Monday, September 15, 2014

Francisco: El matrimonio es la vida real, no una novela de la televisión



15/09/2014 00:01

El Papa casó a 20 parejas. Entre ellas, la formada por una mujer que fue madre soltera y un hombre a quien se anuló su unión anterior.



Ante un altar especial. El Papa y las parejas seleccionadas, en la ceremonia de la Basílica de San Pedro (AP).




Por Agencias AP y Télam



Ciudad del Vaticano. El papa Francisco casó ayer a 20 parejas, entre ellas una novia que fue madre soltera, en la Basílica de San Pedro. En su homilía, el pontífice argentino resaltó que “las familias son los ladrillos que construyen la sociedad”.

Todas las parejas provenían del área de Roma y una estaba formada por un novio cuyo primer matrimonio fue anulado por la Iglesia Católica y una novia que tuvo una hija de una relación previa sin ser casada. Además, algunas de las parejas ya vivían juntas.

El gesto, que se produjo tres semanas antes de que tenga lugar un encuentro internacional de obispos para debatir el futuro de la familia con asuntos como las relaciones sexuales prematrimoniales, fue considerado por los observadores vaticanos como una nueva prueba de la defensa del Papa de una Iglesia misericordiosa.

En su homilía, el Obispo de Roma recordó que el matrimonio “es símbolo de la vida, de la vida real”, y afirmó que no es una novela, sino que es el sacramento del amor de Cristo y de la Iglesia, “un amor que encuentra en la Cruz su prueba y su garantía”.

El Pontífice aseguró que es incalculable la fuerza, la carga de humanidad y la ayuda recíproca de una familia, pero no dejó de remarcar las dificultades que deberán sobrellevar los esposos en su vida marital. “No es un camino llano, sin problemas, no, no sería humano”, afirmó Jorge Bergoglio.

“Es un viaje comprometido, a veces difícil, a veces complicado, pero así es la vida”, prosiguió. Francisco aseguró que hay parejas que sienten la tentación de “abandonar el camino, que no soportan el viaje de la vida conyugal y familiar y pierden el gusto del matrimonio”.

“Dios no elimina las serpientes pero ofrece un antídoto”, sostuvo el Papa antes de subrayar: “El amor de Cristo puede devolver a los esposos la alegría de caminar juntos. Porque eso es el matrimonio: un camino juntos de un hombre y una mujer, en el que el hombre tiene la misión de ayudar a la mujer a ser mejor mujer, y la mujer tiene la misión de ayudar a su marido a ser mejor hombre”.

Simbolismo y expectativas

La ceremonia de ayer, cargada de simbolismo, alimentó además diversas conjeturas y expectativas de parte de quienes han pedido al Vaticano que permita recibir la comunión a los divorciados que vuelven a casarse.

El Vaticano, sin embargo, se ha mantenido reacio, alegando que los católicos que vuelven a casarse sólo pueden recibir la comunión si renuncian al sexo. Según los códigos de la Iglesia, los católicos sólo pueden volver a casarse si su primer matrimonio es anulado por el Vaticano, lo que consiste en una declaración de que el primero nunca existió.

“Los elegidos para ser casados el domingo (por ayer) son parejas como muchas otras”, comunicó la semana pasada la diócesis de Roma, que seleccionó a los novios que participarían en la ceremonia en la Basílica de San Pedro.

Las edades de los novios de ayer iban desde los 25 a los 56 años y entre ellos hubo parejas que ya viven juntas, algunas que ya tienen hijos y algunas que se conocieron en la Iglesia, según señaló la diócesis.

Madre y ahora esposa

Así, Gabriella, de 56 años, fue madre soltera, y su esposo Guido de 49, había contraído matrimonio en el pasado, aunque luego fue declarado nulo por un tribunal eclesiástico.

Ambos estuvieron acompañados por la hija de la mujer. Gabriella declaró a Radio Vaticano estar “agradecida” de poder sellar en la Iglesia Católica su unión con Guido. “Sería un sacrificio muy duro ser privado de los sacramentos, de la comunión, y ser privado de una vida bendecida por Dios, un amor que es bendecido y experimentado como debe ser”, afirmó la mujer y ahora flamante esposa.

Otra de las parejas casadas fue la de Flaviano y Giulia, los más jóvenes, quienes habían pensado renunciar al banquete nupcial por el elevado costo del mismo, ya que ella trabaja en un restaurante de comida rápida y él acaba de perder su empleo. Por esta razón, su parroquia se movilizó para organizar una fiesta en la que participara “toda la comunidad”.

Ayer, al término de la misa, el papa argentino concluyó la ceremonia con lo que él mismo definió como un pequeño consejo: “Es normal que los esposos peleen, es normal. Siempre se hace. Pero les aconsejo que jamás terminen la jornada sin hacer la paz. Es suficiente un pequeño gesto y así se sigue caminando. El matrimonio es símbolo de la vida, de la vida real, no es una novela”, indicó Francisco, cuyos gestos y humildad siguen atrayendo a fieles que se habían alejado de la Iglesia Católica.

Algo extraordinario

Como Juan Pablo II. No es frecuente que un papa celebre bodas públicas. Sin embargo, Juan Pablo II lo hizo dos veces, en los años 1994 y 2000. En cambio, Benedicto XVI nunca ofició este sacramento en su pontificado.

14 años. Habían pasado 14 años desde la última ceremonia de este tipo, cuando Juan Pablo II impartió este sacramento a una serie de prometidos con motivo del Jubileo del año 2000.

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El texto original de este artículo fue publicado el 15/09/2014 en nuestra edición impresa. Ingrese a la edición digital para leerlo igual que en el papel.


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