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Wednesday, January 16, 2013

Que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos



1 Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, á los llamados, santificados en Dios Padre, y conservados en Jesucristo:

2 Misericordia, y paz, y amor os sean multiplicados.

3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.

4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo.

5 Os quiero pues amonestar, ya que alguna vez habéis sabido esto, que el Señor habiendo salvado al pueblo de Egipto, después destruyó á los que no creían:

6 Y á los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día:

7 Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, las cuales de la misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carne extraña, fueron puestas por ejemplo: sufriendo el juicio del fuego eterno.

8 De la misma manera también estos soñadores amancillan la carne, y menosprecian la potestad, y vituperan las potestades superiores.

9 Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió á usar de juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.

10 Pero éstos maldicen las cosas que no conocen; y las cosas que naturalmente conocen, se corrompen en ellas, como bestias brutas.

11 Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron en el error de Balaam por recompensa, y perecieron en la contradicción de Coré.

12 Estos son manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;

13 Fieras ondas de la mar, que espuman sus mismas abominaciones; estrellas erráticas, á las cuales es reservada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.

14 De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adam, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares,

15 A hacer juicio contra todos, y á convencer á todos los impíos de entre ellos tocante á todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y á todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

16 Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.

17 Mas vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes han sido dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;

18 Como os decían: Que en el postrer tiempo habría burladores, que andarían según sus malvados deseos.

19 Estos son los que hacen divisiones, sensuales, no teniendo el Espíritu.

20 Mas vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando por el Espíritu Santo.

21 Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna.

22 Y recibid á los unos en piedad, discerniendo:

23 Mas haced salvos á los otros por temor, arrebatándolos del fuego; aborreciendo aun la ropa que es contaminada de la carne.

24 A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría,

25 Al Dios solo sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén.


Judas 1
Reina-Valera Antigua (RVA)
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Wednesday, December 8, 2010

"Y vosotros limpios estáis, aunque no todos"


Juan 13


1ANTES de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había venido para que pasase de este mundo al Padre, como había amado á los suyos que estaban en el mundo, amólos hasta el fin. .

2Y la cena acabada, como el diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, que le entregase,

3Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y á Dios iba,

4Levántase de la cena, y quítase su ropa, y tomando una toalla, ciñóse.

5Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó á lavar los pies de los discípulos, y á limpiarlos con la toalla con que estaba ceñido.

6Entonces vino á Simón Pedro; y Pedro le dice: ¿Señor, tú me lavas los pies?

7Respondió Jesús, y díjole: Lo que yo hago, tú no entiendes ahora; mas lo entenderás después.

8Dícele Pedro: No me lavarás los pies jamás. Respondióle Jesús: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.

9Dícele Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, mas aun las manos y la cabeza.

10Dícele Jesús: El que está lavado, no necesita sino que lave los pies, mas está todo limpio: y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

11Porque sabía quién le había de entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.

12Así que, después que les hubo lavado los pies, y tomado su ropa, volviéndose á sentar á la mesa, díjoles: ¿Sabéis lo que os he hecho?

13Vosotros me llamáis, Maestro, y, Señor: y decís bien; porque lo soy.

14Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavar los pies los unos á los otros.

15Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.

16De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el apóstol es mayor que el que le envió.

17Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis, si las hiciereis.

18No hablo de todos vosotros: yo sé los que he elegido: mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.

19Desde ahora os lo digo antes que se haga, para que cuando se hiciere, creáis que yo soy.

20De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, á mí recibe; y el que á mí recibe, recibe al que me envió.

21Como hubo dicho Jesús esto, fué conmovido en el espíritu, y protestó, y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.

22Entonces los discípulos mirábanse los unos á los otros, dudando de quién decía.

23Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado en el seno de Jesús.

24A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquél de quien decía.

25El entonces recostándose sobre el pecho de Jesús, dícele: Señor, ¿quién es?

26Respondió Jesús: Aquél es, á quien yo diere el pan mojado. Y mojando el pan, diólo á Judas Iscariote, hijo de Simón.

27Y tras el bocado Satanás entró en él. Entonces Jesús le dice: Lo que haces, haz lo más presto.

28Mas ninguno de los que estaban á la mesa entendió á qué propósito le dijo esto.

29Porque los unos pensaban, por que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta: ó, que diese algo á los pobres.

30Como él pues hubo tomado el bocado, luego salió: y era ya noche.

31Entonces como él salió, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él.

32Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y luego le glorificará.

33Hijitos, aun un poco estoy con vosotros. Me buscaréis; mas, como dije á los Judíos: Donde yo voy, vosotros no podéis venir; así digo á vosotros ahora.

34Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos á otros: como os he amado, que también os améis los unos á los otros.

35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

36Dícele Simón Pedro: Señor, ¿adónde vas? Respondióle Jesús: Donde yo voy, no me puedes ahora seguir; mas me seguirás después.

37Dícele Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? mi alma pondré por ti.

38Respondióle Jesús: ¿Tu alma pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.


Reina-Valera Antigua (RVA)
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Tuesday, May 18, 2010

¿Como á ladrón habéis salido con espadas y con palos á prenderme?


