia y los rumores acerca de lo que los sacerdotes le harían a Jesús, hizo que las personas se interesasen aun más en lo que Él podría decir. De todas partes las personas venían para congregarse con Él. Las multitudes lo presionaban por todos lados mientras se acercaba a la ciudad.

Cuando Jesús entró en Jericó, no había ninguna duda que no habría espacio sufi-ciente para toda la multitud. Todos querían llamar Su atención. Algunos estaban enfermos y querían ser sanados. Otros tan solo querían ser vistos y recibir una bendición de Su parte. Otros solo querían mirar el rostro de aquel hombre que era amable y bondadoso. Los niños pequeños querían tomar Su mano mientras Él caminaba. Las madres con niños en sus brazos hacían presión para ver si Él podía tocar a sus hijos.

Zaqueo tal vez comenzó a ponerse un poco nervioso. Él realmente quería ver a Jesús. En realidad, bien en el fondo de su corazón, quería conversar con Él. Tal vez, Jesús podría ayudarlo a encontrar una salida para dejar su vida despreciable. Sin duda, secretamente, él esperaba poder obtener perdón por su codicia, sus engaños, por sus labios mentirosos y por su gran egoísmo. Se sentía terriblemen-te culpable pero no encontraba ninguna salida. Necesitaba desesperadamente un alivio. Los rabinos no le ofrecían ninguna esperanza. Tal vez Jesús sí.

Cuando Jesús entró en la ciudad, Zaqueo sintió un deseo irreprimible de verlo. Él tenía que verlo, aun cuando no fuese más que un vistazo. Él tenía que mirarlo a la cara para ver si era tan amable y bondadoso como decían las personas. Tal vez con el solo hecho de mirarlo, Zaqueo se sentiría mejor. Si tan solo pudiese ver a Jesús, ya podría tener una esperanza. El versículo 3 dice que “procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de esta-tura”.

Mi amigo, ¡qué misión! No hay una misión más importante en la vida para el pe-cador que hacer cualquier cosa para poder ver a Jesús, para saber quién es Él. No es apenas una pequeña esperanza que va a cambiar vuestra vida, sino que es una absoluta certeza. Ver a Jesús es la única esperanza del pecador. Es su única posibilidad de estar bien con Dios. Usted no puede corregir su carácter. Usted tie-ne que ver a Jesús si quiere obtener perdón y felicidad. Usted tiene que ver a Je-sús si quiere tener esperanza y paz. Usted tiene que ver a Jesús si quiere tener poder para vencer sus pecados. Usted tiene que ver a Jesús si quiere ganar el cielo.

Usted no puede solo escuchar hablar de Él. Usted tiene que verlo y aprender acerca de su maravilloso carácter. Entonces, y solo entonces, usted podrá tener una nueva experiencia. Entonces, y solo entonces, Él podrá cambiar su vida para mejor. Cuando usted ve Su amor, cuando usted ve Su compasión, cuando usted ve Su vida, entonces, y solo entonces, usted podrá ver una salida. Cuando Jesús pasa cerca, ese es el momento de verlo. Puede ser que Él jamás vuelva a pasar por ese mismo camino nuevamente. Tal vez usted no tenga otra oportunidad tan buena como esta para ver a Jesús. El tiempo para buscarlo es ahora. No mañana. No hoy en la noche. No la próxima semana, sino ahora.

Zaqueo sabía que su oportunidad había llegado. Si él desperdiciaba esta oportu-nidad, tal vez jamás volvería a tener otra. Él se apuró para acercarse a la multi-tud que cercaba a Jesús. Trató por este lado y por el otro, pero no consiguió acercarse lo suficiente ni siquiera para lograr un vistazo. Había demasiadas per-sonas, empujando, dando codazos, presionando tan apretadamente, que parecía imposible verlo. Además, las Escrituras dicen que, él era pequeño de estatura. Él no conseguía ver por encima de los hombros de la gente.

¡Qué descripción! Piense por un momento en lo que dice el texto. Sí, Zaqueo era de pequeña estatura física. Estaba aturdido. Todos eran más altos que él y lo mi-raban con desprecio. Eso significaba que tenía que encontrar formas aun más as-tutas y sutiles para aplicar sus decisiones en relación con los impuestos. Todos sabían que era un estafador, y lo trataban con indiferencia. Él sentía el aguijón de su pequeñez de estatura, porque también era enano de mente y de corazón.

