Tuesday, November 10, 2009

Hijas de Jerusalem, no me lloréis á mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos


26Y llevándole, tomaron á un Simón Cireneo, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.

27Y le seguía una grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban y lamentaban.

28Mas Jesús, vuelto á ellas, les dice: Hijas de Jerusalem, no me lloréis á mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos.

29Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron.

30Entonces comenzarán á decir á los montes: Caed sobre nosotros: y á los collados: Cubridnos.

31Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?



Lucas 23: 26-31.


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