Showing posts with label Elias. Show all posts
Showing posts with label Elias. Show all posts

Wednesday, December 30, 2015

“En el espíritu y con el poder de Elías”













Por: Jair Ochoa



“Como en los días de Elías, cuando Dios tenía siete mil que no habían doblado sus rodillas ante Baal,hoy tiene muchos en el mundo que están caminando de acuerdo con la luz que han recibido. Tiene en reserva un firmamento de escogidos que todavía resplandecerán en medio de la oscuridad. En los lugares donde solamente se podría esperar que hubiera cardos y espinas, aparecerán árboles cargados de frutos de justicia. En tales lugares habrá quienes rindan frutos más dulces al Señor que los que viven en lugares más favorecidos. Esparcirán a su alrededor la fragancia de su gracia a medida que florezcan en los lugares menos promisorios” (Carta 39, del 28 de febrero de 1903, dirigida J. Wessells).

“En medio de la apostasía general, Elías no trató de ocultar el hecho de que servía al Dios del cielo. Los profetas de Baal eran cuatrocientos cincuenta, sus sacerdotes cuatrocientos, y sus adoradores se contaban por miles; a pesar de ello Elías no aparentó estar del lado popular . Abiertamente, permaneció solo. . .

Con claros acentos como de trompeta, Elías se dirigió a la multitud: "Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?" . . . ¿Donde se encuentran los Elías de hoy?” (Testimonies, tomo 5, págs. 526, 527).

“Su celo por la gloria de Dios y su profundo amor por la casa de Israel presentan lecciones para la instrucción de todos los que permanecen hoy como representantes de la obra de Dios en la tierra” (SDA Bible Commentary, tomo 2, pág. 1034).

"Nuestro mensaje debe ser tan directo como el de Juan. El reprendió a los reyes por su iniquidad. Aunque su vida estaba en peligro nunca permitió que la verdad languideciera en sus labios. . . . En esta época de apostasía casi universal Dios llama a sus mensajeros para que proclamen su ley en el espíritu y poder de Elías. Así como Juan el Bautista, al preparar al pueblo para el primer advenimiento de Cristo, les llamó la atención a los diez mandamientos,así nosotros hemos de dar con voz segura el mensaje: 'Temed a Dios y dadle honra porque la hora de su juicio es venida.' Con el mismo fervor que caracterizó al profeta Elías y a Juan el Bautista, hemos de esforzarnos en preparar el camino para el segundo advenimiento de Cristo."-4 BC 1184.

Mirando primero el altar de Jehová, que estaba derribado, y luego a la multitud , Elías clamó con los tonos claros de, una trompeta: "¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?” (PR 108).

“En el espíritu y con el poder de Elías, Juan denunciaba las corrupciones de los judíos, y levantaba su voz condenando sus pecados prevalecientes. Sus discursos eran sencillos, al punto y convincentes” (RH 7-1-1873).

Hoy también es necesario que se eleve una reprensión severa; porque graves pecados han separado al pueblo de su Dios. La incredulidad se está poniendo de moda aceleradamente. Millares declaran: "No queremos que éste reine sobre nosotros." (Luc. 19: 14.) Los suaves sermones que se predican con tanta frecuencia no hacen impresión duradera; la trompeta no deja oír un sonido certero. Los corazones de los hombres no son conmovidos por las claras y agudas verdades de la Palabra de Dios. Son muchos los cristianos profesos que dirían, si expresasen sus sentimientos verdaderos: ¿Qué necesidad hay de hablar con tanta claridad? Podrían preguntar también: ¿Qué necesidad tenía Juan el Bautista de decir a los fariseos: "¡Oh generación de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?" (Luc. 3: 7.)

Así han argüido hombres que debieran haberse destacado como fieles guardianes de la ley de Dios, hasta que la política de conveniencia reemplazó la fidelidad, y se dejó sin reprensión al pecado. ¿Cuándo volverá a oírse en la iglesia la voz de las reprensiones fieles?

Los ministros que procuran agradar a los hombres, y claman: Paz, paz, cuando Dios no ha hablado de paz, debieran humillar su corazón delante del Señor, y pedirle perdón por su falta de sinceridad y de valor moral.No es el amor a su prójimo lo que los induce a suavizar el mensaje que se les ha confiado, sino el hecho de que procuran complacerse a sí mismos y aman su comodidad.

El verdadero amor se esfuerza en primer lugar por honrar a Dios y salvar las almas. Los que tengan este amor no eludirán la verdad para ahorrarse los resultados desagradables que pueda tener el hablar claro. Cuando las almas están en peligro, los ministros de Dios no se tendrán en cuenta a sí mismos, sino que pronunciarán las palabras que se les ordenó pronunciar, y se negarán a excusar el mal o hallarle paliativos.