Todos los días tenía que enfrentar personas que lo miraban con desprecio, y eso también era un perfecto recordativo de cómo lo miraba Dios. Los rabinos lo mira-ban con desprecio como si no fuese bienvenido en la iglesia. Las personas lo des-preciaban como a un traidor nacional. Era como maldito debido a su pequeña es-tatura. Constantemente se le recordaba su pecado, era rechazado, estaba des-animado y perdido sin esperanza. Al igual que su estatura, no tenía esperanza de algún cambio. Estaba en serias dificultades.

Qué apropiado símbolo de su patético carácter. Su orgullo era tan grande que su carácter era de pequeña estatura. Su codicia era tan grande que su corazón solo podía ser pequeño. Su egoísmo era tan grande que su madurez era pequeña co-mo su estatura. ¿Cómo podría ver a Jesús si siempre estaba bloqueado por per-sonas más altas que él? ¿Cómo podría alguna vez solucionar su problema cuando otras personas siempre se interponían en su camino?

Ahora Zaqueo se estaba desesperando y se puso un poco más agresivo. Comenzó a empujar. Trató de escurrirse entremedio de las personas. Pero cuando veían quién era el que estaba tratando de pasar, lo empujaban para atrás. Él no necesi-taba ver a Jesús. De cualquier manera, Jesús ni siquiera se daría cuenta de un hombre tan pequeño. Además, Jesús estaba muy ocupado con personas mucho más importantes como para notar a este enano espiritual.

Zaqueo sabía en su corazón que tenía que ver a Jesús, pero se lo impedían en cada intento. Frustrado, desanimado y totalmente desilusionado se alejó de la muchedumbre. Lágrimas cayeron de sus ojos mientras la soledad y el desánimo se apoderaban de su corazón y lo herían profundamente. Tal vez nunca podría ver a Jesús. Tal vez él no tenía ningún valor, y Jesús no estaría interesado en él de ninguna manera. Tal vez él no merecía vivir ya que no tenía ninguna esperan-za de salvación. Satanás despiadadamente lo presionaba con dudas y tentacio-nes. Tal vez sería bueno ponerle fin a todo. ¿Para qué debería seguir viviendo? Él tenía todo lo que este mundo podía ofrecerle, excepto felicidad y paz mental.

A medida que caminaba tristemente de vuelta a su vacío puesto de recolección de impuestos, comenzaron libremente a caer lágrimas por su rostro. La agonía de su corazón solo aumentaba su angustia mental. Tantos obstáculos, tantas barreras, ¿cómo podría encontrar fe si ni siquiera podía verlo? ¿Cómo podría tener alguna esperanza de alivio del pecado y de la culpa? ¿Cómo podría alguna vez encontrar felicidad si no podía siquiera ver la cara del perdón y del amor?

Sus ojos estaban tan llenos de lágrimas que al principio ni siquiera vio el árbol. Era uno de aquellos sicómoros que estaba apenas a algunos pasos de él. Y estaba justo en la mitad de la calle. Él había pasado muchas veces por allí, pero nunca le había prestado gran atención. Sus verdes ramas le habían ofrecido un poco de sombra a él y a otros viajeros en días de mucho calor. Los niños jugaban en sus ramas, gritando y divirtiéndose en sus paseos. Ellos siempre eran algo especial para él. Cómo añoraba el carácter libre, feliz y honesto de la niñez. Años hacien-do lo malo lo habían vuelto cínico y ya no confiaba en nadie. Se detuvo allí por un momento tratando de pensar más claramente y para secar sus lágrimas. Los ni-ños no tienen que lidiar con años de pecado y culpa. Su alegría es genuina y sim-ple. Pero aquellos días estaban muy distantes. Él tenía que lidiar con sus años de decisiones erradas. Era imposible disfrutar de la alegría de los niños. Bien, ¿qué podía hacer? Tal vez tendría que juntar todos los pedazos de su vida y esperar que Dios tenga misericordia de él en el juicio. Pero realmente, Dios no era así, por lo menos de acuerdo con lo que decían los sacerdotes. Él castigaría severa-mente al pecador, aun si este se arrepentía.

