Monday, April 6, 2009

Tierra de seísmos



07.04.09 - L. A. GÁMEZ


Un terremoto de la magnitud del que ayer azotó Italia central ocurre cada tres días. No somos conscientes de esa frecuencia porque la mayoría se registra en zonas deshabitadas. Sólo cuando el suelo se mueve con violencia en regiones densamente pobladas percibimos la Tierra como un planeta vivo, en el que, según donde residamos, estamos más o menos expuestos a los seísmos. Italia tiembla muy a menudo. Como Japón y California. Y no es algo casual, porque los terremotos, como los volcanes, no se reparten al azar por el globo.


La corteza terrestre es un puzzle formado por piezas -las placas oceánicas y continentales- que flotan sobre roca fundida y no dejan de moverse. Hay zonas en las que las placas crecen gracias al afloramiento del magma a través de volcanes, como en el centro del Atlántico; en otros puntos, una se mete debajo de otra; también hay veces que dos placas chocan y forman cordilleras como el Himalaya; y hay lugares de encuentro en los que se acumula tensión hasta que se libera en forma de terremotos, como pasa en California con la famosa falla de San Andrés, donde se unen las placas Norteamericana y Pacífica. La mayoría de los terremotos se dan en los bordes de las piezas del rompecabezas terrestre.


Zona fronteriza
Italia -como el sur de España, Grecia y Turquía- está en una zona de riesgo sísmico debido a su proximidad a la frontera entre las placas Africana y Eurasiática. Se calcula que 20 millones de italianos -más de un tercio de la población- vive en regiones donde pueden darse fuertes temblores de tierra. Eso por no hablar de volcanes como el Vesubio -cuya erupción del año 79 mató a entre 10.000 y 25.000 habitantes de Pompeya y Herculano-, el Etna, el Stromboli...



Pero la península itálica no sólo se ve empujada por la placa Africana, sino que, además, por el Oeste, el Tirreno está creciendo, mientras que, por el Este, algunos creen que la corteza del Adrático se está sumergiendo bajo tierra firme. La 'bota' tiene, como consecuencia de todas esas tensiones dos grandes grietas: una la cruza de Este a Oeste, de Monte Sant'Angelo al norte de Nápoles; la otra discurre sobre los Apeninos centrales y meridionales, cerca de L'Aquila.

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