El Papa, en Sicilia, contra la mafia
Benedicto XVI viajó ayer por primera vez como Pontífice a Sicilia, donde invitó a todos los sacerdotes sicilianos a que sigan el ejemplo del cura Pino Giuseppe Puglisi, que fue asesinado por la mafia en 1993 porque se esforzaba en alejar a los jóvenes del crimen organizado en el barrio Brancaccio de Palermo.
El Papa, rodeado de medidas de seguridad en Palermo, pidió «vivir con coraje los valores evangélicos para que resplandezca la luz del bien»
3 Octubre 10 - Ciudad del Vaticano - M. Arribas
Durante un encuentro con aproximadamente 3.000 miembros del clero siciliano en la catedral de Palermo, el Papa exhortó a «conservar viva la memoria» del padre Puglisi y «su fecundo testimonio sacerdotal, imitando su heroico ejemplo». Benedicto XVI recordó la «crueldad» del asesinato de Puglisi, del cual se está estudiando la posibilidad de abrir un proceso de beatificación. El Papa alabó especialmente que «su ministerio dio gran espacio a la educación de los jovenes, y trabajó para que cada familia cristiana viviese la vocación de primera educadora de la fe de los hijos».
Durante la homilía recordó a todos los que sufren «a causa de la falta de trabajo, de la incerteza por el futuro, del sufrimiento físico y moral y de la criminalidad organizada» y pidió a todos «no tener miedo de testimoniar con claridad los valores humanos y cristianos que están profundamente enraizados en la fe y en la historia de este territorio y sus habitantes».
No ceder al chantaje
Por otra parte, el Pontífice pidió a los jóvenes sicilianos que no cedan a los chantajes de la mafia, que definió como «un camino de muerte incompatible con el Evangelio». A los 20.000 jóvenes congregados en la Plaza Politerama de Palermo los invitó a que «sean árboles que radican de sus raíces en el río del bien».
En el Ángelus, el Papa recordó la figura de Ana María Adorni, beatificada ayer en Parma, al norte de Italia, «que, en el siglo XIX, fue esposa y madre ejemplar, y después, siendo viuda, se dedicó a la caridad con las mujeres encarceladas y en dificultades, para cuyo servicio fundó dos institutos religiosos». Aunque su esposo y sus seis hijos murieron pronto (cinco de ellos siendo niños) ella siempre se declaró feliz. Al ser modelo de «joven cristiana, esposa, madre y fundadora», es original por reunir en una sola persona a los diversos estados de vida.
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