Entonces repentinamente, como si fuese una sugerencia divina, aquel árbol le dio una idea. Una suave voz le habló casi audiblemente. “Zaqueo, ese árbol está ahí para ti. Ese sicómoro es tu solución. Puede ser tu salvación”. Perplejo miró sus ramas y percibió que podría subirse al árbol. Tal vez desde allí pudiese ver a Je-sús cuando pasara por debajo. La muchedumbre se estaba acercando. El versícu-lo 4 dice que él corrió rápidamente delante de la multitud hasta el árbol y que su-bió hasta las ramas más bajas y se ubicó de tal manera que pudiese tener una buena visión. Tal vez quebró algunas ramitas pequeñas para sacar algunas hojas que pudieran impedirle ver a Jesús.

Mis amigos, cuando anhelamos ver a Jesús tal como Zaqueo lo anhelaba, tene-mos que deshacernos de cualquier cosa nos que impida ver Su rostro. Todo aque-llo que esté entre nosotros y Él y nos impida verlo, tiene que ser eliminado. Yo no sé qué es lo que te impide verlo, pero arranca todo eso. Los entretenimientos son los mayores obstáculos. Para algunos es el deporte. Para otros es su indulgencia con las comidas y las bebidas. Sea lo que fuere, tienes que eliminarlo para que puedas ver Su maravilloso rostro.

Zaqueo nunca antes se había subido a este árbol, y hacía muchísimo tiempo que ya no se subía a ningún árbol. Solo cuando era un muchacho jugaba en los árbo-les. Pero ahí estaba él, esperando desesperadamente de poder tener una peque-ña oportunidad de felicidad, encaramado en un árbol para ver a Jesús. Mi amigo, ¿cuántas veces en tu vida has estado tan desesperado que no te importó hacer lo que fuere con tal de salir de esa situación? Tal vez te comportaste como un niño para encontrar alivio. Así estaba Zaqueo. Su momento había llegado. Él no lo sa-bía, pero estaba a punto de encontrar un maravilloso alivio. Iba a ver a Jesús. Él no se imaginaba que Jesús venía hacia él a propósito. A medida que trepaba en el árbol, su pequeña esperanza también crecía en su corazón. Todos los recelos y la desconfianza de su corazón desaparecieron. Su alma ya no era como una piedra fría. Estaba listo para un cambio, un inmenso cambio. A medida que el gentío se aproximaba, su corazón comenzó a latir apresuradamente. ¿Cómo sería Jesús? ¿Le sonreiría? ¿Se daría cuenta Jesús que él estaba encaramado en ese árbol?

No se atrevía a imaginar que Jesús lo vería. Él estaba muy ocupado con tantas personas, y tenía muchos pedidos. No tendría tiempo para Zaqueo. A medida que el debate iba y venía en su corazón, pensó que sería mejor ser realista. Así que se preparó para solamente ver a Jesús.

Mis amigos, eso es lo que realmente importa… Es apenas una mirada, una mirada suplicante, anhelando espiritualidad y paz lo que conmueve el corazón de Jesús. Jesús sabía lo que estaba sucediendo en el corazón de Zaqueo. Una de las razo-nes por las cuales vino a Jericó, entre otras cosas, fue específicamente para sal-var a Zaqueo de sí mismo. Aquí hay un punto importante. Jesús conoce las penu-rias de vuestros corazones. Él se acerca a vosotros con el propósito específico de darles una oportunidad de cambiar. Esta historia está en la Biblia para que las personas desanimadas, desesperadas entiendan que Jesús está viniendo a Jericó específicamente por ellos. También está allí para mostrarles la salida, para mos-trarles lo que tienen que hacer para tener paz. Así que súbete a tu sicómoro y mi-ra a Jesús.

