Wednesday, July 4, 2012

Un periodista del Opus Dei llamado para mejorar imagen

Greg Burke, ex reportero de Reuters, "Time" y la cadena Fox aceptó el llamado del Papa.


Misión. “Ni soy cardenal ni gurú, pero sé lo que buscan los periodistas”, aclaró Greg Burke (AP).

Misión. “Ni soy cardenal ni gurú, pero sé lo que buscan los periodistas”, aclaró Greg Burke (AP).

Roma. Un periodista estadounidense de 52 años, con décadas de experiencia en la agencia de noticias Reuters, la revista Time y la cadena Fox, subió ayer hasta el tercer piso de la Secretaría de Estado del Vaticano, allí donde se acumula todo el poder de la Iglesia Católica, y franqueó la puerta de un despacho bajo la atenta mirada de un guardia suizo.

Ya a solas, seguramente se habrá sentado ante varias carpetas con información reservada sobre las finanzas de la Santa Sede y las filtraciones de la correspondencia secreta del Papa. Las habrá abierto, las habrá leído. Tal vez durante un momento haya sentido sobre sus hombros la inercia de tantos años buscando historias, el impulso de volver a bajar las escaleras del Vaticano, salir a las calles de Roma y contar en horario de máxima audiencia aquello que acababan de ver sus ojos. Pero no podrá. Desde ayer, Greg Burke, nacido en Missouri, tiene un compromiso con Benedicto XVI.

“Jesús no buscó un relaciones públicas para evitar la cruz...”. A Burke le gusta la frase. Se la dijo un amigo y, en cierto modo, le sirve para aliviar la pesada carga que se ha comprometido a llevar: mejorar la muy deteriorada imagen de la Iglesia.

Llamado a Nueva York. El último escándalo de las filtraciones no sólo ha puesto de manifiesto que en el Vaticano hay demasiados pasadizos al infierno, sino la incapacidad de la institución para adaptarse a la transparencia que exigen los tiempos. Sin embargo, los hombres de Joseph Ratzinger reconocieron que tienen un problema y llamaron a Nueva York para pedir auxilio. Allí se encontraba Burke cuando recibió un aviso de la Santa Sede: “Vuelve a Roma. El Sustituto quiere verte...”.

El Sustituto, en el lenguaje vaticano, es el arzobispo al mando de los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado. Se encarga del “servicio cotidiano del Pontífice”, desde la redacción de documentos a la custodia del sello de plomo y el anillo del Pescador.

A Greg Burke le corresponderá algo más mundano: “Ni soy cardenal ni un gurú de la comunicación, pero sí un periodista y por eso sé lo que buscan los periodistas. Puedo aconsejar. Intentar influir para que haya menos oscuridad en el Vaticano. Cuando no se sabe, se fabula, se imagina lo peor.

Mi idea es aportar claridad. Tengo ilusión, pero sé que no voy a poder resolverlo todo. Iré poco a poco, no entraré como los marines...”, manifestó.

Tomando un capuchino en el barrio de Prati, Greg Burke 
–quien semanas atrás obtuvo la nacionalidad italiana– admite que al principio dijo no a la llamada, que sintió vértigo.

Ahora, desde adentro. “Hace un mes –cuenta– escribí que el Papa podría dimitir. Él mismo lo admitió hace años. Es un hombre al que la lectura de los casos de pedofilia (leyó todos los documentos cuando estaba al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe) golpeó profundamente. Fue él quien decidió extirpar públicamente aquel cáncer. Como periodista también creo que el Papa no sustituirá al cardenal Bertone (el secretario de Estado, objeto de buena parte de las críticas), pero ahora veré desde adentro si mi idea de periodista se corresponde con la realidad”.

Burke es un tipo amable. Admite que su trabajo en la muy conservadora cadena Fox o su pertenencia al Opus Dei colocan sobre su perfil de reportero –ha estado como tal en el Líbano, Jerusalén, Pakistán o Afganistán– una serie de etiquetas o prejuicios. A él no parece importarle.

Dice que su primer objetivo es meter la linterna en la banca vaticana y, enseguida, influir para que el proceso contra Paolo Gabriele, el mayordomo del papa Benedicto XVI, sea público. Sus ojos ven desde su nueva función asumida ayer documentos secretos que cualquier periodista quisiera ver. Y correr a contarlo...

Doctrina de la Fe

El papa Benedicto XVI designó al alemán Gerhard Ludwig Müller, obispo de Ratisbona (Alemania), nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, informó ayer el Vaticano.

Müller sustituye en el cargo al cardenal estadounidense William Joseph Levada, quien presentó su renuncia por motivos de edad.



Fuente
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