Saturday, March 31, 2012

Una semana cargada de noticias

Publicado el 03-31-2012


Por Marcos Antonio Ramos


Recién llegado de la República Dominicana, la visita de Benedicto XVI a Cuba estaba en el ambiente. Los comentarios por televisión y los artículos sobre el viaje papal eran el pan nuestro de cada día en Miami. Pero la situación no se limitaba a esta ciudad pues en lugares como Moca, Jamao al Norte, Veraguas y otras poblaciones de la muy montañosa región dominicana del Cibao, donde estuve varios días, se me preguntaba acerca del acontecimiento que se produciría.

La presencia de Benedicto XVI sirvió de aliento a los millones de cubanos que se mantienen relacionados con la Iglesia Católica en el país más secularizado de Iberoamérica. Aunque las palabras del Pontífice fueron comparables a las pronunciadas en visitas a otras regiones del mundo, su aplicación a Cuba puede ser considerada importante ya que hizo resaltar la necesidad de crear una sociedad más abierta en el país.

Y realmente el mundo se ha ido abriendo en aspectos fundamentales. Cuba no debe convertirse en una excepción permanente. Una de las noticias de la semana procedía de nuestra Madre España, en la cual el gobernante Partido Popular (PP) no obtuvo los resultados electorales deseados en algunos lugares, especialmente en la Región Autónoma de Andalucía, donde sumadas las fuerzas del PSOE (socialista) y de Izquierda Unida (comunista) superaron la votación de los conservadores.

Todo eso a pesar de la derrota de la izquierda en las elecciones nacionales. Los comicios autonómicos constituyeron un temprano revés para el nuevo Presidente del Gobierno Mariano Rajoy, que enfrenta un difícil ambiente económico heredado de la etapa anterior a su gestión inaugurada hace sólo semanas.

Menciono lo anterior porque cuando se habla de sociedades abiertas es necesario estar preparado para lo que viene con ese tipo de entorno. Lo mismo triunfa la derecha que la izquierda y un movimiento religioso puede crecer o disminuir en influencia de acuerdo con los vaivenes del acontecer humano. Y aunque esto último se aplica a todo tipo de naciones, la situación es más visible en lugares donde existe un alto grado de libertad.

En República Dominicana, mientras trataba de informarme sobre los últimos preparativos y noticias sobre la visita papal, prevalecía el ambiente electoral. En todas las poblaciones visitadas el tema de nuestro tiempo parecía ser la competencia entre el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el gobiernista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y sus aliados. En pocos países es tan intenso el clima partidarista como en República Dominicana.

En cuanto a la población se notan desde posiciones consideradas de izquierda moderada hasta la presencia de un sector más conservador. La izquierda radical no muestra mucha fuerza mientras que el sector más conservador, el del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) del fallecido Presidente Joaquín Balaguer, dista mucho de poseer la fuerza de que disponía en vida de su caudillo, pero es evidente que muchos dominicanos añoran aquellos años y veneran al líder caído.

Las preguntas sobre la visita papal se intensificaron en Moca, capital de la provincia Espaillat porque el lugar designado para mis conferencias era el Teatro Don Bosco, relacionado con el trabajo de la Orden Salesiana en esa ciudad, a escasa distancia de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, uno de los más amplios y hermosos templos católicos del Caribe.

Me correspondió por una parte presentar el libro “Un Alerta a la Humanidad” del autor dominicano, José Rafael Matías Comprés, cuyo prólogo escribí y también tomé parte en la presentación de algunos ensayos míos sobre Santo Domingo a cargo de mis viejos amigos el Senador José Rafael Vargas y el Cónsul en Miami Manuel Almánzar, pero entre la audiencia, mayormente católica y con sacerdotes presentes, muchos mostraron interés por el viaje de Benedicto XVI. Indudablemnte, el viaje papal puso nuevamente en las noticias internacionales el tema de Cuba y sus problemas.

En estos días se ha notado un renovado despertar del interés por Cuba, como sucedió después de la caída del socialismo real y la desaparición de la URSS. En los últimos años Cuba ha estado en las noticias con frecuencia, aunque en forma diferente a la importancia que se daba a la Isla en la década de los sesenta con la crisis de los misiles y otros acontecimientos dramáticos. Con los años se han puesto a un lado muchas preguntas que eran frecuentes en otros tiempos, pero han surgido otras. Una de las más frecuentes tiene que ver con ese resurgimiento del fenómeno religioso y la relación cada día más cercana entre el Estado y la Iglesia en territorio cubano, hasta el punto que a veces parece prevalecer en ella, al menos externamente, la cordialidad.

La visita papal y el resurgimiento religioso, que no se limita a los católicos, me hace pensar en cómo el mundo ha avanzado y cómo la religión ha logrado sobrevivir a la tecnología y el secularismo. La Iglesia Católica, en el II Concilio Vaticano y bajo la orientación de Juan XXIII, de grata memoria, aceptó el concepto de la libertad religiosa para todos, rechazado en siglos anteriores. Se abrieron entonces las puertas de la convivencia y la cooperación con los “hermanos separados” y se produjeron los pontificados de figuras cuya influencia trascendió al mundo católico y se extendió a otros sectores, como los de Juan XXIII y Juan Pablo II.

En el siglo IV de la Era Cristiana, después de siglos de confusión doctrinal y de agudos enfrentamientos teológicos, procedentes de los mismos días del inicio del cristianismo, se logró, bajo la protección del emperador Constantino, la convocatoria al Concilio de Nicea, a partir del cual se levantó, sobre la doctrina de la Santísima Trinidad, finalmente aceptada y del Credo Niceno, aceptado por las Iglesias cristianas históricas en Oriente y Occidente, el edificio doctrinal de la religión cristiana como la conocemos hoy en sus múltiples variedades y manifestaciones.

En medio de diferencias teológicas y de interpretación que han existido siempre, los cristianos han podido probar su condición de discípulos de Jesús de Nazaret, aun antes de Nicea, cuando han mostrado respeto a la enseñanza suprema de Cristo, resumida en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

Más allá de las noticias de una semana, que pudieran después desvanecerse entre tantos acontecimientos futuros, es fundamental que alguien le recuerde a la humanidad que hay una vida espiritual que para muchos es más importante que la material, una esperanza eterna por encima del acontecer diario y temporal. El futuro nadie lo conoce. Lo que sucederá en la Cuba del mañana sigue siendo una incógnita después del viaje papal. Cada día habrá una nueva noticia y cada cierto tiempo otro acontecimiento importante.

En Cuba viven entre 11 y 12 millones de cubanos. Otros millones residen en el extranjero. Cuba es un país de blancos, mulatos y negros. Dentro y fuera de ella viven, además de católicos, protestantes, personas con creencias sincréticas, agnósticos, ateos e individuos indiferentes a cualquier manifestación religiosa. Algunos de esos grupos son subestimados por algunos medios de prensa. Pero por la independencia de Cuba murieron igualmente católicos, masones, protestantes, creyentes sincréticos y personas sin religión.

La visita de Benedicto XVI ha sido realizada en beneficio no solo de su Iglesia sino de todos los cubanos. Los criterios acerca de conductas personales de prelados, palabras y declaraciones, o lo que se anticipa en cuanto a resultados, deben expresarse con un respeto esencial y gratitud por la persona del eminente teólogo alemán que a pesar de su edad y sus limitaciones físicas ha viajado a Cuba y proclamado una posible y futura sociedad abierta utilizando un lenguaje parecido al de nuestro José Martí que anheló una Cuba: “con todos y para el bien de todos”.



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