Thursday, June 6, 2013

El panteón de la patria, descanso de héroes


Silencio


17/11/2012 12:00 AM - Natalí Faxas

En este cementerio reposan más de 40 personas que se sacrificaron por la nación


El Panteón Nacional fue antes la iglesia de los Jesuitas. Está ubicado en la calle Las Damas, de la Zona Colonial. (Kelvin Mota)


Recinto Sagrado”. Este es el mandato de bienvenida para quienes visitan el Panteón de la Patria, ubicado en la calle Las Damas de la Zona Colonial. Su fachada, de aspecto sobrio y majestuoso, logra trasladar a cualquiera hacia la época de la colonización de la isla. Pero una vez dentro, y ubicados frente a una de las tumbas que se encuentran allí, los visitantes sentirán que han llegado verdaderamente al lugar en el cual yacen los restos de personas ilustres de la historia dominicana, ya sean grandes educadores o forjadores de la libertad y la soberanía nacional.

Este templo, considerado el más austero de todos los edificados en la Ciudad Colonial, fue, antes de que el Poder Ejecutivo en el año 1956 lo declarara como panteón, la iglesia de los Jesuitas. En la actualidad, cientos de personas visitan cada día este cementerio, que está abierto desde las 8:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde. Allí, en la puerta central, un guardia de honor con la Bandera Nacional no se mueve más que para hacer la marcha fúnebre, apenas pestaña, pero aguarda como estatua y cuida de quienes duermen el sueño eterno.

Aunque hay ciertos cuestionamientos de una que otra persona sepultada en este panteón, por aspectos relacionados con hechos de su vida, la realidad es que en su mayoría se trata de gente que de una u otra forma aportó a los valores del pueblo dominicano, en diversos aspectos.

Con la intención que tenía el dictador Rafael Leónidas Trujillo de ser sepultado en un lugar sagrado, junto a hombres ilustres de la patria dominicana, dicen que promulgó en el año 1956 la Ley 4463, que convirtió al templo San Ignacio de Loyola, conocido también como la Iglesia de los Jesuitas, en el Panteón de la Patria.
El tirano no logró su propósito de ser enterrado allí. De hecho, sus restos “descansan”, sin gloria, en un cementerio de Madrid, España. Lo que sí se hizo posible con esta iniciativa fue reunir bajo un mismo templo a próceres ilustres, que fueron trasladados desde la Capilla de los Inmortales de la Catedral de Santo Domingo, hacia este templo.

El Panteón de la Patria guarda al menos 43 restos de hombres y mujeres que dejaron huellas, sobre todo en la Primera (1844-1861) y Segunda República (1865-1916). “Los últimos restos que se trasladaron aquí fueron los de Francisco Gregorio Billini, en los años 90”, señala José del Monte, director del Panteón, de quien explica que ha sido el único presidente que por presión de los corruptos renunció a tal cargo. Es el Poder Ejecutivo, mediante decreto, que decide quién descansará eternamente en el Panteón, según explica Del Monte.

La iglesia

Con la expulsión de los padres Jesuitas de la isla por parte de la corona española, la iglesia quedó deshabitada y pasó a tener funciones no necesariamente sagradas: fue almacén y depósito de tabaco; teatro, después de la independencia nacional y antes de convertirse en Panteón de la Patria, también alojaba oficinas del Gobierno central.

El monumento está compuesto por ocho capillas abovedadas, cuatro distribuidas en cada lado, una nave central y el altar mayor. Su fachada, casi intacta, fue construida en piedras coralinas, y donde originalmente estuvo el símbolo de la Compañía de Jesús, que fue sustituido luego por el emblema de España, finalmente se talló el Escudo Nacional.

Luego de constituirse en Panteón, la antigua iglesia sufrió algunas modificaciones, sobre todo en su interior, para convertirla en cementerio de mártires.

De la enorme lámpara de techo y de las rejas que resguardan el coro enclaustrado, se dice que fueron regalos del tirano español Francisco Franco a Trujillo Molina. En las rejas, si se visualizan las púas como eje central, se observarán las esvásticas que caracterizaron el régimen Nazi. Estas dos alteraciones, junto a un mural que fue pintado por Rafael Pellicer en 1958, son las atracciones que llaman más la atención.

¿Quiénes están allí?

Educadores, poetas, militares y escritores descansan aquí. La primera tumba, desde que inicia el recorrido es la del intelectual Eugenio María de Hostos.
Asimismo ,descansan Salomé Ureña, Francisco Henríquez y Carvajal, Gaspar Polanco, José Núñez de Cáceres, José Reyes, Juan Sánchez Ramírez, Emilio Prud’ Homme, Juan Isidro Pérez, María Trinidad Sánchez, Concepción Bona, Américo Lugo, José Joaquín Pérez, Juan Bautista Cambiaso, y otros más.

Gran parte de estos restos están distribuidos en nichos a cada lado del altar mayor, que con un inmenso ventanal, en la parte central, deslumbra toda la iglesia con la luz del sol. La entrada al Panteón de la Patria es gratuita.

Balaguer ordenó llevar a Santana

Aunque al general Pedro Santana se le reconozca el mérito de ser el primer presidente constitucional, también se le recuerda porque, en el 1861, fue quien dispuso la anexión a España. Este hombre, descansa en el Panteón Naciona junto a otros héroes luchadores de la libertad. Irónicamente, allí también se encuentran los restos de Gregorio Luperón y Santiago Rodríguez, héroes de la Guerra de la Restauración y los fusilados durante esa rebelión Pedro Ignacio Espaillat, Carlos de Lora, José Vidal Pichardo, José Antonio Salcedo y Eugenio Perdomo. También está sepultada la independentista María Trinidad Sánchez, fusilada por mandato de Santana. En el año 2009 fue sometido en el Congreso Nacional una iniciativa para que los restos de Santana fueran sacados del Panteón, pero la solicitud no prosperó.

Fuente: http://www.elcaribe.com.do/2012/11/17/panteon-patria-descanso-herores

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