El Señor aborrece la indiferencia y la deslealtad en tiempo de crisis para su obra. Todo el universo contempla con interés indecible las escenas finales de la gran controversia entre el bien y el mal. Los hijos de Dios se están acercando a las fronteras del mundo eterno; ¿qué podría resultar de más importancia para ellos que el ser leales al Dios del cielo? A través de los siglos, Dios ha tenido héroes morales; y los tiene ahora en aquellos que, como José, Elías y Daniel, no se avergüenzan de ser conocidos como parte de su pueblo. La bendición especial de Dios acompaña las labores de los hombres de acción que no se dejan desviar de la línea recta ni del deber, sino que con energía divina preguntan: "¿Quién es de Jehová?" (Exo. 32: 26.) Son hombres que no se conforman con hacer la pregunta, sino que piden a quienes decidan identificarse con el pueblo de Dios que se adelanten y revelen inequívocamente su fidelidad al Rey de reyes y Señor de señores.Tales hombres subordinan su voluntad y sus planes a la ley de Dios. Por amor hacia él, no consideran preciosa su vida. Su obra consiste en recibir la luz de la Palabra y dejarla resplandecer sobre el mundo en rayos claros y constantes. Su lema es ser fieles a Dios.

Hermano cristiano, Satanás conoce tu debilidad; por lo tanto aférrate a Jesús. Permaneciendo en el amor de Dios, puedes soportar toda prueba. Sólo la justicia de Cristo puede darte poder para resistir a la marea del mal que arrasa al mundo. Introduce fe en tu experiencia. La fe alivia toda carga y todo cansancio. Si confías de continuo en Dios, podrás comprender las providencias que te resultan ahora misteriosas. Recorre por la fe la senda que él te traza. Tendrás pruebas; pero sigue avanzando. Esto fortalecerá tu fe, y te preparará para servir. Los anales de la historia sagrada fueron escritos, no simplemente para que los leamos y nos maravillemos, sino para que obre en nosotros la misma fe que obró en los antiguos siervos de Dios. El Señor obrará ahora de una manera que no será menos notable doquiera haya corazones llenos de fe para ser instrumentos de su poder.

“El espíritu que prevalece en nuestro tiempo es de incredulidad y apostasía. Es un espíritu que se cree iluminado por el conocimiento de la verdad, cuando no es sino la más ciega presunción. Se exaltan las teorías humanas y se les hace reemplazar a Dios y a su ley. Satanás tienta a los hombres y mujeres a desobedecer al prometerles que en la desobediencia hallarán una libertad que los hará como dioses. Se manifiesta un espíritu de oposición a la sencilla palabra de Dios, un ensalzamiento idólatra de la sabiduría humana sobre la revelación divina. Los hombres permiten que sus mentes se llenen a tal punto de oscuridad y confusión por la conformidad con las costumbres e influencias humanas, que parecen haber perdido toda facultad de discriminar entre la luz y las tinieblas, entre la verdad y el error. Se han alejado tanto del camino recto que consideran las opiniones de algunos así llamados filósofos como más fidedignas que las verdades de la Biblia. Las súplicas y las promesas de la Palabra de Dios, sus amenazas contra la desobediencia y la idolatría, parecen carecer de poder para subyugar sus corazones. Una fe como la que impulsó a Pablo, Pedro y Juan es considerada anticuada, mística e indigna de la inteligencia de los pensadores modernos.” (Patriarcas y profetas pág. 110, 133)



Características del Mensaje de Elías




1. fue atrevido al predicar, aún ante los reyes.

Elías dijo a Acab, “Yo no he perturbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los Mandamientos del Señor y siguiendo a los baales” (1Reyes 18:18).

Elías no mostró temor al predicar su mensaje en forma directa y sin rodeos ante gobernantes y gobiernos. Jesús dijo que esto ocurriría otra vez en los últimos días. “...y os llevarán ante gobernantes y reyes por mi causa, por testimonio a ellos” (Marcos 13:9).

No debemos buscar la aprobación de los hombres, sino de Dios. Para establecer un gran reavivamiento el mensaje de Elías debe ser una proclamación atrevida y sin temor de la verdad transparente y no comprometida que a veces no goza de popularidad.

“Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus pasiones, apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Timoteo 4: 3,4).



2. Mantenía una dieta y estilo de vida sencillos.

“Te ruego me traigas también un bocado de pan en tu mano” (1 Reyes 17:11).

Elías era conocido por su dieta simple y su modo de vida rústica. Estos rigores básicos mantenían sus facultades mentales claras y sus cuerpos fuertes capacitándolos para la tarea especial que Dios los llamó a realizar.

Del mismo modo, en los últimos días, la iglesia debe despertar a la verdad acerca de la conexión estrecha entre cuerpo y espíritu. Lo que comemos y bebemos, al igual que nuestros hábitos personales de vida, tienen un efecto directo en nuestra claridad mental y habilidad para discernir la verdad. El poder para resistir la tentación puede remontarse en parte a una dieta simple y un estilo de vida moderado. Recuerde que el pecado sobrevino a la raza humana como resultado de comer algo equivocado.

