Tuesday, July 28, 2009

El Mundo Contra El Pueblo De Dios


El dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. (Apoc. 12: 17).


Se ha considerado a nuestro pueblo como demasiado insignificante para merecer atención. Sin embargo, se producirá un cambio. El mundo cristiano está adoptando una conducta que forzosamente hará que el pueblo que guarda los mandamientos sea noticia.
El mundo entero será incitado a la enemistad contra los adventistas porque ellos no rendirán pleitesía al papado, honrando el domingo, la institución de este poder anticristiano. Es el propósito de Satanás hacer que sean extirpados de la tierra, a fin de que nadie pueda impugnar su supremacía en el mundo.

Toda proposición relativa a la verdad presentada por nuestros hermanos tendrá que soportar la crítica de los más grandes intelectos; los más encumbrados de los grandes hombres del mundo serán puestos en relación con la verdad, y por lo tanto cada postulado nuestro debiera ser examinado y probado con espíritu crítico por medio de las Escrituras. Ahora parece que nadie nos notara, pero eso no será siempre así. Están sucediendo cosas que nos pondrán sobre el tapete, y si nuestras teorías acerca de la verdad pueden ser desmenuzadas por los historiadores o los más grandes hombres del mundo, eso se hará. Cada uno debe saber individualmente qué es la verdad y estar preparado para dar razón de la esperanza que tiene, con mansedumbre y reverencia, no con orgullo, jactancia o suficiencia propia, sino con el Espíritu de Cristo. Nos acercamos al tiempo cuando tendremos que responder individualmente, solos, por nuestras creencias.

Seremos atacados en todo sentido, probados hasta lo sumo. No deseamos sostener nuestra fe sólo porque nos fue legada por nuestros padres. Una fe tal no soportará la terrible prueba que nos aguarda. Queremos saber por qué . . . nos hemos apartado del mundo como un pueblo separado y peculiar. . . Las potestades de las tinieblas desplegarán sus baterías contra nosotros, y todos los indiferentes y descuidados, que han depositado sus afectos en sus tesoros terrenales y no se han preocupado por comprender la relación de Dios con su pueblo, serán su fácil presa. Ningún poder, fuera del conocimiento de la verdad tal como es en Jesús, nos dará resolución y firmeza. Pero si lo poseemos, uno podrá perseguir a mil, y dos pondrán en fuga a diez mil.
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Maranata, E, G. W., p.215
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