Finalmente la muchedumbre pasó por debajo del árbol. Jesús iba en medio de ellos e iba a pasar justo debajo donde estaba Zaqueo. Ansiosamente Zaqueo mi-raba a través de las hojas para ver si conseguía ver a Jesús. Cuando vio el sem-blante pacífico y alegre del rostro de Jesús, se sorprendió de cuán feliz era. Cómo anhelaba esa paz y esa alegría que veía en el rostro de Jesús. Cómo anhelaba esa habilidad para hacer lo que Jesús hacía y ayudar a otros en vez de egoístamente apropiarse de todo lo que podía conseguir. Zaqueo estaba listo para aprender la mayor de todas las lecciones; que mejor es dar que recibir. Esa verdadera alegría solo se obtiene al dar sin egoísmo. Esa paz es posible cuando el orgullo es elimi-nado.

Cuando Jesús llegó al árbol, para sorpresa de Zaqueo, Él se detuvo. Miró hacia arriba como si quisiera llamar la atención de todos hacia el árbol. Todas las mira-das se levantaron. Allí, balanceándose de una pierna en una rama del árbol, había una sandalia de seda roja, adornada con oro y que tenía algunas joyas. Estaban las orlas doradas de las vestiduras de un hombre muy rico. ¿No eran esas las ro-pas de Zaqueo? Todos sabían de quién era esa vestimenta. Era el único que se vestía así. Lo odiaban porque él hacía sus vidas muy miserables. Algunos sin du-da, comenzaron a sonreírse. Ellos pensaron, ¿por qué está Zaqueo encaramado en este sicómoro? Que visión más ridícula era esta. Aquí estaba este pequeño hombre al que todos odiaban, sentado ahí como un gallo en el árbol mirando atentamente entre las hojas. ¡Qué tonto, habrán pensado! Pensaban que Zaqueo era auto-suficiente. No tenían la más mínima idea de cuán desesperado estaba; cómo su corazón había sido quebrado por sus malas expresiones con respecto a él, y por su rechazo. Zaqueo no tenía amigos, excepto otros avarientos cobrado-res de impuestos. Poco se imaginaban ellos que Zaqueo tenía un amigo en Jesús.

Cuando Jesús miró hacia arriba, no fue para ver el espectáculo de un hombre rico que estaba encaramado entre las ramas. Él no miró hacia arriba para ver una si-tuación divertida. Jesús miró hacia arriba directamente al rostro de este hombre desesperado, cuyos pecados habían casi borrado toda esperanza del cielo, y tras-pasó su alma con bondad. Él vio las lágrimas en sus ojos. Él vio el anhelo en su alma. Él vio el deseo de una nueva vida. Esa era Su misión en Jericó… darle a Zaqueo una nueva vida.

Cuando Zaqueo vio que Jesús lo estaba mirando fijamente a través de las hojas del árbol, se quedó desconcertado. Sin embargo estaba maravillado por el senti-miento de que Jesús pudiese escudriñar directamente su corazón. Jesús podía leer su alma. Se llenó de esperanza. Tal vez Jesús pudiese marcar una diferencia en su vida… Tal vez pudiese encontrar una salida para sus pecados.

Las Escrituras dicen en el versículo 5: “Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es nece-sario que pose yo en tu casa”.

Cuando Zaqueo escuchó estas palabras, se abrumó mucho con tantas emociones al mismo tiempo. ¿Había escuchado correctamente? ¿Había dicho Jesús que iría a su casa? Zaqueo no podía creerle a sus oídos. ¿Estaba Jesús hablando en serio? Zaqueo bajó del árbol. Esta vez no tuvo que abrirse paso entre la multitud, esta-ba parado justo delante de Jesús. Lo miró fijamente a los ojos y vio Su maravillo-sa compasión y bondad. Sintió que su frío corazón se calentaba. Estaba sin poder hablar al principio. Tal vez estaba tentado a dudar o cuestionar los motivos de Je-sús… debe haber pensado “¿Sabe Jesús realmente el tipo de mala persona que yo soy?”. “¿Realmente Jesús se interesa por mí?” Pero él lanzó estas dudas a un lado cuando vio Su rostro amigable. Jesús no estaba jugando. No era artificial. ¡Esto era genuino!

Mientras Zaqueo estaba parado allí en asombro, no podía hacer nada. Se inclinó hasta el piso como si quisiera adorar a Jesús en silencio. Jesús se inclinó y lo le-vantó. A medida que Zaqueo se levantaba, sus labios fueron abiertos y él confesó públicamente su pecado y se arrepintió. Frente a todos él dijo: “He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”.

