Sunday, October 18, 2009

Por cuanto llamé, y no quisisteis


20La sabiduría clama de fuera, Da su voz en las plazas:

21Clama en los principales lugares de concurso; En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:

22¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia?

23Volveos á mi reprensión: He aquí yo os derramaré mi espíritu, Y os haré saber mis palabras.

24Por cuanto llamé, y no quisisteis: Extendí mi mano, y no hubo quien escuchase;

25Antes desechasteis todo consejo mío, Y mi reprensión no quisisteis:

26También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;

27Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.

28Entonces me llamarán, y no responderé; Buscarme han de mañana, y no me hallarán:

29Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová,

30Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía:

31Comerán pues del fruto de su camino, Y se hartarán de sus consejos.

32Porque el reposo de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará á perder.

33Mas el que me oyere, habitará confiadamente, Y vivirá reposado, sin temor de mal.


Proverbios 1:20-33.


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