“¡Dichosa, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus fuerzas y no por banquetear!” (Eclesiastés 10:17)

“Así si coméis o bebéis o hacéis otra cosa hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).



3. Su vestimenta era sencilla y modesta.

“Un varón vestido de un manto de pelo y un cinto de cuero.” (2 Reyes 1:8).

En un tiempo en que los reyes y sacerdotes solían usar adornos lujosos y túnicas largas y ornamentadas, la modestia y sencillez de Elías y Juan constituían un reproche punzante.

Vivimos en una época en la que nunca antes se ha dado tanta atención a la moda y a la ostentación en forma tan arrogante. La meta principal de los diseñadores de modas modernos es destacar la sexualidad de la persona. Tristemente, todo es permitido -desde las perforaciones corporales hasta los tatuajes- aún entre cristianos profesos. Una vez más, la iglesia necesita desesperadamente a los Elías de los últimos días que den testimonio de Cristo dando un ejemplo de humildad y sencillez a través de vestimenta y apariencia modesta.

“Y vestíos del nuevo hombre, creado para ser semejante a Dios en justicia y santidad” (Efesios 4:24). “También que las mujeres se atavíen con ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni con oro, ni con perlas o vestidos costosos” (1 Timoteo 2:9)



4. Creía en hacer discípulos.

“Elías partió de allí y encontró a Eliseo y Elías pasó ante él y echó sobre él su manto” (1 Reyes 19:19).

Las Escrituras relatan que Elías no sólo convirtió a Eliseo en su discípulo, sino que también visitaba las escuelas de los profetas (también traducido “los discípulos de los profetas”) que estaban esparcidas por toda la tierra de Israel (2 Reyes: 2). Estos centros de entrenamiento combinaban la instrucción espiritual con la práctica de destrezas de trabajo y los jóvenes entrenados allí iban por todo Israel a enseñar a otros los caminos de Dios.

En forma similar, el último gran movimiento de Dios no será dirigido únicamente por el clero, sino por laicos llenos del Espíritu. Es por esto que el mensaje de Elías debe concentrarse en entrenar, hacer discípulos y movilizar a cada miembro de la iglesia de Dios.



5. Predicaba un bautismo de arrepentimiento y muerte al yo.

“Y Elías le dijo: Te ruego que te quedes aquí, porque el Señor me envía al Jordán” (2 Reyes 2:6).

Una de las señales distintivas del mensaje de Elías es el llamado al pueblo hacia el río Jordán -símbolo de arrepentimiento y bautismo. Los hijos de Israel tuvieron que cruzar el Jordán para entrar a la Tierra Prometida, así como nosotros entramos a las aguas del bautismo y cruzamos a una nueva vida.

“El entonces descendió. Se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios y su carne se volvió como la de un niño y quedó limpio” (2 Reyes 5:14).

“Por tanto, id a todas las naciones, haced discípulos bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).



6. manifestó humildad.

“Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, se postró en tierra, con su rostro entre las rodillas” (1 Reyes 18:42).

Antes de que Cristo vuelva, el pueblo de Dios habrá aprendido a reflejar el carácter manso y humilde de Jesús en una época de arrogancia y orgullo.

“Oh, hombre, el Señor te ha declarado qué es lo bueno y qué pide de ti. Sólo practicar la justicia, amar la bondad y andar humildemente con tu Dios” (Miqueas 6:8).



7. sufrió persecución religiosa.

“Entonces Jezabel envió un mensajero a decir a Elías: Que los dioses me traten con todo rigor si mañana a esta hora no he puesto tu persona como la de ellos (que habían sido asesinados)” (1 Reyes 19:2).

En el Antiguo Testamento, una reina pagana llamada Jezabel se casó con Acab, rey de Israel. Jezabel y su hija, Atalía, persiguieron al pueblo de Dios e intentaron convencer a Acab para que matara a Elías y a otros profetas.

La persecución sufrida por Elías pronto se repetirá. En los últimos días, “la madre de las rameras” y sus hijas perseguirán al remanente del pueblo de Dios, a los Elías de los días postreros, según nos relata Apocalipsis.

“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer y fue a combatir al resto de la descendencia de ella, los que guardan los Mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12:17).

“Y en su frente tenía escrito un nombre, un misterio: La gran Babilonia, madre de las rameras y las abominaciones de la tierra. Y vi a la mujer ebria de la sangre de los santos y de los mártires de Jesús” (Apocalipsis 17:5,6).



8. Le interesaba glorificar a Dios en grado sumo.

“Respóndeme, oh Señor. Respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, Señor, eres el Dios verdadero y que tú estás volviendo el corazón de ellos” (1 Reyes18:37).

La prioridad principal de aquellos que prediquen el mensaje de Elías será glorificar a Dios. Estarán enteramente consagrados a la causa de Dios como lo hizo Elías. Estarán dispuestos a cualquier sacrificio para que otros sean salvos; en otras palabras, empleados hasta el cansancio en la obra de Dios.

“Así, hermanos, por la tierna misericordia de Dios, os ruego que presentéis vuestro cuerpo en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto espiritual” (Romanos 12:1).