Jesús sonrió y miró a Zaqueo con una expresión de bondad que Zaqueo jamás había visto, y dijo: “Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham”. ¿Dijo Jesús realmente eso? El mismo hombre al que los Ju-díos habían expulsado de la iglesia, Jesús lo incluyó como parte de la iglesia. Je-sús amaba a los hijos de Abraham. Él haría cualquier cosa con tal de salvar un alma. Él anhelaba sacarlos de sus malos caminos y salvarlos. Entonces añadió como si quisiera reprobar a los rabinos por su negligencia para con este hombre rico: “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

Pero para Zaqueo, el alivio era reconfortante. Jamás había sentido esa paz y eso lo tomó de sorpresa. Qué sentimiento más maravilloso. Rápidamente, y como si fuese un sueño, Zaqueo llevó a Jesús y a sus discípulos a su mansión. Sus pisos de mármol estaban limpios. Su bonito césped y su jardín les refrescaron el espíri-tu. Le pidió a Jesús que se pusiera cómodo en el bonito sillón que había en el sa-lón. Pidió a sus siervos que le lavaran los pies a Jesús y a sus discípulos. Entonces fue a la cocina y le dijo al cocinero que se asegurara que había suficiente comida para 15 personas, y lo instruyó para que pusiera los mejores servicios y la mejor comida. Fue al mayordomo y le pidió que trajera el más fresco y sabroso jugo de uva. Entonces volvió al salón donde Jesús y sus discípulos estaban esperando.

Allí se sentó y comenzó a escuchar mientras Jesús le contaba los secretos de la vida eterna. Cómo el Hijo del hombre vino a sacrificar su vida por las almas per-didas, y que Dios quería que Zaqueo pudiese vivir eternamente en el cielo. Tal vez le dijo a Zaqueo, cuánto anhelaba que tuviese una vida pura, y que eso era posible a través de Su gracia. Sin lugar a dudas le dio a Zaqueo una lección de fi-lantropía, y le explicó que la paz viene cuando uno se da a sí mismo a los demás, y que la mayor alegría en este mundo es hacer que la vida de otra persona sea mejor a través de nuestra presencia y generosidad.

Zaqueo ya podía sentir que la carga de culpa había sido quitada de sus hombros. Jesús no condenó a Zaqueo por sus pecados. Él sabía que Zaqueo tenía un gran peso de culpa. Jesús estaba ahí para traer perdón, y Zaqueo ya sentía que sus pecados habían sido puestos a un lado. Su corazón fue movido por las palabras de Jesús. Él vio su miserable, egoísta y orgulloso corazón, no como un pecador condenado, sino como un hombre perdido que había encontrado el camino a ca-sa. Ahora tenía que ponerse en acción. Algunas horas más tarde ellos aun esta-ban conversando. Ya habían comido y ahora Jesús se arrodilló para orar y supli-carle a Dios para que restaurara a Zaqueo al favor del Cielo. Oró tan sinceramen-te que Zaqueo se puso a llorar cuando Jesús re-consagró esta alma arrepentida a Dios.

Zaqueo estaba abrumado. Él sabía lo que tenía que hacer. Su corazón estaba lle-no de amor hacia Jesús. Y él quería asegurarse que no iba a perder la bendición. De tal manera que reiteró su promesa de darle la mitad de sus bienes a los po-bres y restaurar cualquier cosa en cuatro veces lo que él hubiese tomado injus-tamente. Zaqueo había recibido a Jesús, no meramente como un pasajero invita-do en su hogar, sino como Uno que habitara en el templo del alma. Los escribas y fariseos lo acusaban de ser un pecador, y murmuraron contra Cristo por haber si-do su invitado, pero el Señor lo reconoció como un hijo de Abraham. Porque “los que son de fe, los tales son hijos de Abraham. Gálatas 3:7”. Esa es una cita del DTG p.510.

