Saturday, May 11, 2013

Creacionismo o Evolucionismo Bíblico




Uno de los muchos obstáculos para quienes quieren ver evolucionismo en el informe bíblico de la creación, es la caída (entrada del pecado al mundo). Para el modelo evolucionista el sufrimiento y la muerte son parte del proceso de la “creación”. Por el contrario en la Biblia, el mundo y la humanidad eran perfectos cuando fueron creados. Por la transgresión entraron al mundo el sufrimiento y la muerte. ¿Cómo sería el carácter de Dios si El nos hubiera creado como enseña el evolucionismo, por medio de procesos violentos, egoístas y de dominación del más fuerte para crear un ser sin fallas que luego “cae” a un estado de violencia, egoísmo y dominación, del cual tiene que ser rescatado o afrontar el castigo final?

1 Corintios 15:26 “Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”. ¿Tiene lógica que la muerte sea el “enemigo” cuando es lo que Dios habría elegido para crear a los humanos que vemos hoy según el evolucionismo? Dios tendría que haber gastado muchos homo erectus para conseguir finalmente una criatura a su propia imagen (homo sapiens). ¿Habría Jesús venido a salvar a la humanidad de la muerte, el mismo proceso que Dios habría usado para crear a la humanidad? Aquí se hacen claras las incoherencias de los que quieren mezclar creacionismo y evolucionismo.

Algunos creen que la violencia, el sufrimiento y la muerte fueron parte de la manera en que Dios creó a la humanidad. Otros, que estos elementos son parte de la forma en que Satanás procura destruir a la humanidad. Piensa en las diferencias en cuanto al carácter de Dios que presentan estos dos conceptos. Aquí radica la principal diferencia entre el Creacionismo y el Evolucionismo
Adicionalmente y con error, algunos eruditos en el estudio bíblico objetan la idea de que Dios “impone” un propósito a la naturaleza. Alegan, que él solo permitió que el mundo natural se desarrollara por procesos naturales supuestamente inherentes (evolución teísta). Pero estas ideas no son compatibles con la Biblia o con nuestra comprensión de la creación. El universo no tiene en sí mismo voluntad propia inherente. La creación no es una entidad independiente de Dios, sino el escenario en el que Dios les expresa su amor a las criaturas que él hizo
Isaías 45:18 “Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro”. En una interpretación del libro de Génesis capítulos 1 y 2 hay dos puntos obvios: nada fue fortuito en el acto de la creación, y no hubo antepasados comunes en las especies. Pero aparece el evolucionismo darwinista, que en sus diversas versiones enseña dos cosas: el azar, y antepasados comunes para todas las especies. ¿Cómo puede uno interpretar el Génesis por medio de una teoría que en su nivel más básico, contradice el Génesis?
“Cierta vez, un científico desafió la necesidad de un Dios creador, alegando que podía crear la humanidad tan bien como podría hacerlo cualquier dios. Entonces, Dios le dijo: ‘Muy bien, hazlo’. Así que, el científico comenzó a juntar algo de polvo, pero Dios exclamó: ‘¡Espera un momento! ¡Fabrica tu propia tierra!’ ” Aunque este incidente es solo una fábula, el punto es claro: Dios es el dueño de todo, el creador de todo y el único que puede crear de la nada. Dios hizo todo el material del universo, incluyendo nuestro mundo, nuestras posesiones, y nuestros cuerpos. Él es el dueño legítimo de cada cosa.

Salmo 24:1-2 “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos”.

Génesis 2:7 muestra a Dios creando a Adán en forma individual, y representa a este último como un ser moral e inteligente y no como un animal. El texto no lo dice, pero podemos imaginar a Dios usando sus manos para moldear con polvo la forma y el tamaño que él quería darle. Uno podría pensar que el Soberano del universo no se agacharía ni se ensuciaría las manos para hacer al hombre, pero la Biblia revela al Creador como íntimamente vinculado con la creación. La Biblia registra muchas ocasiones en que Dios, voluntariamente, interactuó con su creación. Los ejemplos incluyen Éxodo 32:15 y 16; Lucas 4:40; y Juan 9:6. De hecho, la encarnación de Cristo mismo en la humanidad, que implicó interactuar día tras día con el mundo creado en forma similar a como lo hacemos nosotros, refuta la idea de que Dios no se inclinaría a “ensuciarse las manos” entre la humanidad.

Finalmente, la naturaleza de los días de la creación fue tema de mucha discusión. Algunos han cuestionado si los días fueron días comunes o si podrían representar períodos de tiempo mucho más largos (Génesis 1:5, 8 y 31). ¿Hay algo en los versículos de Génesis capítulo 1 que implique que estos no fueron días literales de 24 horas como los que vivimos hoy?Los días estuvieron compuestos de una tarde (período oscuro) y de una mañana (período iluminado), y están numerados en orden. Es decir, los días se expresaron de un modo que muestra muy claramente que fueron días como los experimentamos ahora, la noche y el día, un período de oscuridad y un período de luz. Es difícil ver cómo la declaración podría ser más clara o explícita al describir los días de una semana. Las expresiones repetidas “y fue la tarde y la mañana” enfatizan el aspecto literal de cada día.

Algunos apelan al Salmo 90:4 y 2 Pedro 3:8 para alegar que cada día de la creación representa mil años. Esta conclusión no está sugerida en el texto, y no resuelve el problema creado por los que creen que estos días representan miles de millones de años. Además, si los días del Génesis representan largas épocas, se esperaría encontrar una sucesión en el registro fósil que concuerde con los “días” de la creación. Por eso, los primeros fósiles deberían ser plantas, creadas el tercer “día”. Luego debería haber animales acuáticos y aves. Finalmente, deberíamos encontrar los animales terrestres. El registro fósil no sigue esta secuencia. Las criaturas acuáticas vienen antes de las plantas, y las terrestres antes que las del aire. Los primeros árboles frutales y otras plantas con flores aparecen después de todos estos grupos. Lo único que concuerda es que los seres humanos aparecen últimos.

“…la suposición de que los acontecimientos de la primera semana requirieron miles y miles de años, ataca directamente los fundamentos del cuarto mandamiento de la Ley de Dios (Exodo 20:8-11). Hace oscuro e indefinido lo que él ha hecho muy claro. Es incredulidad en la forma más insidiosa y, por lo tanto, más peligrosa; su verdadero carácter está disfrazado de tal manera que la sostienen y enseñan muchos que dicen creer en las Sagradas Escrituras”.

Nuestra relación con Dios es muy vital para nuestra confianza en él y en su Palabra. Si no podemos confiar en la Palabra de Dios sobre algo tan fundacional y afirmado tan explícitamente como la creación en seis días literales del Génesis, ¿cómo podemos confiar en ella?

Medita en el contraste obvio entre la historia de la creación y las diversas ideas evolucionistas que pintan el mal natural como parte del proceso creativo original de Dios. ¿Por qué es imposible que estos conceptos conflictivos y el relato bíblico acerca de nuestros orígenes armonicen, sin que el sencillo significado de la Biblia sea destruido?

Fuente.

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