9. Reparó el altar de Dios.

“Entonces Elías dijo al pueblo: ‘Acercaos a mí’. Y todo el pueblo se llegó a él. Y él reparó el altar del Señor que estaba arruinado” (1 Reyes 18:30).

El mensaje de Elías será un llamado de trompeta para regresar a “la fe que una vez fue confiada a los santos” (Judas 1:3). Hoy, cuando tantos dicen que las enseñanzas de la Biblia son anticuadas y necesitan revisarse para adaptarlas a los tiempos, necesitamos recordar urgentemente que Dios dijo: “Yo, el Señor, no cambio” (Malaquías 3:6).

“Reedificarás las ruinas antiguas, levantarás los cimientos puestos hace muchas generaciones y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de calzadas para andar” (Isaías 58:12).



10. Su mensaje provocó reavivamiento y reforma.

“Envía ahora y junta a todo Israel en el monte Carmelo Y Elías se acercó al pueblo y les dijo: ¿Hasta cuándo vacilaréis entre dos opiniones? Si el Señor es Dios, seguidlo” (1 Reyes 18:19-21).

En los días de Elías, el pueblo de Dios se había corrompido por las influencias paganas a su alrededor y había comprometido la verdad de Dios (1 Reyes 19:14; Mateo 3:1,2). Este valiente profeta trajo un mensaje que produjo reavivamiento y reforma en el pueblo de Dios.

En nuestros días, una vez más gran parte del mundo cristiano parece estar tibio y mundano. Si el juicio va a comenzar en la casa de Dios (Ezequiel 9:6; 1 Pedro 4:17), entonces el reavivamiento seguramente ha de iniciarse allí también. Como el plan de Dios es que su pueblo difunda el mensaje al mundo entero, Él debe enviar primero el mensaje de Elías a su iglesia.

En el Antiguo Testamento, Elías condujo al pueblo al arrepentimiento y de regreso a Dios en el monte Carmelo. Entonces oró y Dios envió abundante lluvia para terminar la sequía. Del mismo modo, Juan el Bautista hizo un llamado al arrepentimiento y a aceptar a Jesús. Poco después, recibieron la lluvia temprana del Espíritu Santo en el Pentecostés. Los Elías modernos también habrán de predicar un mensaje de arrepentimiento. Entonces, cuando la iglesia se humille, la lluvia tardía del Espíritu de Dios caerá.

El mensaje de Elías encaminará a la gente hacia Dios. Elías- “El profeta Elías llegó y dijo: Oh, Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios” (1 Reyes 18:36).

El deseo ardiente de los Elías contemporáneos será volver la mirada de la gente hacia Jesús, que lo conozcan y tengan vida eterna.

Si el Señor creyó que era importante enviar un mensajero especial para preparar a Israel para la primera venida de Jesús, ¿cuánto más importante es para Él enviar un mensaje especial y mensajeros para despertar a la iglesia para la segunda venida de Jesús -el punto culminante de la redención?

Dios Los Bendiga


.

Tuesday, August 5, 2014

¿Quiénes Terminarán la Obra? - Alejandro Maya




Cuauhtemoc Mendoza

Published on Jan 3, 2014

Únicamente aquellos que dependan totalmente de Dios serán sancionados con el Espíritu Santo para terminar la Obra. No serán los estudiados en grandes universidades y letrados, sino que Dios utilizara a los sencillos, indoctos, pero que obrarán con el Espíritu y Poder de Elías.
.
.

Saturday, July 12, 2014

¿Cuándo volverá a oírse en la iglesia la voz de las reprensiones fieles?


Es natural que el que obra mal tenga a los mensajeros de Dios por responsables de las calamidades que son el seguro resultado que produce el desviarse del camino de la justicia. Los que se colocan bajo el poder de Satanás no pueden ver las cosas como Dios las ve. Cuando se los confronta con el espejo de la verdad, se indignan al pensar que son reprendidos. Cegados por el pecado, se niegan a arrepentirse; consideran que los siervos de Dios se han vuelto contra ellos, y que merecen la censura más severa.

De pie, y consciente de su inocencia delante de Acab, Elías no intenta disculparse ni halagar al rey. Tampoco procura eludir la ira del rey dándole la buena noticia de que la sequía casi terminó. No tiene por qué disculparse. Lleno de indignación y del ardiente anhelo de ver honrar a Dios, devuelve a Acab su imputación, declarando intrépidamente al rey que son sus pecados y los de sus padres, lo que atrajo sobre

Israel esta terrible calamidad. “Yo no he alborotado a Israel—asevera audazmente Elías,—sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos de Jehová, y siguiendo a los Baales.”
Hoy también es necesario que se eleve una reprensión severa; porque graves pecados han separado al pueblo de su Dios. La incredulidad se está poniendo de moda aceleradamente. Millares declaran: “No queremos que éste reine sobre nosotros.” Lucas 19:14. Los suaves sermones que se predican con tanta frecuencia no hacen impresión duradera; la trompeta no deja oír un sonido certero. Los corazones de los hombres no son conmovidos por las claras y agudas verdades de la Palabra de Dios.