La parte triste de toda esta historia es cómo reaccionaron los líderes religiosos. El versículo 7 dice que cuando vieron esto los rabinos, “todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador”. Ellos eran tan pecadores co-mo Zaqueo. Pero querían desacreditar a Jesús ante las personas, de tal manera que se rebajaron aun más para llevar falso testimonio contra Jesús a través de sus murmuraciones. Este era el verdadero propósito por el cual Jesús vino a nuestro mundo – para salvar al pecador. Pero los rabinos lo presentaron como si estuviese equivocado.

¿Pero cómo puede usted salvar a alguien si no lo visita ni lo ayuda? El prejuicio y orgullo era tan fuerte que no conseguían ver que Jesús estaba allí especialmente por el pecador. Ellos pensaban que no necesitaban la salvación, porque se veían a sí mismos como justos. Veían que Jesús los estaba pasando por alto y que pasaba tiempo con aquellos a quienes habían despreciado. Era como si Jesús les hubiese dado una bofetada en la cara cada vez que Él sanaba a alguien, o cuando comía con publicanos o prostitutas. Él jamás siguió sus principios, ni sus reglas. Pero hablaba con tal autoridad, que lo consideraban arrogante. Ellos veían que Su in-fluencia crecía constantemente como una amenaza de tal manera que lo seguían para encontrar alguna ocasión de acusarlo o de condenarlo. No importaba lo que Él hiciera, ellos siempre encontraban la manera de decir que era malo y lo pro-clamaban como un pecador.

Pero Jesús anhelaba que los rabinos pudiesen ver su propia necesidad de salva-ción. A menudo Sus milagros y acciones estaban diseñadas para mostrarles sus propios corazones. Al visitar a Zaqueo, Jesús les mostró su propia actitud impía para con el pecador. Él les mostró su arrogancia espiritual. Pero ellos no cederían a Su poder salvador. En vez de salvarlos como Jesús anhelaba hacerlo, sus accio-nes los endurecieron. Hablando de grandes pecadores el libro PVGM p.188 nos di-ce: “Como vinieron a Zaqueo las palabras de Cristo: “Hoy es necesario que pose en tu casa”, así vendrá a ellos la palabra; y se descubrirá que aquellos a quienes se suponía pecadores endurecidos tienen un corazón tan tierno como el de un ni-ño porque Cristo se ha dignado tenerlos en cuenta. Muchos se volverán de los más groseros errores y pecados, y tomarán el lugar de otros que han tenido oportunidades y privilegios pero que no los han apreciado. Serán considerados los elegidos de Dios, escogidos y preciosos; y cuando Cristo venga en su reino, esta-rán junto a su trono”.

Cuando Jesús y sus discípulos dejaron la casa de Zaqueo a la mañana siguiente, salieron reconfortados, no tanto por la hospitalidad de Zaqueo, sino por la humil-de respuesta de un hombre ahora transformado por la gracia de Jesús.

Imaginen la sorpresa de un hombre de negocios local cuando recibió la visita de Zaqueo aquella mañana colocando una bolsa de dinero sobre el mostrador. “José, aquí hay 400 chelines. Yo le cobré a usted 100 chelines en exceso, y ahora se los estoy devolviendo con intereses”. “¿Pero por qué está usted haciendo esto?” res-ponde José. “Me encontré con Jesús y aprendí el secreto para tener paz y felici-dad”, le responde Zaqueo. “Ahora quiero hacer las cosas bien con todos”.

Después se detuvo en un lagar, y pidió hablar con el gerente. Aquí había un hom-bre con quien él tenía un serio problema sobre el valor de sus bienes. “Jacobo”, le dijo, “Lamento haberlo acusado falsamente de esconder sus bienes. Creo que le he cobrado 700 chelines demás… Aquí hay 2.800 chelines para compensarlo por todos los problemas que le causé”. Atónito, Jacobo no podía creer lo que oía, pero el dinero estaba allí en el suelo. “No se preocupe Jacobo”, debe haber dicho Za-queo con una amplia sonrisa, “usted no sufrirá más abusos de mi parte. Jesús me encontró y Él ha cambiado mi vida”.

