TRAICIONADOS POR FAMILIARES Y AMIGOS
Los enemigos del hombre serán los de su casa. (Mat. 10: 36).
Cuando se invalide la ley de Dios y la iglesia sea zarandeada por las terribles pruebas que conmoverán a todos los habitantes de la tierra, una gran proporción de los que se considera sinceros prestarán atención a espíritus seductores, se tornarán desleales y traicionarán cometidos sagrados. Llegarán a ser nuestros más encarnizados perseguidores. "De vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos" (Hech. 20: 30).*
Los que apostaten en tiempo de prueba, presentarán falsos testimonios contra sus hermanos y los traicionarán para obtener su propia seguridad. Denunciarán a sus hermanos sindicando los lugares donde se hayan ocultado, y guiando a los lobos hacia su rastro. Cristo nos ha advertido de este hecho a fin de que no nos sorprendan los métodos crueles e inhumanos que adoptarán familiares y amigos.*
Descubriremos que tendremos que desprendernos de todas las manos excepto de la de Jesucristo. Los amigos demostrarán su perfidia y nos traicionarán. Nuestros familiares, engañados por el enemigo y convencidos de que están sirviendo a Dios, nos harán frente pondrán su máximo empeño para ponemos en situaciones difíciles con la esperanza de que reneguemos de nuestra fe. Pero podremos poner confiadamente nuestra mano en la de Cristo en medio de las tinieblas y el peligro.*
Los seguidores de Cristo deben saber que han de tropezar con el desprecio. Serán vilipendiados. Sus palabras y su fe serán tergiversadas. Es posible que la frialdad y el desdén sean más difíciles de soportar que el martirio. . . Los padres se opondrán severamente a los hijos que acepten la verdad impopular.
Los que sirvan escrupulosamente a Dios serán acusados de rebelión.
Los bienes legados a hijos o familiares que crean en la verdad presente serán entregados a otras manos. Los tutores privarán a los huérfanos y a las viudas de sus legítimas asignaciones. Los que se aparten del mal se constituirán en víctimas de la leyes decretadas para dominar las conciencias. Los hombres se apoderarán de bienes sobre los cuales no tienen derecho. En un futuro cercano se cumplirán las palabras del apóstol: "Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución".
Maranata, E.G. W., p. 195.