Son muchos los cristianos profesos que dirían, si expresasen sus sentimientos verdaderos: ¿Qué necesidad hay de hablar con tanta claridad? Podrían preguntar también: ¿Qué necesidad tenía Juan el Bautista de decir a los fariseos: “¡Oh generación de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?” Lucas 3:7.

¿Había acaso alguna necesidad de que provocase la ira de Herodías diciendo a Herodes que era ilícito de su parte vivir con la esposa de su hermano? El precursor de Cristo perdió la vida por hablar con claridad. ¿Por qué no podría haber seguido él por su camino sin incurrir en el desagrado de los que vivían en el pecado?

Así han argüído hombres que debieran haberse destacado como fieles guardianes de la ley de Dios, hasta que la política de conveniencia reemplazó la fidelidad, y se dejó sin reprensión al pecado. ¿Cuándo volverá a oírse en la iglesia la voz de las reprensiones fieles?

“Tú eres aquel hombre.” 2 Samuel 12:7. Es muy raro que se oigan en los púlpitos modernos, o que se lean en la prensa pública, palabras tan inequívocas y claras como las dirigidas por Natán a David. Si no escasearan tanto, veríamos con más frecuencia manifestaciones del poder de Dios entre los hombres. Los mensajeros del Señor no deben quejarse de que sus esfuerzos permanecen sin fruto, si ellos mismos no se arrepienten de su amor por la aprobación, de su deseo de agradar a los hombres, que los induce a suprimir la verdad.

Los ministros que procuran agradar a los hombres, y claman: Paz, paz, cuando Dios no ha hablado de paz, debieran humillar su corazón delante del Señor, y pedirle perdón por su falta de sinceridad y de valor moral. No es el amor a su prójimo lo que los induce a suavizar el mensaje que se les ha confiado, sino el hecho de que procuran complacerse a sí mismos y aman su comodidad.

El verdadero amor se esfuerza en primer lugar por honrar a Dios y salvar las almas. Los que tengan este amor no eludirán la verdad para ahorrarse los resultados desagradables que pueda tener el hablar claro. Cuando las almas están en peligro, los ministros de Dios no se tendrán en cuenta a sí mismos, sino que pronunciarán las palabras que se les ordenó pronunciar, y se negarán a excusar el mal o hallarle paliativos.

¡Ojalá que cada ministro comprendiese cuán sagrado es su cargo y santa su obra, y revelase el mismo valor que manifestó Elías! Como mensajeros designados por Dios, los ministros ocupan puestos de tremenda responsabilidad. A cada uno de ellos le toca cumplir este consejo: “Reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.” 2 Timoteo 4:2. Deben trabajar en lugar de Cristo como dispensadores de los misterios del cielo, animando a los obedientes y amonestando a los desobedientes. Las políticas del mundo no deben tener peso para ellos. No deben desviarse de la senda por la cual Jesús les ha ordenado andar. Deben ir adelante con fe, recordando que los rodea una nube de testigos. No les toca pronunciar sus propias palabras, sino las que les ordenó decir Uno mayor que los potentados de la tierra. Su mensaje debe ser: “Así dijo Jehová.” Dios llama a hombres como Elías, Natán y Juan el Bautista, hombres que darán su mensaje con fidelidad, irrespectivamente de las consecuencias; hombres que dirán la verdad con valor, aun cuando ello exija el sacrificio de todo lo que tienen.

PROFETAS Y REYES, p.102-104.
.

Saturday, January 14, 2012

LA PROFECÍA DE ELÍAS



He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. (Mal. 4: 5, 6).

Los que deben preparar el camino para la segunda venida de Cristo están representados por el fiel Elías, así como Juan vino en el espíritu de Elías a fin de preparar el camino para la primera venida de Cristo.

La obra de Juan el Bautista, y la de aquellos que en los últimos días saldrán con el espíritu y el poder de Elías para despertar a la gente de su apatía, en muchos sentidos es la misma. Su obra es la clase de obra que debe hacerse en este tiempo. Cristo vendrá por segunda vez a juzgar al mundo con justicia.

Juan se apartó de sus amigos y de los lujos de esta vida. La sencillez de su vestimenta: Una túnica tejida con pelos de camello, era una permanente reprensión a la extravagancia y la ostentación de los sacerdotes judíos y del pueblo en general. Su alimentación, totalmente vegetariana, compuesta por algarrobas y miel silvestre, era una reprensión a la complacencia del apetito y la gula que prevalecían en todas partes. . . Se debe agitar el gran tema de la reforma y despertar la conciencia pública. Debe relacionarse con el mensaje la temperancia en todas las cosas, para apartar al pueblo de Dios de su idolatría, su gula y su extravagancia en el vestir y en otras cosas.