Mateo 26


1Y ACONTECIO que, como hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo á sus discípulos:
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2Sabéis que dentro de dos días se hace la pascua, y el Hijo del hombre es entregado para ser crucificado.

3Entonces los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos del pueblo se juntaron al patio del pontífice, el cual se llamaba Caifás;

4Y tuvieron consejo para prender por engaño á Jesús, y matarle.

5Y decían: No en el día de la fiesta, porque no se haga alboroto en el pueblo.

6Y estando Jesús en Bethania, en casa de Simón el leproso,

7Vino á él una mujer, teniendo un vaso de alabastro de unguento de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado á la mesa.

8Lo cual viendo sus discípulos, se enojaron, diciendo: ¿Por qué se pierde esto?

9Porque esto se podía vender por gran precio, y darse á los pobres.

10Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué dais pena á esta mujer? Pues ha hecho conmigo buena obra.

11Porque siempre tendréis pobres con vosotros, mas á mí no siempre me tendréis.

12Porque echando este unguento sobre mi cuerpo, para sepultarme lo ha hecho.

13De cierto os digo, que donde quiera que este evangelio fuere predicado en todo el mundo, también será dicho para memoria de ella, lo que ésta ha hecho.

14Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fué á los príncipes de los sacerdotes,

15Y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le señalaron treinta piezas de plata.

16Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.

17Y el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos á Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que aderecemos para ti para comer la pascua?

18Y él dijo: Id á la ciudad á cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa haré la pascua con mis discípulos.

19Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y aderezaron la pascua.

20Y como fué la tarde del día, se sentó á la mesa con los doce.

21Y comiendo ellos, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar.

22Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos á decirle: ¿Soy yo, Señor?

23Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me ha de entregar.

24A la verdad el Hijo del hombre va, como está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es entregado! bueno le fuera al tal hombre no haber nacido.

25Entonces respondiendo Judas, que le entregaba, dijo. ¿Soy yo, Maestro? Dícele: Tú lo has dicho.

26Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dió á sus discípulos, y dijo: Tomad, comed. esto es mi cuerpo.

27Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dió, diciendo: Bebed de él todos;

28Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados.

29Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

30Y habiendo cantado el himno, salieron al monte de las Olivas.

31Entonces Jesús les dice: Todos vosotros seréis escandalizados en mí esta noche; porque escrito está: Heriré al Pastor, y las ovejas de la manada serán dispersas.

32Mas después que haya resucitado, iré delante de vosotros á Galilea.

33Y respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos sean escandalizados en ti, yo nunca seré escandalizado.

34Jesús le dice: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

35Dícele Pedro. Aunque me sea menester morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

36Entonces llegó Jesús con ellos á la aldea que se llama Gethsemaní, y dice á sus discípulos: Sentaos aquí, hasta que vaya allí y ore.

37Y tomando á Pedro, y á los dos hijos de Zebedeo, comenzó á entristecerse y á angustiarse en gran manera.

38Entonces Jesús les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

39Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando, y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso; empero no como yo quiero, sino como tú.

40Y vino á sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo á Pedro: ¿Así no habéis podido velar conmigo una hora?

41Velad y orad, para que no entréis en tentación: el espíritu á la verdad está presto, mas la carne enferma.

42Otra vez fué, segunda vez, y oró diciendo. Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.

43Y vino, y los halló otra vez durmiendo; porque los ojos de ellos estaban agravados.

44Y dejándolos fuése de nuevo, y oró tercera vez, diciendo las mismas palabras.

45Entonces vino á sus discípulos y díceles: Dormid ya, y descansad: he aquí ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.

46Levantaos, vamos: he aquí ha llegado el que me ha entregado.

47Y hablando aún él, he aquí Judas, uno de los doce, vino, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo.

48Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, aquél es: prendedle.

49Y luego que llegó á Jesús, dijo: Salve, Maestro. Y le besó.

50Y Jesús le dijo: Amigo, ¿á qué vienes? Entonces llegaron, y echaron mano á Jesús, y le prendieron.

51Y he aquí, uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, é hiriendo á un siervo del pontífice, le quitó la oreja.

52Entonces Jesús le dice: Vuelve tu espada á su lugar; porque todos los que tomaren espada, á espada perecerán.

53¿Acaso piensas que no puedo ahora orar á mi Padre, y él me daría más de doce legiones de ángeles?

54¿Cómo, pues, se cumplirían las Escrituras, que así conviene que sea hecho?

55En aquella hora dijo Jesús á las gentes: ¿Como á ladrón habéis salido con espadas y con palos á prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.

56Mas todo esto se hace, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos huyeron, dejándole.

57Y ellos, prendido Jesús, le llevaron á Caifás pontífice, donde los escribas y los ancianos estaban juntos.

58Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del pontífice; y entrando dentro, estábase sentado con los criados, para ver el fin.

59Y los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos, y todo el consejo, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregale á la muerte;

60Y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se llegaban; mas á la postre vinieron dos testigos falsos,

61Que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.

62Y levantándose el pontífice, le dijo: ¿No respondes nada? ¿qué testifican éstos contra ti?