La ciudad de Jericó estaba sorprendida. ¿Qué le había sucedido a Zaqueo? Tantas personas estaban siendo visitadas por él. Estaba devolviendo tanto dinero que parecía que iba a quedar pobre. Él les estaba devolviendo dinero a los vendedores ambulantes, a las personas que no tenían una casa y a los trabajadores comunes. En pocas semanas, su mansión había sido vendida, y el dinero fue distribuido en-tre los pobres hasta que todas sus deudas espirituales fueron compensadas. Aho-ra él vive en un hogar humilde. No tiene más siervos. No hay más lujo. No hay más consumismo. ¡Qué cambio se operó en el hombre! ¿Cómo puede ser? ¿Sólo una visita de Jesús logró tanto? Algo debe haberle sucedido, algo abrumador, al-go transformador. Ahora él es un hombre muy feliz. Siempre tiene una sonrisa y una palabra amigable. Ya no camina con aquella agresiva arrogancia. Camina en forma suave. No está a la defensiva. Siempre es bondadoso. ¡Qué cambio! Tal vez exista esperanza para los pecadores, deben haber pensado. Tal vez los rabi-nos han estado errados después de todo. Tal vez hasta el más empedernido pe-cador puede encontrar paz y felicidad a través de una visita de Jesús.

Ciertamente las personas de Jericó estaban impresionadas, no por todos los en-fermos que fueron sanados cuando Jesús pasaba; no tanto por Sus enseñanzas o popularidad, sino por la manera en que un empedernido criminal puede ser cam-biado completamente en un hombre compasivo y generoso. El perdón es maravi-lloso, mis amigos. Pero aun cuando sea tan maravilloso como lo es en realidad, no es completo. La más completa felicidad, la mayor alegría sólo puede venir cuando cooperamos con Cristo y pasamos a la acción haciendo cosas buenas a nuestros semejantes. Solo podemos tener una alegría y una paz verdadera cuan-do adoptamos el espíritu dador de Cristo, y cuando hacemos lo que podemos en beneficio de la vida de otros.

Mi amigo, Jesús puede hacer lo mismo por usted. Esta animadora historia no deja una declaración, una declaración respecto de lo que Jesús hará por nosotros, si es que anhelamos Su justicia y Su pureza. Él nos encontrará y habitará en nuestros corazones así como habitó en el corazón y el hogar de Zaqueo. ¿Desea usted esa libertad y esa felicidad? Yo sí. ¿Quiere usted que la pesada carga del pecado y de la culpa sea quitada de sus hombros? Desde luego que sí. Entonces encuentre al-guna manera de poder ver a Jesús. Siéntese a Sus pies por algunos instantes, y aprenda acerca de darse a sí mismo a otros. Haga que su prioridad cada día sea escuchar Su voz. Entonces camine en Sus caminos. Él lo colmará de alegría. Él lo llenara de paz completamente.
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Fuente: http://www.ktfministry.org/sermons/395/el-hombre-de-pequena-estatura-the-man-of-little-stature-spanish
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"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen"


22Y se hacía la fiesta de la dedicación en Jerusalem; y era invierno;

23Y Jesús andaba en el templo por el portal de Salomón.

24Y rodeáronle los Judíos y dijéronle: ¿Hasta cuándo nos has de turbar el alma? Si tú eres el Cristo, dínos lo abiertamente.

25Respondióles Jesús: Os lo he dicho, y no creéis: las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;

26Mas vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.

27Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen;

28Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano.

29Mi Padre que me las dió, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

30Yo y el Padre una cosa somos.

31Entonces volvieron á tomar piedras los Judíos para apedrearle.

32Respondióles Jesús: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál obra de esas me apedreáis?

33Respondiéronle los Judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios.

34Respondióles Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, Dioses sois?

35Si dijo, dioses, á aquellos á los cuales fué hecha palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada);

36¿A quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?

37Si no hago obras de mi Padre, no me creáis.

38Mas si las hago, aunque á mí no creáis, creed á las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.

39Y procuraban otra vez prenderle; mas él se salió de sus manos;

40Y volvióse tras el Jordán, á aquel lugar donde primero había estado bautizando Juan; y estúvose allí.

41Y muchos venían á él, y decían: Juan, á la verdad, ninguna señal hizo; mas todo lo que Juan dijo de éste, era verdad.

42Y muchos creyeron allí en él.



Juan 10:22-42.