Monday, July 25, 2011

A. Breivik (Noruega): la ideología de un crimen

IDE25.07.11 | 23:27.


Se dice que el crimen es crimen, por encima de las ideologías, y de alguna forma es cierto. Pero es cierto también que algunas ideologías desembocan en el crimen, y entre ellas de un modo especial la de A. Breivik, autor del atentado sangriento de Oslo y de la masacre increíble de la isla de Utoya (11, 7 11), con más de ochenta muerte, gran parte de ellos niños, en Noruega.

El doble crimen de A. Breivik sigue conmocionando al mundo, y son muchas las preguntas y cuestiones que siguen abiertas, en un plano político y policial, psicológico y social. Pero hay una que en la que yo puedo ofrecer una pequeña reflexión: La Ideología de fondo de A. Breivik, tal como aparece en el video con su declaración de intenciones y en algunas de las páginas de su largo y tedioso manifiesto político de fondo (vídeo y manifiesto que pueden encontrarse fácilmente en diversos buscadores y trabajos de periódico) es una ideología de muerte.

Posiblemente, A. Breivik está loco y pase el resto de sus días en un tipo psiquiátrico penitenciario, pero es un loco muy cuerdo, que sabe lo que hace y lo que quiero. Miguel de Unamuno decía, en una página genial, que un loco es aquel que ha perdido todo, menos la razón, un tipo de razón unidimensional, exclusivista.

A. Breivik: Una ideología de muerte

A. Breivik tiene una razón de tipo antimarxista (contraria a la política de izquierdas) y contraria a la mezcla de razas y culturas. En ese sentido puede hallarse cerca de los nazis. Pero hay unas grandes diferencias:


judíos. Breivik (con su grupo) es, en cambio, pro-judío y anti-musulmán, de manera que diversos medios han logrado hallar semejanzas entre su discurso anti-musulmán y el discurso anti-palestino de algunos políticos judíos de Israel.

b. Los nazis buscaron el Tercer Reich de Alemania. El primero habría sido el Reich del Sacro Imperio Romano Germánico. El Segundo el que empezó el año 1870 (el Estado Prusiano). El tercero sería el de Hitler, para dominar el mundo entero. Breivik, en cambio, es partidario de una nueva Europa, limpia de raza, sin musulmanes e inmigrantes extranjeros.

c. Hitler no quiso llamarse cristiano, aunque asumió diversos elementos cristianos… Pero su cruz gamada (esvástica) no quiso ser cristiana sino “aria”, una expresión del triunfo de la Raza. Breivik, en cambio, apela a la Cruz Cristiana y, de un modo especial, a la Cruzada. Por eso su gran manifiesto comienza con el Sello de los Templarios, la Cruz de Jerusalén (¡Jerusalén cristiana!) y el manifiesto de la nueva fundación de los templarios, con el De Laude Novae Militiae que escribió San Bernardo, predicando la Segunda Cruzada del siglo XII, como introducción (y regla) de los Caballeros del Templo




d. En esa línea, Breivik ha querido proclamar una nueva cruzada… y así lo muestras las imágenes de su manifiesto: Caballeros de la Cruz, dispuestos a defender Europa de los musulmanes. Pues bien, para iniciar ese Cruzada no ha querido ir a las tierras de los musulmanes para luchar contra ellos… sino que ha querido empezar oponiéndose al gobierno socialista de Noruega (partidario de una política de alianzas…), hiriéndole allí donde más duele (en la Sede del Gobierno y en la Isla de los niños: nuevos militantes socialistas).

e. A. Breivik no está loco o, al menos, no ha perdido la razón… pero sólo tiene una razón: La suya y la de aquellos que son como él. No quiere aceptar otras razones, no dialoga… y por eso, al final, sólo le queda la bomba y la ametralladora. Ha perdido todo menos un tipo de razón… como decía Unamuno.

f. Quiere ser partidario de la pureza de Europa, pero en su línea Europa se destruiría… Pues la grandeza de Europa está (y ha estado) en ser crisol de culturas, alianza de civilizaciones, pacto de pueblos y naciones.

g. A. Breivik apela a la Cruz, pero su cruz no es la Cristo…, sino la cruz de la intransigencia y de la espada. Su cruz es la perversión de la Cruz cristiana. Le queda el nombre de cristiano, pero vaciado de todo su contenido.

h. A. Breivik puede apelar de alguna forma a los cruzados y al gran Manifiesto de San Bernardo (del que hablaré mañana)… pero pervierte el sentido más hondo de las viejas cruzadas… y, sobre todo, desconoce la historia posterior… la tristeza de Bernardo (y de su discípulo el Papa Eugenio) ante el fracaso de la Segunda Cruzada, y el descubrimiento del evangelio del Francisco de Asís (a pesar de la Guerra de los Treinta Años).


i. He oído y leído dos veces, hoy 25 del VII del 2011, que lo mejor que se puede hacer con la ideología de A. Breivik es simplemente ignorarla. ¡Me opongo! La inmensa mayoría de aquellos que piensan de algún modo en la línea de E. Breivik no llegan, ni llegarán jamás, a la bomba y a la metralleta. Pero las ideas son mortales… y allí donde se empieza con manifiestos parecidos al suyo parece escucharse ya el ruido de los sables. Por eso, es necesario oponerse de raíz a ese tipo de pensamiento, sea en la línea de Breivik, sea en la línea de otros que parecen opuestos pero que terminan siendo semejantes (pues los extremos se juntan).

j. Las imágenes con el manifiesto cruzado… y los caballeros cruzados de Breivik pueden encontrarse fácilmente. Quien quiera ojear o estudiar el material acude a sus buscadores habituales.


Fuente
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