Friday, March 12, 2010

Los aplausos frente a la Biblia



Por: Joel E. Lisboa Morales


El aplaudir dentro del templo se ha convertido en una práctica común tanto en las denominaciones evangélicas como en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. La pregunta será, ¿apoya la Biblia esta práctica? El simple hecho de aplaudir no es un pecado, pero el lugar y a la persona a quién aplaudimos cambia el panorama completo. Al Dios sublime que adoramos, es un Dios Santo, “tardo para la ira y grande en misericordia”1. La respuesta de aprobación para un acto mundano es un aplauso, la respuesta de aprobación de una feligresía para un acto religioso y sacro, es un fuerte Amén. En este artículo analizaremos las palabras hebreas utilizadas para denotar un “aplauso” y veremos su contexto para ver si apoyan la postura popular

Aplaudir:

Solo tenemos ejemplos en el Viejo Testamento.
Nunca relacionado con marcar el ritmo de la música, como se realiza hoy día.
Nunca se realizó en cultos al Señor, ni en el Tabernáculo ni en el Templo.
Antiguo Testamento

CÂPHAQ

El diccionario de hebreo Bíblico de Moisés Chávez2 lo define:

1) Dar palmadas de ira (Núm. 24:10).

2) Aplaudir en tono burlesco (Lam. 2:15).

3) Golpear el muslo en señal de disgusto (Jer. 31:19; Eze. 21:17/12).

4) Castigar (Job. 34:26). — Perf. סָֽפְקוּ; Suf. סְפָקָם; Impf. יִסְפּוֹק; Impv. סְפֹק.

Ejemplos:


“Batirán sus manos [en desagrado] sobre él, y desde su lugar le silbarán.” Job 27:23

“Por qué a su pecado añadió iniquidad: bate las manos [en desagrado] entre nosotros, y contra Dios multiplicará sus palabras” Job 34:37

“Todos los que pasaban por el camino, batieron las palmas [en desagrado] sobre ti, silbaron y movieron sus cabezas sobre la hija de Jerusalén, diciendo” Lamentaciones 2:15



TÂQA

1) Clavar dardos en el cuerpo (2 Sam. 18:14).

2) Clavar las estacas de una tienda:

taqá et oholó es traducido por la RVA:

"había instalado su tienda" (Gen. 31:25).

3) Golpear las palmas, aplaudir (Sal. 47:1).

4) Estrechar la mano en señal de acuerdo mutuo (Pro. 6:1).

5) Tocar la corneta o shofar (1 Rey. 1:31)

Significa aplaudir con movimiento de las manos como una salva (de cañón), moviendo las manos rápida y fuertemente. No hay ninguna semejanza con marcar sensualmente el ritmo de músicas bailables.


Ejemplos:

“Pueblos todos, batid las manos; [mover las manos en aplausos], aclamad a Dios con voz de júbilo” (Salmos 47:1).

El verso 3 muestra la razón y la ocasión de esos aplausos – al derrotar a las naciones: “El someterá a los pueblos debajo de nosotros, a las naciones bajo nuestros pies”3

“…todos los que oyeron tu fama, {esto es, tu destrucción, impía ciudad de Nínive}, batirán las manos {aplaudiendo tu destrucción} sobre ti”. Nahúm 3:19



MÂCHÂ
Aplaudir, golpear las manos (Isa. 55:12; Sal. 98:8; Eze. 25:6).

Significa fregar las manos o moverlas en pura alegría, como lo hace un niño al ganar un buen regalo. Nuevamente no hay ninguna semejanza con marcar sensualmente el ritmo de música bailable.


“Los ríos batan las palmas; los montes todos hagan regocijo.” (Salmos 98:8)

Obviamente “…los ríos batan las palmas…” no son seres humanos, sino un lenguaje figurado atribuidos a los ríos. Este versículo no apoya en ninguna manera el aplauso dentro de la iglesia.

“… los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de alegría,” (Isaías 55:12).

Esta palabra hebrea se utiliza de manera figurada por la naturaleza (por ejemplo: los ríos y árboles) o por “naciones” batiendo sus manos en señal de alegría.


NÂKÂH

1) Golpear (Exo. 17:6; 1Rey. 20:35; Amós 3:7).

2) Derrotar en la batalla (Gen. 14:5).

3) Herir, afectar (2 Sa_10:18; Gen. 19:11).

4) Matar (Gen. 4:15; Eze. 9:7).

5) Atacar, afectar (Jon. 4:7; Sal. 121:6). — a) lo nakénu náfesh = no lo golpeamos en su vida, es decir, no le quitamos la vida (Gen. 37:21). b) va-yakém makáh guedoláh = y les ocasionó una gran derrota (Juec. 11:33; 2 Cro. 13:17).