La abnegación, la humildad y la temperancia requeridas de los justos, a quienes Dios conduce y bendice especialmente, deben presentarse a la gente en contraste con la extravagancia y los hábitos destructores de la salud de los que viven en esta época degenerada. Dios ha mostrado que la reforma sanitaria está tan íntimamente relacionada con el mensaje del tercer ángel como la mano con el cuerpo.

Tal como Juan el Bautista al preparar a la gente para la primera venida de Cristo llamaba su atención a los Diez Mandamientos, nosotros debemos dar este mensaje no con un sonido incierto: "Temed a. Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado" (Apoc. 14: 7). Con el fervor que caracterizaban a Elías el profeta y a Juan el Bautista, debemos luchar para preparar el camino de la segunda venida de Cristo.



Maranata, p.20.

.

Sunday, September 4, 2011

El mensaje de Elías


He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.

El convertirá el corazón de los padres á los hijos, y el corazón de los hijos á los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra.

Malaquías 4:5,6.

Reina-Valera Antigua (RVA)




El mensaje de Elías

En esta época precisamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, Dios necesita hombres que preparen un pueblo para que esté en pie en el gran día del Señor. En estos últimos días se debe efectuar una obra igual a la que hizo Juan. Mediante los agentes que el Señor ha elegido, él está dando mensajes a su pueblo, y quiere que todos presten atención a las admoniciones y amonestaciones que envía. El mensaje que precedió al ministerio público de Cristo fue: Arrepentíos, publicanos y pecadores; arrepentíos, fariseos y saduceos, "porque el reino de los cielos se ha acercado". Nuestro mensaje no es de paz y seguridad. En nuestra condición de pueblo que cree en la pronta aparición de Cristo, tenemos un mensaje definido para dar: "Prepárate para encontrarte con tu Dios".
Nuestro mensaje debe ser tan directo como fue el de Juan. El reprendió a reyes por su iniquidad. A pesar de que ponía en peligro su vida, nunca permitió que languideciera la verdad en sus labios. Nuestra obra en esta época debe ser hecha con igual fidelidad...
En este tiempo de apostasía casi universal, Dios exige que sus mensajeros proclamen su ley con el espíritu y el poder de Elías. Así como Juan el Bautista, al preparar sin pueblo para el primer advenimiento de Cristo, llamó su atención a los Diez Mandamientos, así debemos dar el mensaje nítidamente: "Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado". Debemos esforzarnos para preparar el camino para el segundo advenimiento de Cristo, con el mismo fervor que caracterizó a Elías el profeta y a Juan el Bautista (SW 21-3-1905).
.

Tuesday, April 19, 2011

Elías obedeció la palabra de Jehová



1 Reyes 17



1ENTONCES Elías Thisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo á Achâb: Vive Jehová Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

2Y fué á él palabra de Jehová, diciendo:

3Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Cherith, que está delante del Jordán;

4Y beberás del arroyo; y yo he mandado á los cuervos que te den allí de comer.

5Y él fué, é hizo conforme á la palabra de Jehová; pues se fué y asentó junto al arroyo de Cherith, que está antes del Jordán.

6Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne á la tarde; y bebía del arroyo.

7Pasados algunos días, secóse el arroyo; porque no había llovido sobre la tierra.

8Y fué á él palabra de Jehová, diciendo:

9Levántate, vete á Sarepta de Sidón, y allí morarás: he aquí yo he mandado allí á una mujer viuda que te sustente.

10Entonces él se levantó, y se fué á Sarepta. Y como llegó á la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí cogiendo serojas; y él la llamó, y díjole: Ruégote que me traigas una poca de agua en un vaso, para que beba.

11Y yendo ella para traérsela, él la volvió á llamar, y díjole: Ruégote que me traigas también un bocado de pan en tu mano.

12Y ella respondió: Vive Jehová Dios tuyo, que no tengo pan cocido; que solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una botija: y ahora cogía dos serojas, para entrarme y aderezarlo para mí y para mi hijo, y que lo comamos, y nos muramos.

13Y Elías le dijo: No hayas temor; ve, haz como has dicho: empero hazme á mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.

14Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La tinaja de la harina no escaseará, ni se disminuirá la botija del aceite, hasta aquel día que Jehová dará lluvia sobre la haz de la tierra.

15Entonces ella fué, é hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella y su casa, muchos días.

16Y la tinaja de la harina no escaseó, ni menguó la botija del aceite, conforme á la palabra de Jehová que había dicho por Elías.

17Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa, y la enfermedad fué tan grave, que no quedó en él resuello.

18Y ella dijo á Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿has venido á mí para traer en memoria mis iniquidades, y para hacerme morir mi hijo?

19Y él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y llevólo á la cámara donde él estaba, y púsole sobre su cama;

20Y clamando á Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun á la viuda en cuya casa yo estoy hospedado has afligido, matándole su hijo?

21Y midióse sobre el niño tres veces, y clamó á Jehová, y dijo: Jehová Dios mío, ruégote que vuelva el alma de este niño á sus entrañas.

22Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió á sus entrañas, y revivió.

23Tomando luego Elías al niño, trájolo de la cámara á la casa, y diólo á su madre, y díjole Elías: Mira, tu hijo vive.

24Entonces la mujer dijo á Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.

.

.

Wednesday, March 16, 2011

"Sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel"


30Elías dijo entonces á todo el pueblo: Acercaos á mí. Y todo el pueblo se llegó á él: y él reparó el altar de Jehová que estaba arruinado.

31Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido palabra de Jehová, diciendo: Israel será tu nombre;

32Edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová: después hizo una reguera alrededor del altar, cuanto cupieran dos satos de simiente.

33Compuso luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y púsolo sobre la leña.

34Y dijo: Henchid cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; é hiciéronlo la tercera vez.

35De manera que las aguas corrían alrededor del altar; y había también henchido de agua la reguera.

36Y como llegó la hora de ofrecerse el holocausto, llegóse el profeta Elías, y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.

37Respóndeme, Jehová, respóndeme; para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú volviste atrás el corazón de ellos.

38Entonces cayó fuego de Jehová, el cual consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió las aguas que estaban en la reguera.

39Y viéndolo todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡Jehová es el Dios! ¡Jehová es el Dios!

1 Reyes 18: 30-39.

.

Friday, February 4, 2011

Yo he mandado á los cuervos que te den allí de comer


1 Reyes 17


1ENTONCES Elías Thisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo á Achâb: Vive Jehová Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
.
2Y fué á él palabra de Jehová, diciendo:

3Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Cherith, que está delante del Jordán;

4Y beberás del arroyo; y yo he mandado á los cuervos que te den allí de comer.

5Y él fué, é hizo conforme á la palabra de Jehová; pues se fué y asentó junto al arroyo de Cherith, que está antes del Jordán.

6Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne á la tarde; y bebía del arroyo.

7Pasados algunos días, secóse el arroyo; porque no había llovido sobre la tierra.

8Y fué á él palabra de Jehová, diciendo:

9Levántate, vete á Sarepta de Sidón, y allí morarás: he aquí yo he mandado allí á una mujer viuda que te sustente.

10Entonces él se levantó, y se fué á Sarepta. Y como llegó á la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí cogiendo serojas; y él la llamó, y díjole: Ruégote que me traigas una poca de agua en un vaso, para que beba.

11Y yendo ella para traérsela, él la volvió á llamar, y díjole: Ruégote que me traigas también un bocado de pan en tu mano.

12Y ella respondió: Vive Jehová Dios tuyo, que no tengo pan cocido; que solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una botija: y ahora cogía dos serojas, para entrarme y aderezarlo para mí y para mi hijo, y que lo comamos, y nos muramos.

13Y Elías le dijo: No hayas temor; ve, haz como has dicho: empero hazme á mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.

14Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La tinaja de la harina no escaseará, ni se disminuirá la botija del aceite, hasta aquel día que Jehová dará lluvia sobre la haz de la tierra.

15Entonces ella fué, é hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella y su casa, muchos días.

16Y la tinaja de la harina no escaseó, ni menguó la botija del aceite, conforme á la palabra de Jehová que había dicho por Elías.

17Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa, y la enfermedad fué tan grave, que no quedó en él resuello.

18Y ella dijo á Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿has venido á mí para traer en memoria mis iniquidades, y para hacerme morir mi hijo?

19Y él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y llevólo á la cámara donde él estaba, y púsole sobre su cama;

20Y clamando á Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun á la viuda en cuya casa yo estoy hospedado has afligido, matándole su hijo?

21Y midióse sobre el niño tres veces, y clamó á Jehová, y dijo: Jehová Dios mío, ruégote que vuelva el alma de este niño á sus entrañas.

22Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió á sus entrañas, y revivió.

23Tomando luego Elías al niño, trájolo de la cámara á la casa, y diólo á su madre, y díjole Elías: Mira, tu hijo vive.

24Entonces la mujer dijo á Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.


Reina-Valera Antigua (RVA)

.

Wednesday, November 24, 2010

El Mensaje de Elías


He aquí, yo os envío á Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.
El convertirá el corazón de los padres á los hijos, y el corazón de los hijos á los padres: no sea que yo venga, y con destrucción hiera la tierra.

Malaquías 4:5,6.




El Mensaje de Elías

En esta época precisamente antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo, Dios necesita hombres que preparen un pueblo para que esté en pie en el gran día del Señor. En estos últimos días se debe efectuar una obra igual a la que hizo Juan. Mediante los agentes que el Señor ha elegido, él está dando mensajes a su pueblo, y quiere que todos presten atención a las admoniciones y amonestaciones que envía. El mensaje que precedió al ministerio público de Cristo fue: Arrepentíos, publicanos y pecadores; arrepentíos, fariseos y saduceos, "porque el reino de los cielos se ha acercado". .Nuestro mensaje no es de paz y seguridad. En nuestra condición de pueblo que cree en la pronta aparición de Cristo, tenemos un mensaje definido para dar: "Prepárate para encontrarte con tu Dios".

