Extremas medidas de seguridad por visita papal
MATTHEW HAY BROWN / The Baltimore Sun
WASHINGTON
Desde el momento en que el avión del Papa toque tierra el martes en la Base Aérea Andrews, Benedicto XVI recibirá toda la protección debida a un hombre que no sólo es un jefe de estado, el Vaticano, sino líder de la iglesia más grande del mundo.
El espacio aéreo estará restringido, los canales y ríos bloqueados al tráfico y las calles cerradas por la visita del Sumo Pontífice, que realiza la primera visita papal a Estados Unidos desde los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y su primer viaje al extranjero desde que el líder de Al Qaida, Osama bin Laden, lo acusó de dirigir "una nueva cruzada'' contra los musulmanes.
Las autoridades están renuentes a discutir los planes de seguridad, pero se sabe que incluyen múltiples líneas de protección: desde la Guardia Suiza, que acompaña al Papa en todo momento, el Servicio Secreto, responsable de proteger a los dignatarios extranjeros en Estados Unidos, hasta los servicios policiales de Washington y Nueva York, con muchos años de experiencia en control de multitudes durante visitas de alto nivel.
"Hablando en términos generales, puedo decir que trabajamos de cerca con el Vaticano y las Arquidiócesis de Washington y Nueva York, y todos nuestros funcionarios estatales y federales'', dijo Ed Donovan, portavoz del Servicio Secreto.
Cuando el papa Juan Pablo II visitó Washington en 1979 se paró por el quemacocos de su vehículo para saludar a las multitudes en ruta a una misa al aire libre en el National Mall. Cuando Benedicto viaje esta semana a Washington y Nueva York, será en el papamóvil cerrado, a prueba de balas. Los feligreses que asistan a las misas en el Parque Nacional y el Yankee Stadium deberán mostrar boletos con códigos de barras antes que les permitan pasar por los detectores de metal.
La preocupación por la seguridad del Papa --ya alta después del intento de asesinato de Juan Pablo II en 1981-- ha aumentado desde la reacción de los musulmanes a un discurso de Benedicto en el 2006. Los comentarios, interpretados por algunos como una crítica al Islam, provocaron manifestaciones en varios países: una monja italiana en Somalia fue asesinada a tiros, dinamitaron varias iglesias en Cisjordania e incendiaron una efigie del Papa.
Bin Laden parecía ansioso por estimular esa ira en un mensaje grabado emitido el mes pasado. El líder de Al Qaida dijo que el Papa había jugado "un papel importante '' en una ''nueva cruzada'' contra los musulmanes y amenazó con tomar represalias próximamente.
La víspera de la visita del Pontífice, el segundo funcionario de mayor rango del Vaticano lo describió de "muy tranquilo y sereno''. El cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, señaló que Benedicto visitó Turquía, una nación predominantemente musulmana, apenas dos meses después de pronunciar el discurso relacionando esa religión con violentos motines en el mundo islámico.
"Tenemos fe en los medios de protección que el gobierno implementará'', dijo Bertone a The Associated Press. "El Papa se deja cuidar por Dios y sus ángeles guardianes, que no faltarán en este viaje a Estados Unidos''.
Robert Royal, académico y comentarista católico que escribió El ejército del Papa: 500 años de la Guardia Suiza, ha contado unos 150 complots contra los papas en los últimos 25 años.
"Hay gente que por varias razones no les gusta y quisieran secuestrarlo y hacerle daño'', dijo. "Fuera del presidente de Estados Unidos, es probablemente el objetivo mayor que se pueda atacar por algún resentimiento''.
El atentado en 1981 a Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en Ciudad del Vaticano --le dieron tres balazos a quemarropa-- condujo a un cambio en el sistema de protección papal. No se volvieron a usar los carritos de golf o los autos descapotados en que el Pontífice solía viajar. Se construyó el papamóvil, especialmente diseñado por la Mercedes-Benz, para sus visitas al extranjero, que fue enviado por avión para su visita a Estados Unidos.
Los guardias suizos, los guardaespaldas personales del Papa, portan armas ocultas y están entrenados en artes marciales. Algunos están entre la multitud; otros podrían vigilar desde puntos clave.
Por su parte, el Servicio Secreto ha inspeccionado los lugares donde Benedicto hablará. Por ejemplo, en la Universidad Católica de América, donde se dirigirá a los pedagogos el jueves, los agentes ordenaron a la universidad a repavimentar las calles a fin de mejorar la entrada y salida, y bloquear las ventanas que dan a espacios donde se presentará.
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