Significa golpear las manos (o golpear con las manos). Puede ser un aplauso o un golpe, etc.…

“Sacando luego Joiada al hijo del rey, púsole la corona y el testimonio, é hiciéronle rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron ¡Viva el rey!” (2 Reyes 11: 12).

La coronación de los reyes para ocupar el trono, era celebrada batiendo las manos. No hay indicios algunos sobre aplaudir en el templo o con música.



Nuevo Testamento4


Los detalles son mínimos en cuanto a la adoración se refiere. Veamos los siguientes ejemplos:

Efesios 5:19
“hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;” (el énfasis no está en el original)



En la serie de consejos dados por el apóstol Pablo, se encuentra este versículo. Su consejo es claro, con “himnos y cánticos espirituales”. No hay ninguna alusión al aplauso o al desorden como ocurre en muchas iglesias nominales.


Colosenses 3: 16
“La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros. Enseñaos y exhortaos unos a otros con toda sabiduría. Cantad con gracia en vuestros corazones al Señor, con salmos, himnos y cánticos espirituales” (el énfasis no está en el original).


De nuevo el énfasis de Pablo es el mismo, con “salmos, himnos y cánticos espirituales”. En ninguna parte insinúa el aplauso.

No hay evidencia histórica, ni en el Nuevo Testamento, ni en los escritos de los primeros cristianos de la iglesia primitiva cristiana5 alguna insinuación al aplauso como método de adoración, aprobación de la feligresía a un acto religioso ni como acompañante de la música.


Observe:

Ninguno de los pasajes mencionados fuerza la menor y más remota connotación entre “aplausos” y música, ni menos la música secular y profana.
Los aplausos, se registran divorciados de la música utilizada para la adoración, solo son mencionados en el Viejo Testamento. El Nuevo Testamento no hace ninguna referencia de mover las palmas de las manos en aplausos al adorar.
Por tanto, no hay en la Biblia ninguna orden, sugestión, ejemplo o ni si quiera mención de aplausos rítmicamente.
En cuanto a los cultos de adoración al Señor en el Tabernáculo, Templo, sinagoga e iglesia, existe el “argumento del silencio”, es decir existe la más absoluta ausencia de referencia de aplausos en esos cultos. Esto tiene un gran peso contra el uso de aplausos como responso.
Si estos hubiesen sido usados sería uno de los elementos más importantes y los apóstoles lo hubieran mencionado, y si la Biblia es tan rica en detalles sobre instrumentos y otros tantos detalles relativamente mucho menores sobre la música de culto a Dios, no habría dejado a los deseos de cada cual, uno de sus aspectos más importantes.



Conclusión:

La Biblia guarda silencio a favor de los aplausos a la hora de adorar a Dios. No es mencionada en ningún lugar al movimiento rítmico de las manos junto con la música. Debemos evitar mezclar prácticas divergentes de la sociedad y la cultura en nuestra amada iglesia. La mejor manera para demostrar nuestra aceptación, júbilo y alegría es con un fuerte AMEN.



Referencias:


1. Números 14: 18

2. Conocido por sus siglas DHB (Diccionario de Hebreo Bíblico) de Moisés Chávez. Todas definiciones de las palabras hebreas serán de este diccionario.
3. Salmos 47:3
4. En el Nuevo Testamento no se ofrece con lujo de detalles los cultos de adoración, liturgia o instrumentos musicales como lo hace el Antiguo Testamento.
5. Entiéndase los así llamados “padres de la iglesia” como Ireneo, Policarpo, Eusebio entre otros.
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4 comments:

Unknown said...

Quien dice q nosotros los adventistas aplaudímos?

Arsenio A. Lembert Jr. said...

En los Estados Unidos ya aplauden, tocan tambores, y bailan (Hillsong);
Sin mentar el (la) pantomima, el drama, etc...

¿Talvez en su pais, no?

Pero aqui si.

Unknown said...

Muy bueno pero si el pastor dice... Un aplauso para Dios y todos aplauden esta bien?

Arsenio A. Lembert Jr. said...

Solo recientemente se ha 'puesto de moda" aplaudir en el Templo.
Tradicionalmente, se tenia mucha reverencia en la Casa de Dios, sin embargo ahora apluaden, bailan, brincar y saltan.
En mi opinion nada de esto es correcto, Dios no esta donde hay confusion. Los aplausos para las funciones seculares, o sociales, pero, no en la Casa de Dios.