Monday, November 23, 2009

Buenas y malas noticias sobre el cambio climático


"¿Estamos dispuestos a ser la iglesia de la contracultura, tal como es nuestra vocación?", preguntó la pastora Elenie Poulos en el sermón de apertura de la semana.

Por Mark Beach (*)

La semana de incidencia pública en las Naciones Unidas organizada por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) trajo una noticia buena y otra mala sobre el cambio climático.

Primero, la noticia mala.

Un funcionario de las Naciones Unidas, dirigiéndose a unos 80 participantes en la semana anual de incidencia pública del CMI, dijo que parecía que los gobiernos mundiales no iban a firmar ningún acuerdo vinculante sobre el cambio climático en las reuniones sobre este tema que se celebrarán en diciembre en Copenhague, Dinamarca.

Esto significa que el "trastorno climático" continuará sin reducirse "a menos que los gobiernos encuentren la valentía necesaria para afrontarlo", dijo al grupo Olav Kjorven, subsecretario general y director de la División de Políticas de Desarrollo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en el discurso de apertura de la reunión.

La semana de incidencia del CMI en la ONU se celebró en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, del 15 al 20 de noviembre, y se reunieron en ella activistas eclesiales de todo el mundo para estudiar diversos temas, entre ellos, la situación de las personas desplazadas por el cambio climático, las preocupaciones de los pueblos indígenas de todo el mundo y la continuación de la violencia en Colombia. La semana representó también una ocasión para que los activistas entablaran contactos y realizaran visitas oficiales a varias misiones diplomáticas ante la ONU.

El grupo se reúne en el Centro Intereclesial para las Naciones Unidas situado frente al edificio donde se reúne la Asamblea General, es decir, literalmente a la sombra del complejo administrativo y de oficinas de las Naciones Unidas.

Entonces, ¿cuál es la buena noticia?

Existe todavía la posibilidad de que se decida algo importante en Copenhague y, por lo tanto, la iglesia tiene que presionar para que se llegue a un acuerdo.

"¿Estamos dispuestos a ser la iglesia de la contracultura, tal como es nuestra vocación?", preguntó la pastora Elenie Poulos en el sermón de apertura de la semana. "Tal vez ahora más que nunca, el mundo necesita el tipo de liderazgo que la iglesia puede ofrecer."

"Es éste el liderazgo que el mundo necesita: un liderazgo de fe y justicia que sea la demostración viviente de que es posible una vida diferente", afirmó Poulos, quien es ministra de la Iglesia Unida en Australia y miembro de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales del CMI.

Kjorven se hizo eco de las palabras de Poulos, diciendo que los grupos religiosos de todo el mundo tienen que llegar a comprender el impacto real que pueden ejercer para inducir a los gobiernos a afrontar inmediatamente el cambio climático y otras cuestiones de justicia.

"Hay otro hecho sencillo", dijo Kjorven en su exposición, "ustedes tienen también un enorme peso económico que no se reconoce debidamente ni siquiera entre ustedes mismos." "Ustedes tienen un acceso continuo a más gente que ninguna otra institución del mundo actual", añadió.

Kjorven señaló el hecho de que los grupos religiosos, entre los que figuran las iglesias cristianas, son propietarios del ocho por ciento aproximadamente de la tierra del mundo, y gran parte de ella está cubierta de bosques. "En los mercados financieros, las instituciones religiosas son el tercer actor más importante a través de sus fondos de pensiones."

Señaló que si los grupos religiosos decidieran que las altas emisiones de carbono "son pecado, hablando en términos de ustedes", y empezaran a cambiar sus propios estilos de vida con altas emisiones de carbono por otros con bajas emisiones, "los mercados financieros sufrirían una fuerte conmoción".

"Simplemente hazlo"

El hecho de que los grupos religiosos y, en particular, las iglesias tengan un enorme potencial para influir en el cambio climático y, en general, para presionar a los líderes y desmantelar la injusticia mundial no pasó desapercibido en uno de los discursos principales pronunciado el lunes por Lois M. Dauway, miembro del Comité Central del CMI y secretaria general adjunta interina de la Junta General de Ministerios Globales de la Iglesia Metodista Unida de los Estados Unidos.

Pero Dauway se preguntó si la iglesia está preparada para la tarea.

Tras afirmar que últimamente se sentía "irascible" sobre lo que la iglesia tiene que hacer para desmantelar la injusticia mundial, dijo al grupo que la iglesia debe adoptar un enfoque teológico para afrontar cuestiones de injusticia, como las del cambio climático. "Yo la llamo Escuela de Teología Nike", dijo, refiriéndose al conocido fabricante de calzado deportivo.

Tomando prestado el eslogan de la marca Nike para indicar lo que la iglesia debe hacer, Dauway dijo que era el momento de pasar a la acción: "Simplemente hazlo" (Just do it).

Dauway dijo al grupo que las iglesias y la comunidad ecuménica tienen los medios teológicos para desmantelar la injusticia mundial, pero "sencillamente no tenemos la voluntad de hacerlo".

Reconociendo que la iglesia ha hecho muchas cosas buenas, estimuló al grupo a hacer más. "Si las iglesias queremos realmente provocar un cambio en este mundo, debemos darnos cuenta de que hace falta algo más que resoluciones y sermones elocuentes sobre la paz y la justicia", afirmó.

Hace falta escuchar a quienes sufren y estar junto a ellos, "a veces como dirigentes, otras como dirigidos", y poner en común los recursos de las iglesias. "Podríamos incluso volver el mundo al revés en el nombre de Jesús", dijo Dauway. "El Señor sabe que tenemos el poder para hacerlo, por eso, simplemente, hagámoslo".

"Al planeta y a su población se le está acabando el tiempo, y tenemos que hacer algo más que resistir meramente a los paradigmas dominantes", dijo Poulos en su sermón. "Debemos transformarlos. Necesitamos un sistema económico que no se base en la codicia, el materialismo, el individualismo y el temor a la escasez."

Kjorven dijo que, ante el colapso del acuerdo de Copenhagen, hay cosas que se pueden salvar en las reuniones de diciembre, "tales como un marco para un acuerdo futuro", posiblemente en 2010.

Pero subrayó que era éste el momento oportuno para que los grupos religiosos redoblen sus esfuerzos. "Necesitamos una voz mucho más fuerte para tratar los aspectos de justicia social del cambio climático", afirmó. "Y necesitamos un cambio a largo plazo."

(*) Mark Beach es director de comunicaciones del CMI.




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Nota:
  • Negritas, Rojitas, y Italicas agregadas para dar enfasis.
  • Aun mas: Esto es un presagio al control economico (comprar y vender) mundial que predice la Biblia; Y sin embargo, hay algunos que promueven alianzas con las Naciones Unidas.....Que ignorantes son de las Escrituras y de la voluntad de su Autor.

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