Tuesday, June 10, 2008

EL SURGIMIENTO DE LA IMAGEN DE LA BESTIA



EL SURGIMIENTO DE LA IMAGEN DE LA BESTIA


Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. (Apoc. 13: 12).


Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines. . .


La "imagen de la bestia" representa la forma de protestantismo apóstata que se desarrollará cuando las iglesias protestantes busquen la ayuda del poder civil para la imposición de sus dogmas. . .


Cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y el mundo sea ilustrado respecto a la obligación del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios; rendirá homenaje a Roma y al poder que impone la institución establecida por Roma; adorará la bestia y su imagen. Cuando los hombres rechacen entonces la institución que Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su lugar lo que Roma escogió como signo de su supremacía, aceptarán de hecho el signo de la sumisión a Roma, "la marca de la bestia". Y sólo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a escoger entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la transgresión recibirán "la marca de la bestia". . .


Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos grandes categorías: Los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y los que adoran a la bestia y su imagen, y reciben su marca. Si bien la iglesia y el estado se unirán para obligar a "todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como esclavos", a que tengan "la marca de la bestia" (Apoc. 13: 16, VM), el pueblo de Dios no la tendrá. El profeta de Patmos vio que "los que habían salido victoriosos de la prueba de la bestia , y de su imagen, y del número de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio, teniendo arpas de Dios", y cantaban el cántico de Moisés y del Cordero (Apoc. 15: 2, 3, VM).


Maranata, E. G. W., p.168.