Thursday, November 5, 2009

¿Por qué los niños se están afeminando?

Artículo de The Telegraph , traducción Trinity a Tierra

Algo huele a podrido en Dinamarca. Su gobierno desveló ayer investigaciones oficiales que muestran que los niños de dos años corren riesgos importantes derivados de la apabullante collección de químicos que afectan a su desarrollo sexual y de género y que están incluidos en los artículos que emplean cada día, ropas, botas, ropa de cama, pañales, lociones para el sol y cremas hidratantes.

El informe de 326 páginas publicado por la agencia de protección de medio ambiente, es la última pieza de un rompecabezas cada vez más alarmante. Se deduce claramente que la contaminación química que está presente a nuestro alrededor está disminuyendo la cantidad de esperma y con ello afeminando a los niños varones en todo el mundo desarrollado. Medidas antipolución y nuevas leyes al respecto que han sido aprobadas no son suficientes para minimizar el impacto de todo ello.


Los niños serán niñas y las niñas serán niños: los químicos con impacto sobre el género que están a nuestro alrededor están afeminando cada vez a más niños. Foto: Getty Creative

El número de espermatozoides está cayendo tan rápidamente que los hombres jóvenes son menos fértiles que sus padres y producen sólo una tercera parte de esperma, como mucho. Los químicos con impacto sobre las hormonas sexuales son señalados cada vez con más claridad en el misterio de los llamados “niños perdidos”: niños que deberían haber nacido como varones (por motivos estadísticos) pero que han nacido como niñas.

El gobierno danés trataba de descubrir cuánta contaminación con impacto sobre las hormonas sexuales recibián diariamente los niños de dos años. El estudio demostraba el hecho de que un niño podría estar en riesgo crítico desde unas simples exposiciones hasta recibir altos niveles de estas sustancias, por medio de contacto con cosas como nos zapatos de goma y estaría en riesgo por la cantidad de sustancias químicos que absorve de multitud de fuentes como alimentos hasta cremas solares.

Los resultados son consistentes con estudios anteriores que mostraban que los niños británicos tienen niveles de químicos en sangre más elevados y que afectan a su género que sus padres y abuelos. La WWF, que comisionaba el estudio anterior, alertaba de que los químicos estaban tan extendidos que “hay muy poco, o nada, que los individuos puedan hacer para prevenir la contaminación de este tipo o la de sus familias”. Los químicos más destacados en este sentido son las dioxinas, el PVC, los falatos (empleados para ablandar los plásticos), los PCB, que se han empleado por toneladas en equipos eléctricos y pinturas, entre otros.

Los jóvenes varones, como los del estudio danés, podrían terminar produciendo menos esperma y desarrollando comportamiento afeminado. El estudio de la Universidad de Erasmus de Rotterdam encontró que los chicos cuyas madres estaban más expuestas a los PCB y dioxinas tenían más tendencia a jugar con muñecas y a servicios de té y a vestirse con ropa femenina.

Y es en el útero cuando los niños son más vulnerables; un estudio de cordones umbilicales de madres británicas mostró que todas ellas contenían químicos peligrosos. Los científicos de la Universidad de Rochester en NY descubrió que los chicos nacidos en mujeres expuestas a los falatos tenían penes más pequeños y cierta feminización de sus genitales.

La contaminación tambien puede ofrecer una clave sobre el misterio del cambio de sexo de los bebés. Normalmente 106 niños nacen por cada 100 niñas; se cree que es la estrategia de la naturaleza para lidiar con el riesgo de que los hombres varones puedan morir en tareas de caza o conflictos bélicos. Pero la proporción de féminas está aumentando, tanto que más de 250.000 bebés que deberían haber nacido como varones estadísticamente, han nacido como niñas, sólo en Japón y Estados Unidos.

En Gran Bretaña, esa desviación estadística se cuenta en miles de niños cada año.

Una comunidad india canadiense que vive en tierras ancestrales en el lago Huron, está cerca de uno de los conglomerados de factorías químicas más grandes de la Tierra, y allí nacen dos veces más niñas que niños. Ocurre lo mismo en Seveso, Italia, contaminada con dioxinas de un notorio accidente que tuvo lugar en los años 70. Tambien se ha detectado esto entre los trabajadores de pesticidas rusos. Y también llega más evidencia sobre esta cuestión de lugares distantes entre sí como Israel, Taiwan, Brasil y el Artico.

Y sin embargo, los químicos que modulan la respuesta hormonal sexual y el género están, en general, exentos de las regulaciones de la Unión Europea y no forman parte de los químicos altamente peligrosos. Gran Bretaña, bajo la presidencia de Blair, es gran responsable de todo esto, por su negativa a incluirlos en el primer borrador de la ley. Documentos confidenciales muestran que se hizo tal cosa después de la presión de la administración de George W. Bush, que protestó porque las exportaciones de USA “podrían recibir un impacto negativo”.

Ahora el gobierno danés está planeando hacer lobby para obligar a que las normas que regulan estos químicos sean mucho más restrictivas. Está particularmente preocupado por estudios que demuestran el enorme impacto negativo de la suma combinada de todas estas sustancias. Quiere que se refleje en leyes, citando su descubrimiento de las muchas fuentes de contaminación a las que están expuestos los niños de dos años.
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