Wednesday, March 18, 2009

El derribo de 88 casas palestinas reaviva la tensión en Jerusalén


NUEVO PROYECTO POLEMICO EN LA CIUDAD SANTA.

El derribo de 88 casas palestinas reaviva la tensión en Jerusalén

El Gobierno israelí quiere construir un parque arqueológico.

19/03/2009 RICARDO MIR DE FRANCIA

Al sur de las murallas de la ciudad vieja de Jerusalén se extiende el barrio palestino de Silwan, el más pobre de la capital. Las casas se arraciman por las laderas en desorden, ocupando hasta el último espacio libre. Entre la maraña de hormigón sobresalen algunos edificios con banderas israelíes y guardas armados en las azoteas. Pertenecen a las 25 familias de colonos judíos que reivindican el remoto pasado israelí de esta cuenca.
La disputa se ha radicalizado por los planes de la municipalidad de Jerusalén para demoler 88 casas palestinas construidas sin licencia, donde viven unas 1.500 personas. El Ayuntamiento quiere levantar en su lugar un parque arqueológico donde se han hallado restos de algunas estructuras del período bíblico. El proyecto lo gestionan dos organizaciones de colonos mesiánicos. Para los palestinos es un pretexto más para judaizar la parte árabe de la ciudad. "Esta tierra es mía, la heredé de mi padre y no tengo otro sitio adonde ir. Construí la casa sin licencia porque el Ayuntamiento no nos concede permisos. Te pasas años de trámites muy caros para nada", cuenta Fakhri Abu Diab, miembro de una de las 115 familias amenazadas por el plan.

Anualmente Israel concede menos de 200 licencias de edificación a los palestinos de Jerusalén Este (unas 220.000 personas) y solo considera un 12% de su territorio como urbanizable. Al mismo tiempo, impulsa la construcción de asentamientos judíos. Desde el relanzamiento del proceso de paz en Anápolis, a finales de 2007, se han aprobado 3.000 nuevas viviendas.

No a una atracción turística en las ruinas de las casas de 1.500 personas , reza un cartel de una carpa en Silwan. Pero los derribos han comenzado. La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, lo tildó de "improductivo", y un informe de la Unión Europea --publicado por The Guardian -- dice que las demoliciones son "ilegales bajo la ley internacional" y "alimentan el extremismo".

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