Saturday, May 15, 2010

Convirtiendo la verdad en mentira

El Apostol Pablo en Atenas.

1REQUIERO yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar á los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino.

2Que prediques la palabra; que instes á tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende; exhorta con toda paciencia y doctrina.

3Porque vendrá tiempo cuando ni sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oir, se amotonarán maestros conforme á sus concupiscencias,

4Y apartarán de la verdad el oído y se volverán á las fábulas.

5Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio.


2 Timoteo 4:1-5.

1-5 (cap. 2: 14-18, 23-26; Rom. 1: 25; Col. 2: 8).
Convirtiendo la verdad en mentira.
Nadie debe distorsionar la verdad mediante suposiciones baladíes, dando una interpretación oscura y forzada a la Palabra. De esa manera corren el peligro de convertir la verdad de Dios en mentira. Hay quienes necesitan en su corazón el toque del Espíritu divino. Entonces se preocuparán por el mensaje para este tiempo. No irán en busca de pruebas humanas, detrás de algo nuevo y extraño. El día de reposo del cuarto mandamiento es la prueba para ese tiempo. . .
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Hay entre los jóvenes un ardiente deseo de ocuparse de algo nuevo, aunque sea de una calidad muy baja. El Señor no quiere que la mente se ocupe de naderías que no aprovechan, buscando lo que nunca encontrará. Desea que busquemos un alma pura y limpia, lavada y emblanquecida en la sangre del Cordero. El manto blanco de la justicia de Cristo es lo que permite que el pecador llegue a la presencia de los ángeles celestiales. No es el color de su cabello, sino su perfecta obediencia a todos los mandamientos de Dios lo que le abre los portales de la santa ciudad (Carta 207, 1899).
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