Nuestro mensaje debe ser tan directo como fue el de Juan. El reprendió a reyes por su iniquidad. A pesar de que ponía en peligro su vida, nunca permitió que languideciera la verdad en sus labios. Nuestra obra en esta época debe ser hecha con igual fidelidad...

En este tiempo de apostasía casi universal, Dios exige que sus mensajeros proclamen su ley con el espíritu y el poder de Elías. Así como Juan el Bautista, al preparar sin pueblo para el primer advenimiento de Cristo, llamó su atención a los Diez Mandamientos, así debemos dar el mensaje nítidamente: "Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado". Debemos esforzarnos para preparar el camino para el segundo advenimiento de Cristo, con el mismo fervor que caracterizó a Elías el profeta y a Juan el Bautista (SW 21-3-1905).
.

Saturday, April 24, 2010

El LLamado a La Reforma




E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. (Luc. 1: 17).

Juan el Bautista salió con el espíritu y el poder de Elías, para preparar el camino del Señor, y para hacer volver el pueblo a la sabiduría de los justos. Él fue un representante de los que viven en estos últimos días, a quienes Dios ha confiado verdades sagradas para presentar delante del pueblo con el propósito de preparar el camino para la segunda aparición de Cristo.*

Los que deben preparar el camino para la segunda venida de Cristo están representados por el fiel Elías, así como Juan vino en el espíritu de Elías a fin de preparar el camino para su primera venida. El gran tema de la reforma debe ser puesto sobre el tapete, y la mente del público debe ser sacudida. La temperancia en todas las cosas debe estar relacionada con el mensaje, para apartar al pueblo de Dios de su idolatría, su glotonería y su extravagancia en el vestir y en otras cosas.

Debe presentarse a la gente la abnegación, la humildad y la temperancia que se requiere de los justos, a quienes Dios guía y bendice especialmente, en contraste con los hábitos extravagantes y destructores de la salud de los que viven en esta época degenerada. Dios ha mostrado que la reforma sanitaria está tan íntimamente relacionada con el mensaje del tercer ángel como la mano lo está con el cuerpo. No puede encontrarse en ninguna otra cosa una causa tan grande de degeneración física y moral como en el descuido de este importante asunto. Son culpables ante Dios los que satisfacen sus apetitos y pasiones, y cierran los ojos a la luz por temor de percibir complacencias pecaminosas que no están dispuestos a abandonar. . .

La Providencia ha estado dirigiendo al pueblo de Dios para que se aparte de las costumbres extravagantes del mundo, de la satisfacción de apetitos y pasiones, a fin de ocupar su lugar en la plataforma de la abnegación y la temperancia en todas las cosas. El pueblo que Dios guía debe ser peculiar. No debe ser semejante al mundo. Pero si sigue la dirección de Dios, cumplirá sus propósitos, y someterá su voluntad a la voluntad de Dios. Cristo morará en el corazón. El templo de Dios será santo. Vuestro cuerpo, dice el apóstol, es templo del Espíritu Santo.
.
Maranata
, p. 116
.

Saturday, January 23, 2010

El Señor se le aparece a Elías


9Y allí se metió en una cueva, donde tuvo la noche. Y fué á él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?

10Y él respondió: Sentido he un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu alianza, han derribado tus altares, y han muerto á cuchillo tus profetas: y yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

11Y él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová: mas Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto: mas Jehová no estaba en el terremoto.

12Y tras el terremoto un fuego: mas Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silvo apacible y delicado.

13Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y paróse á la puerta de la cueva. Y he aquí llegó una voz á él, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?

14Y él respondió: Sentido he un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu alianza, han derribado tus altares, y han muerto á cuchillo tus profetas: y yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

15Y díjole Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco: y llegarás, y ungirás á Hazael por rey de Siria;

16Y á Jehú hijo de Nimsi, ungirás por rey sobre Israel; y á Eliseo hijo de Saphat, de Abel-mehula, ungirás para que sea profeta en lugar de ti.

17Y será, que el que escapare del cuchillo, de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare del cuchillo de Jehú, Eliseo lo matará.

18Y yo haré que queden en Israel siete mil; todas rodillas que no se encorvaron á Baal, y bocas todas que no lo besaron.

.
1 Reyes 19:9-18 (Reina-Valera Antigua)

.

Monday, November 9, 2009

Permíteme besar a mi padre y a mi madre, entonces te seguiré.


19Y partiéndose él de allí, halló á Eliseo hijo de Saphat, que araba con doce yuntas delante de sí; y él era uno de los doce gañanes. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto.

20Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Ruégote que me dejes besar mi padre y mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve: ¿qué te he hecho yo?

21Y volvióse de en pos de él, y tomó un par de bueyes, y matólos, y con el arado de los bueyes coció la carne de ellos, y dióla al pueblo que comiesen. Después se levantó, y fué tras Elías, y servíale.

1 Reyes 19:19-21.
.