63Mas Jesús callaba. Respondiendo el pontífice, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, Hijo de Dios.

64Jesús le dijo: Tú lo has dicho: y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo de los hombres sentado á la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo.

65Entonces el pontífice rasgó sus vestidos, diciendo: Blasfemado ha: ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.

66¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: Culpado es de muerte.

67Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de bofetadas; y otros le herían con mojicones,

68Diciendo: Profetízanos tú, Cristo, quién es el que te ha herido.

69Y Pedro estaba sentado fuera en el patio: y se llegó á él una criada, diciendo: Y tú con Jesús el Galileo estabas.

70Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices.

71Y saliendo él á la puerta, le vió otra, y dijo á los que estaban allí: También éste estaba con Jesús Nazareno.

72Y nego otra vez con juramento: No conozco al hombre.

73Y un poco después llegaron los que estaban por allí, y dijeron á Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu habla te hace manifiesto.

74Entonces comienzó á hacer imprecaciones, y á jurar, diciendo: No conozco al hombre. Y el gallo cantó luego.

75Y se acordó Pedro de las palabras de Jesús, que le dijo: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliéndose fuera, lloró amargamente.


Reina-Valera Antigua (RVA)
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Saturday, March 13, 2010

El Señor viene con millares y millares de sus ángeles


He aquí, el Señor es venido con sus santos millares,
A hacer juicio contra todos, y á convencer á todos los impíos de entre ellos tocante á todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y á todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.


Judas 1: 14b,15.
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Monday, December 28, 2009

Amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos


Judas 1


1JUDAS, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, á los llamados, santificados en Dios Padre, y conservados en Jesucristo:

2Misericordia, y paz, y amor os sean multiplicados.

3Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.

4Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado ordenados para esta condenación, hombres impíos, convirtiendo la gracia de nuestro Dios en disolución, y negando á Dios que solo es el que tiene dominio, y á nuestro Señor Jesucristo.

5Os quiero pues amonestar, ya que alguna vez habéis sabido esto, que el Señor habiendo salvado al pueblo de Egipto, después destruyó á los que no creían:

6Y á los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día:

7Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades comarcanas, las cuales de la misma manera que ellos habían fornicado, y habían seguido la carne extraña, fueron puestas por ejemplo: sufriendo el juicio del fuego eterno.

8De la misma manera también estos soñadores amancillan la carne, y menosprecian la potestad, y vituperan las potestades superiores.

9Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió á usar de juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.

10Pero éstos maldicen las cosas que no conocen; y las cosas que naturalmente conocen, se corrompen en ellas, como bestias brutas.

11¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron en el error de Balaam por recompensa, y perecieron en la contradicción de Coré.

12Estos son manchas en vuestros convites, que banquetean juntamente, apacentándose á sí mismos sin temor alguno: nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá de los vientos: árboles marchitos como en otoño, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;

13Fieras ondas de la mar, que espuman sus mismas abominaciones; estrellas erráticas, á las cuales es reservada eternalmente la oscuridad de las tinieblas.

14De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adam, diciendo: He aquí, el Señor es venido con sus santos millares,

15A hacer juicio contra todos, y á convencer á todos los impíos de entre ellos tocante á todas sus obras de impiedad que han hecho impíamente, y á todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.

16Estos son murmuradores, querellosos, andando según sus deseos; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admiración las personas por causa del provecho.

17Mas vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes han sido dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo;

18Como os decían: Que en el postrer tiempo habría burladores, que andarían según sus malvados deseos.

19Estos son los que hacen divisiones, sensuales, no teniendo el Espíritu.

20Mas vosotros, oh amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando por el Espíritu Santo.

21Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna.

22Y recibid á los unos en piedad, discerniendo:

23Mas haced salvos á los otros por temor, arrebatándolos del fuego; aborreciendo aun la ropa que es contaminada de la carne.

24A aquel, pues, que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros delante de su gloria irreprensibles, con grande alegría,

25Al Dios solo sabio, nuestro Salvador, sea gloria y magnificencia, imperio y potencia, ahora y en todos los siglos. Amén.
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Debe hacerse una obra sumamente importante


20-25. Debe hacerse una obra sumamente importante.-
La instrucción dada por Judas desde el versículo veinte hasta el fin del capítulo, tiene el propósito de hacer de nuestra obra una obra completa. Nos enseña cómo dirigir la batalla en el servicio de Cristo. No debe demostrarse ningún derroche desequilibrado, no debe albergarse ninguna indolencia ni negligencia. No debemos ignorar la individualidad de nadie, ni justificar en alguna forma la crítica despiadada o las prácticas egoístas.

Este pasaje destaca el hecho de que hay una obra sumamente importante que se debe hacer, y necesitamos intuición divina para que podamos saber cómo trabajar por las almas que están a punto de perecer. Hay almas que deben ser arrebatadas del fuego, hay almas que deben ser tratadas con la más tierna compasión. Se necesitan obreros que hayan aprendido en la escuela de Cristo su método de salvar almas (Carta 7, 1895).

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